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Canonización de Monseñor Romero

lunes, 23 de marzo de 2015

Nayib y Edwin


En la democracia en que estábamos viviendo hasta antes de la pasada elección, lo usual era que el alcalde que obtenía menos votos se regresaba a su vida normal, se perdían todos sus conocimientos, logros y experiencias, que hubiera obtenido fruto del mayor conocimiento de los problemas de la ciudad, a través de toda su campaña y se volvía un ciudadano más, visto como “perdedor”; aunque solo hubiera perdido por un voto.

Esta era la realidad anterior.  Lo que no hay que olvidar es que la persona que ha podido llegar a ser electa por su partido, para ser candidato a alcalde, tiene ya de por sí que ser una persona fuera de lo normal y por ende sumamente valiosa para la superación del municipio, como un todo; incluyendo a los simpatizantes de los otros partidos.

El que ahora existan los concejos municipales plurales, es un salto de calidad en la vida democrática de nuestro país.  Por primera vez en nuestra historia, aunque Nayib haya obtenido más votos, los concejos plurales hacen que no solo se hable de Nayib, como era antes, sino que tenemos que hablar de los dos ganadores más importantes o sea “Nayib y Edwin”.  Pues aunque Nayib haya obtenido más votos, la realidad es que Edwin también ha obtenido casi igual de compromisos y obligaciones con su casi 50% de la población que votó por él y por tanto, no es que Nayib pueda decidir por sí solo sobre el futuro de San Salvador, sino que debe comprender que Edwin, igualmente, tiene el respaldo de una proporción casi igualitaria de sus habitantes y por ende tiene un mandato de igual importancia;  por lo que ambos deben, en representación de sus respectivos votantes dialogar y buscar los consensos necesarios, para que entre ambos, se lleve a cabo una administración de la alcaldía que beneficie a los votantes de ambos.

En el nuevo consejo municipal, aunque ARENA haya obtenido menos votos que el FMLN, el número de representantes de ambos será casi igualitario, por lo que Nayib y Edwin se verán obligados a trabajar juntos en beneficio de todos los capitalinos y afortunadamente, este será el principio del fin de la “polarización” que tanto daño nos ha venido haciendo como país y que todos comprendemos que debe terminar; para que el país pueda salir adelante.

Este es la responsabilidad que tanto Nayib como Edwin han recibido de parte de los capitalinos.  De ellos depende ahora el que ambos asuman esta nueva modalidad de compromiso con responsabilidad y ética democrática, tal y como ambos demostraron en sus respectivas campañas políticas; cuyo principal distintivo fue el esfuerzo y madurez política de ambos, permitiendo el que nuestro país experimentara, por primera vez en su historia, un debate político de los dos principales contendientes a un cargo público.

La sabiduría de los capitalinos ha dado a Nayib y Edwin no solo la responsabilidad de dirigir, entre ambos, el progreso moderno de San Salvador, sino que más que eso, ambos han recibido también el compromiso de renovar sus propios partidos políticos; para que El Salvador pueda encausarse en nuevos caminos de paz y progreso para todos.

En este sentido, Edwin ya ha hecho bastante, pues durante los meses anteriores ha sido el protagonista principal que ARENA haya renovado la forma de elegir sus candidatos a puestos públicos, lo cual ha permitido que la ciudadanía tenga la opción de elegir a nuevas personas.  Lo que se espera es que ahora Nayib haga lo mismo con su partido FMLN y que esto permita que, con el esfuerzo de ambos, El Salvador pueda entrar en nuevos rumbos democráticos y la polarización política sea una cuestión del pasado.

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