Turquía, al igual que El Salvador, tiene una
ventaja competitiva y que es que su país está situado en el centro de los
mercados más importantes de su continente. De ahí que, a raíz de esto, ha realizado un compromiso que
la ha convertido en uno de los países de “economías emergentes” más importantes
a nivel mundial y que es: “Invierta en Turquía”.
La discusión en nuestro país se centra en la
necesidad de disminuir la polarización y buscar la forma de encontrar los
consensos básicos necesarios para que nuestro querido país pueda salir adelante
o sea, que las condiciones de vida de la mayoría de salvadoreños mejore
constantemente. Para que esto
ocurra, lo primero que debemos realizar es que la polarización política en que
estamos es ya dañina para todos y a nada bueno nos está conduciendo.
De sobra está probado que, a menos empleo más
violencia y viceversa. Con este
enfoque resolvió el problema de la violencia la actual alcalde de Gary, Indiana,
en los Estados Unidos; ciudad en la cual, después de ser una de las ciudades
más prósperas y ejemplares de ese país, debido a que las grandes empresas de
acero tuvieron que reducir sus operaciones, la ciudad se volvió una de las más
violentas. Hasta que la actual
alcaldesa promovió una legislación que promoviera la inversión de nuevas
empresas, obteniendo el total apoyo de toda la población y congreso de Estados
Unidos.
El ejemplo de la alcaldesa de Gary, Indiana debería
hacernos sentir optimistas. El
problema de la violencia tiene a la base, como causa principal, la falta de
oportunidades de empleo, educación y esparcimiento y tal y como lo demostró
esta alcaldesa, si esto no se soluciona; tampoco debemos esperar que el
problema se resuelva. Sin embargo,
si se generan empleos, entonces el problema desaparece.
El discurso del presidente Sánchez Cerén hace
pensar que, cuando menos él, está consciente de la necesidad de generar
oportunidades de trabajo al más corto plazo posible y que la forma de hacerlo
pasa por buscar los acuerdos necesarios para terminar la polarización existente
entre ARENA y el FMLN. De ser así,
lo que falta es el mecanismo para que esto se realice y el mecanismo en sí lo
que debiera hacer es encontrar los acuerdos mínimos necesarios para buscar los
puntos en común y de beneficio para ambos partidos.
Al enfrentar nuestras realidades, lo primero que
tenemos que aceptar es que la generación de empleos que se necesita, con la velocidad
que se necesita, no se puede generar con solo la inversión de salvadoreños; pues
las oportunidades locales no existen, ya que los mercados se encuentran
deprimidos.
La inversión de los salvadoreños, más bien, solo
puede ser una fuerza que colabore con una fuerza estratégica más importante. De ahí que lo primero que hay que hacer
es buscar los consensos necesarios y unirnos bajo un solo esfuerzo y una causa
común, para que todos los salvadoreños y con entusiasmo, al igual que en Turquía,
nos volvamos promotores de nuestro país y podamos decirle al resto del mundo: “Invierta en El Salvador”.
Comprendiendo el párrafo anterior como objetivo,
eso haría que cada uno de los salvadoreños, partidos políticos y sobretodo el
gobierno actual comprendieran que es lo que se debe hacer para lograr esta meta
y para concluir que, al igual que en Gary Indiana, lo que hay que hacer es
crear una legislación y acuerdos básicos que promuevan la inversión extranjera
de gran tamaño y alta tecnología y esto pueda desembocar en proporcionar la
estabilidad política y los incentivos fiscales, económicos y sociales necesarios;
para que una empresa extranjera invierta en El Salvador.