Lo primero que se enseña a los deportistas es que
nunca hay que quitarle la vista a la pelota, pues ella es la razón de ser de
todo el juego. Esto mismo es lo
que se podría aplicar a nuestra realidad actual, pues parece que la mayoría de
dirigentes políticos, de todos los partidos, han perdido su razón de ser y se
han olvidado que la verdadera razón de dedicarse a la política es para servir
al pueblo y no servirse de él.
Esto es ya evidente no solo en nuestro querido
país, sino en muchos otros de inclusive democracias más avanzadas y que si bien
no tienen nuestros mismos problemas, estos son similares en el sentido que la
ciudadanía ha perdido toda esperanza que se resuelvan; pues le parece que estos
no tienen solución y lo único que los políticos plantean para solucionarlos son
más impuestos.
Así se pudiera resumir la caótica situación en que
se encuentra la mayoría de salvadoreños, que no solo están enfrentado grandes
problemas, como la delincuencia y el desempleo, sino que la propuesta del Gobierno se limita a pedir más impuestos y proponer una reforma al sistema de
pensiones; las cuales, ambas, comienzan por disminuir sus ingresos, sin aclarar
como se va a resolver el problema.
Lo primero que hay que reconocer es que los
problemas que se plantean resolver no son, ni siquiera, los verdaderos problemas
a solucionar. El problema de la
delincuencia y que las pensiones ya no alcanzan son solo efectos de los
verdaderos problemas y que solucionados estos, si la raíz se los verdaderos
problemas no se resuelven; pronto van a regresar y con mucha más fuerza, como
ya ha ocurrido en el pasado.
Como ejemplo se puede citar que el problema de las
pensiones ya hizo crisis anteriormente y lo que se hizo para solucionarlo, al
igual que hoy se plantea, fue una reforma al sistema, allá en 1998. Hoy que el sistema está nuevamente en
crisis, la propuesta es la misma; solo que se dice que hoy si va a funcionar,
como se dijo en aquella ocasión.
Lo mismo es con la delincuencia. Todavía no se dice como se va a
combatir, pero ya se pretende saber cuanto se necesita para eliminarla. Cuando el verdadero problema, que es la
falta de oportunidades, la falta de una educación de primer mundo, la
separación y descomposición de las familias y la falta de amor paterno y
materno a la mayoría de niños salvadoreños, ni se mencionan como causas y más
aún, se promueven matrimonios de un mismo sexo, se favorece el aborto y se
ataca a los medios de comunicación y la empresa privada; que son los que generan
las oportunidades de empleo.
En resumen, el gobierno y FMLN en menos de diez
años, han tenido la habilidad de quedarse solos tratando de solucionar no ni
siquiera los verdaderos problemas, sino sus efectos; consiguiendo los votos de
GANA para pasar las nuevas leyes que consideran necesarias. Pero que, en la medida que esto se hace
sin el consentimiento y aprobación del resto de partidos políticos y sobretodo
de la ciudadanía, en realidad los problemas se agravan; pues la causa de estos
se deteriora aún más.
Para resolver los verdaderos problemas, lo primero
que hay que hacer es volver los ojos a la pelota, que es el pueblo salvadoreño
y anteponer los intereses de la nación a los intereses partidarios y
personales. Solo así podremos
tener esperanza que los problemas se van a solucionar, para nunca más volver.