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Canonización de Monseñor Romero

domingo, 27 de septiembre de 2015

ARENA debe renovarse


Sabios son los padres que saben comprender que a sus hijos de edad adulta ya no se les puede corregir con “jalones de oreja” y pueden comprender que, como medio de supervivencia de la felicidad familiar, hay que permitir que desarrollen su propia personalidad y dejar que sean “ellos mismos”; comprendiendo que los tiempos que se están viviendo son diferentes a los pasados.

Algo parecido a lo anterior es lo que está sucediendo en ARENA, con la propuesta del hijo de su fundador y actual alcalde de Santa Tecla, Roberto d’Aubuisson, quién ha propuesto un cambio a la marcha de su partido para actualizarlo de acuerdo a lo que los nuevos tiempos están exigiendo y quite la mirada hacia el pasado y vea hacia el futuro; como único medio de supervivencia a largo plazo.

Hay que reconocer que existe un argumento válido en contra, que opina que los himnos o marchas de las instituciones o países no se cambian, pues es como cambiar sus ideales fundamentales.  Sin embargo, lo que este argumento no toma en cuenta es que, precisamente por esa razón, la mayoría de himnos son hechos con principios y valores lo más generales posibles, para que así puedan permanecer en el tiempo.  Sin embargo, existen otros que son hechos para situaciones emergentes de gran importancia y sus posibles simpatizantes reaccionen rápidamente a la gran amenaza.  Este es el caso de la actual marcha de ARENA.

La marcha fue concebida por su fundador y padre del actual alcalde de Santa Tecla, hace muchos años, para despertar a la población de la inminente amenaza comunista sobre America Latina y específicamente El Salvador y se comprendiera, de parte de los interesados en vivir en un país en democracia, la necesidad de formar un partido político que contrarrestara este plan internacional de aquel momento.

Indudablemente que el objetivo de la marcha se logró, pues se formó un partido de acuerdo a los ideales de su fundador, siendo el principal el que existiera un partido político democráticamente organizado y que tuviera como objetivo el prevenir que nuestro querido país cayera dentro de la élite comunista.  Pero que además, a largo plazo y fruto de un ambiente que promoviera la democracia se volviera una institución que buscara el desarrollo político, económico y social de todos los salvadoreños; incluyendo inclusive, quienes no necesariamente pertenecieran a él. 

Lo que ahora ARENA tiene que reconocer es que las palabras de su marcha se han vuelto excluyentes, por lo que debieran cambiarse tal y como lo ha propuesto el hijo de su mismo fundador, pues debe reconocer que los tiempos han cambiado y que para volver a ganar la presidencia no solo debe buscar el voto de sus propios simpatizantes; sino sobretodo el de los votantes que no son siempre ni del FMLN, ni de ARENA.

Las estadísticas electorales demuestran que porcentualmente el voto del FMLN más o menos ha permanecido constante desde los inicios de la década de los noventa y que las veces ha ganado algunas elecciones, no es porque ha ganado un mayor porcentaje, sino porque el número porcentual de votantes ha sido menor y en su mayoría los no votantes han sido votos de derecha que no votan por el FMLN; pero que ante la realidad que los partidos de derecha no presentan ninguna solución atractiva, que llene sus expectativas; han preferido no ir a votar.

El cambio propuesto por el actual alcalde de Santa Tecla dice: “El Salvador será la tierra, donde su pueblo progresará”.  Si ARENA hiciera este su compromiso ideal, esto haría que más personas vuelvan a creer en la democracia y vuelvan a votar por esa esperanza; enfatizada ahora en la nueva marcha propuesta.  

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