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Canonización de Monseñor Romero

lunes, 18 de julio de 2016

Lo real, lo posible y lo deseable

La real es que nuestro país se encuentra en una situación bastante deteriorada y lo que es más grave, para gran cantidad de salvadoreños, sin esperanza.

La real es que los dos gobiernos del FMLN han tenido la mayor cantidad de recursos que cualquier gobierno en la historia y sin embargo no han sabido aprovecharlos para mejorar las condiciones sociales de la mayoría de salvadoreños. 

El desempleo ha aumentado, los salarios han bajado de poder adquisitivo, la producción de nuestro mayor recurso para generar empleo en el campo, que es el café, ahora pareciera amenazado a extinguirse; las escuelas y hospitales no son suficientes y carecen de medicinas e instalaciones adecuadas; los profesionales no encuentran empleo y la polarización entre los partidos políticos ha llegado casi a niveles de confrontación.

En resumen, la realidad se ejemplifica por el triste hecho que más del 70% de los jóvenes salvadoreños, si pudieran, se irían a vivir a otro país y la mayoría de las empresas importantes han sido vendidas a inversionistas extranjeros, que no viven nuestra realidad.

La otra realidad es que, si el PCN y GANA no hubieran dado sus votos favoreciendo ciertas iniciativas del FMLN, la situación no sería tan preocupante, ni mucho menos desesperanzadora y lo real es que aún con este nivel de desgaste político del partido en el gobierno, ninguno de los partidos de oposición ha sabido capitalizar el descontento de la población; pues su historial pasado y divisiones internas, no dan garantía de un cambio.

Ante este panorama, lo posible es que el FMLN gane las próximas elecciones presidenciales y si es así, eventualmente va a llegar a controlar la Sala de lo Constitucional, la cual ha sido la única institución que lo ha detenido de instaurar un gobierno democrático-autoritario, carente del control de los balances de los distintos Órganos del Estado y por tanto, con la potestad absoluta de ejercer su ya evidente voluntad de perpetuarse en el poder; tal y como lo han hecho los otros gobiernos del Socialismo del Siglo XXI.

Lo otro posible es que el endeudamiento del país siga aumentando, pues aparentemente el FMLN cree que los préstamos nunca hay que pagarlos.  Los impuestos sigan incrementándose, especialmente para los sectores y personas más productivas, que es lo contrario a lo que se recomienda para que los empleos y salarios se incrementen y lo posible es que, en un futuro cercano, la población cuyo sustento depende del gobierno sea mayor a la que depende de las empresas privadas; que es lo ha ocurrido en varios países del Socialismo del Siglo XXI y que es la razón del porqué los gobiernos de turno controlan el voto, para poder seguir reeligiéndose.

Ante esta realidad y para que lo posible no ocurra, lo deseable es que ARENA, que es el partido mayoritario de oposición, debe hacer todo lo necesario para capitalizar los errores del actual gobierno y lo cual significa que sus dirigentes más antiguos deben ceder sus pretensiones personales de querer seguir controlando el partido; de forma que la población pueda creer en un esfuerzo genuino de cambio de actitud e ideas renovadas y pueda creer que votando por ARENA, puede aspirar a un mejor futuro; que es lo que su actuación pasada no garantiza.

Lo deseable es que para que la situación actual no se vuelva irreversible y el país cambie de rumbo, los entendimientos entre ARENA, PCN y GANA deben lograrse, para así evitar que el FMLN siga aumentando su control sobre las instituciones democráticas, subiendo los impuestos e incrementando el endeudamiento que todos los salvadoreños tendremos que pagar en el futuro.



viernes, 8 de julio de 2016

El fracaso de los polìticos


El pasado jueves, el pueblo británico votó a favor que el Reino Unido se separe de la Comunidad Económica Europea y busque su propio bienestar.  En voz del más alto representante de esta idea, un político de “derecha”, promovió: “Recobremos el control”, “Recobremos nuestro país”.

Hace unos meses en Grecia, hubo una votación similar para decidir si Grecia debía aceptar las condiciones impuestas por la misma Comunidad y el primer ministro de ese país, uno de “izquierda”, pedía no aceptarlas.  La mayoría del pueblo Griego votó por esta propuesta, lo que casi equivale a votar por salirse de la Comunidad, ahora promovida por la “izquierda”.

Desde el momento que se supo que la mayoría del pueblo británico había votado por salirse, los mercados económicos de todo el mundo comenzaron a bajar aceleradamente.  La reacción negativa de salirse ha sido tan abrumadora, que los mismos británicos quieren, ahora, rectificar; pues se dan cuenta que por lo que votaron no era lo que los políticos prometían y lo más probable es que van a salir perjudicados.

Los daños no son solo en tratar de proteger el empleo, que pareciera ser el más evidente y el que sus instintos humanos obligan, sino en cosas más relevantes, como es el que ahora la Comunidad no tendría los fondos necesarios para continuar los estudios de las posibles soluciones a varias enfermedades que quitan la vida, inclusive, a muchos británicos; como lo es el cáncer.

Mientras tanto Donald Trump, que se encontraba jugando golf en uno de sus hoteles de Gran Bretaña, manifestó su complacencia porque los británicos habían decidido salirse de la Comunidad y aún a pesar del descalabro mundial que en ese momento estaba ocurriendo; manifestó que la votación del Reino Unido tiene bastante similitud con lo que está ocurriendo en los Estados Unidos y que es que el pueblo quiere: “Recobrar su país” y esto es lo que él está promoviendo. 

Sin embargo, esto no es lo mismo que votar por salirse de la Comunidad… y ahora los británicos se han dado cuenta que no se les explicó bien.

Localmente y en otra medida que no se ha explicado bien, nuestro gobierno está promoviendo regalar a las personas que “ni trabajan, ni estudian”, una cantidad de dinero para ayudarles.  Sin embargo, lo que no se explica es que el dinero “ni lo tiene, ni es suyo” y además, no toma en consideración la confusión que esto va a causar en la escala de valores del resto de salvadoreños que “sí trabajan y sí estudian” y el deterioro moral que esto pudiera acarrear en las futuras generaciones.

La verdad es que nadie puede estar seguro si la decisión de los británicos y griegos o lo que promueve Donald Trump o la acción de regalar dinero son, al final, buenas o malas. 

Lo que está claro es que, por lo que votaron los votantes del Reino Unido no es por lo que los políticos les hicieron creer votar, sino una manifestación mundial en contra de los políticos tradicionales, que Donald Trump ha identificado y que se debe a que los políticos han sido incapaces de solventar las necesidades básicas de sus votantes y ahora tratan de culpar a otras circunstancias que, mientras tanto, les permitan obtener un beneficio político y egoísta de corto plazo; para mantenerse o asumir el poder.

Lo que el pueblo británico y el fenómeno Trump están confirmando es que lo que quieren los países son nuevos políticos que empatizen con las necesidades de la población o cuando menos, sean sinceros en tratar de resolverlas.

Trump no es un político tradicional y esta es la razón de su acelerado éxito.  Pero tampoco está demostrando que hace suyas las necesidades de las otras personas, por lo que si no lo hace, muy pronto su popularidad pudiera comenzar a disminuir.