Portada

Portada
Canonización de Monseñor Romero

lunes, 23 de noviembre de 2015

Socialismo versus democracia

Los Acuerdos de Paz de 1992 no hubieran sido posible si ARENA no hubiera cambiado de forma de pensar y al final, llegar a la conclusión que era mejor, para todos los salvadoreños, que al FMLN se le diera la oportunidad de incorporarse al sistema democrático y su lucha dejara de ser con armas y mejor se volviera una con votos.

Para que ARENA cambiara, lo primero que se necesitó es que varios de sus dirigentes, de aquel entonces, lo comprendieran y aceptaran, para que luego comenzaran a hacer acciones encaminadas a cambiar la forma de pensar de sus simpatizantes.  Fruto de este cambio es que el FMLN está ahora en el gobierno.

Es decir, para que las cosas en un país cambien, lo primero que debe ocurrir es un cambio de mentalidad en sus dirigentes, para que luego, estos mismos comiencen a implementar acciones para que todos sus ciudadanos cambien de forma de pensar.

En los últimos años, es indudable el retroceso que hemos tenido como país.  Cualquiera pudiera pensar que los Acuerdos de Paz fueron un error e inmediatamente confundirse y pensar que lo malo es haber dejado que el FMLN participara democráticamente.  Pero la verdad es que todas las acciones en una democracia son un proceso y el que exista un retroceso no se puede culpar a un solo evento en sí; sino que la mayoría de las veces se debe a una serie de sucesos o más específicamente, a las buenas o malas decisiones de los dirigentes.

Es en este sentido que el pasado congreso del FMLN cobra connotada relevancia y ha causado tanta preocupación, especialmente en el aproximadamente 50% de la población que no está de acuerdo con el proyecto socialista del FMLN; pero que desde hace años favorece y promueve un sistema democrático. 

En un ambiente político polarizado como el nuestro, resulta muy fácil confundir el plano político con el económico.  Hablar de democracia versus dictadura es en el campo político y hablar de capitalismo versus socialismo, es en el campo económico.  Todos sabemos que la democracia no necesariamente está reñida con el socialismo y de hecho existen muchos países, sobretodo en Europa, donde los gobiernos son socialistas; pero que bajo ningún sentido cuestionan la democracia como mejor sistema para que sus poblaciones alcancen el bienestar de las mayorías.

Por tanto, en su anterior congreso y como buenos socialistas que sabemos que son, no nos debe extrañar que el FMLN manifestara su deseo de que todas las empresas sean propiedad del estado o que el gobierno sea dueño de empresas en todos los sectores, argumentando que el Estado es mejor patrono.  Tampoco nos debe de extrañar que quieran subir el salario mínimo, sin importar el desempleo que esto cause, pues esto lo han venido promoviendo desde siempre.

Lo dañino para todos los salvadoreños es que, como resultado de este congreso, el partido que está en el gobierno y se olvida que ya no es de oposición, trate de confundir a la opinión pública y promoviendo un sistema socialista, ponga en tela de juicio la institucionalidad democrática que tanto nos ha costado; denigrando y atacando verbalmente sus principales pilares que son la libre expresión, la empresa privada y la independencia de los tres Órganos del Estado.

La triste realidad es que las cosas en nuestro país no van a mejorar si el FMLN no cambia y para que cambie, al igual que ARENA lo hizo, los primeros que deben cambiar de forma de pensar son sus dirigentes y esto es lo que aparentemente no está sucediendo y preocupa a los generadores de empleo y amantes de la libertad y democracia.


domingo, 8 de noviembre de 2015

Paguemos más impuestos, todos ustedes

A fuerza de ser sinceros, a nadie le gusta pagar más impuestos.  Esto solo le gusta a los que van a recibirlos o sea a los funcionarios del gobierno de turno.  Esto es lo que se ha dado en el pasado y se ha vuelto a dar el pasado 29 de Octubre, donde el FMLN, junto con los diputados que los acompañan, sorprendieron con un nuevo paquete de impuestos; sin importar que no se habían ampliamente discutido y las fuertes reacciones en contra.

Una vez más nuestro país volvió a sufrir lo que nuestra democracia ha venido padeciendo y ya desgraciadamente es un práctica y que es que: “tengo los votos necesarios y lo demás no importa” o lo que los mismos diputados han dado en llamar “aritmética legislativa”; lo cual tiene postrado el crecimiento de empleos y es ya una práctica que no debiera existir, si es que queremos transitar a una plena democracia.

A estas alturas, lo que ya todos sabemos es que al FMLN, como buen partido del Socialismo del Siglo XXI, le gusta subir impuestos, aduciendo que solo lo paguen los que más tienen.  Si no le alcanza, de sobra conocemos que recurren a contraer más endeudamiento.  Para comprender esto, solo basta analizar que la deuda del país durante los últimos seis meses ha crecido en más de quinientos millones de dólares y si la Sala de Constitucional no lo hubiera prohibido, la deuda hubiera crecido en otros novecientos millones.

Luego, estando el FMLN en el gobierno, no nos debe extrañar que los impuestos suban y puedan subir más, especialmente “para los que más tienen”, como ellos los justifican.  Sin embargo, si bien el FMLN y su gobierno creen que han ganado con el aumento sorpresivo, esta conclusión carece de una realidad técnica.  Debe, también, tomarse en cuenta lo que esto perjudica en el resto de sectores o sea, el efecto negativo que este tipo de cambios repentinos causa en la desaceleración del crecimiento económico y social de todos los salvadoreños; de lo cual venimos padeciendo desde hace ya varios años. 

Esta es la respuesta a la pregunta de ¿porqué la economía de El Salvador no crece? o sea, por la falta de confianza de los generadores de empleo en invertir.

Por el otro lado, según el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia, este aduce que se necesitan dos mil cien millones de dólares para controlar la violencia que tanto nos aqueja.  El nuevo paquete de impuestos proporciona al gobierno, en el mejor de los casos, unos cien millones de dólares adicionales al año o sea, va proporcionar los fondos necesarios dentro de los próximos veinte años; lo cual obviamente no resuelve el problema que se ha planteado solucionar y por tanto, lo más probable es que no se solucione.

Adicionalmente y sin importar que esto genera más incertidumbre en los generadores de empleo, el FMLN ha publicado un comunicado de apoyo al gobierno de Venezuela, tratando de justificar su aparente próximo fracaso en las elecciones programadas para el próximo diciembre; haciendo caso omiso a que la democracia llama a la discusión libre de ideas, llama al respeto mutuo de las personas y partidos políticos; llama a eliminar la violencia verbal y llama al respeto de los resultados en las urnas. 


Si bien el FMLN y sus aliados han elegido el subir los impuestos para irradicar la violencia, quiera Dios que su comunicado de apoyo incondicional al gobierno de Venezuela no signifique que si fracasa en este intento y el pueblo salvadoreño no le da su apoyo en la próximos elecciones; tampoco va a tratar de justificar que esto es fruto de alguna fuerza antidemocrática o externa y acepte los resultados.