A fuerza de ser sinceros, a nadie le gusta pagar más
impuestos. Esto solo le gusta a
los que van a recibirlos o sea a los funcionarios del gobierno de turno. Esto es lo que se ha dado en el pasado
y se ha vuelto a dar el pasado 29 de Octubre, donde el FMLN, junto con los
diputados que los acompañan, sorprendieron con un nuevo paquete de impuestos;
sin importar que no se habían ampliamente discutido y las fuertes reacciones en
contra.
Una vez más nuestro país volvió a sufrir lo que
nuestra democracia ha venido padeciendo y ya desgraciadamente es un práctica y
que es que: “tengo los votos necesarios y lo demás no importa” o lo que los
mismos diputados han dado en llamar “aritmética legislativa”; lo cual tiene postrado
el crecimiento de empleos y es ya una práctica que no debiera existir, si es
que queremos transitar a una plena democracia.
A estas alturas, lo que ya todos sabemos es que al
FMLN, como buen partido del Socialismo del Siglo XXI, le gusta subir impuestos,
aduciendo que solo lo paguen los que más tienen. Si no le alcanza, de sobra conocemos que recurren a contraer
más endeudamiento. Para comprender
esto, solo basta analizar que la deuda del país durante los últimos seis meses
ha crecido en más de quinientos millones de dólares y si la Sala de
Constitucional no lo hubiera prohibido, la deuda hubiera crecido en otros
novecientos millones.
Luego, estando el FMLN en el gobierno, no nos debe extrañar
que los impuestos suban y puedan subir más, especialmente “para los que más
tienen”, como ellos los justifican. Sin embargo, si bien el FMLN y su gobierno creen que han
ganado con el aumento sorpresivo, esta conclusión carece de una realidad
técnica. Debe, también, tomarse en
cuenta lo que esto perjudica en el resto de sectores o sea, el efecto negativo
que este tipo de cambios repentinos causa en la desaceleración del crecimiento
económico y social de todos los salvadoreños; de lo cual venimos padeciendo
desde hace ya varios años.
Esta es la respuesta a la pregunta de ¿porqué la
economía de El Salvador no crece? o sea, por la falta de confianza de los
generadores de empleo en invertir.
Por el otro lado, según el Consejo Nacional de
Seguridad Ciudadana y Convivencia, este aduce que se necesitan dos mil cien
millones de dólares para controlar la violencia que tanto nos aqueja. El nuevo paquete de impuestos
proporciona al gobierno, en el mejor de los casos, unos cien millones de dólares
adicionales al año o sea, va proporcionar los fondos necesarios dentro de los
próximos veinte años; lo cual obviamente no resuelve el problema que se ha
planteado solucionar y por tanto, lo más probable es que no se solucione.
Adicionalmente y sin importar que esto genera más
incertidumbre en los generadores de empleo, el FMLN ha publicado un comunicado
de apoyo al gobierno de Venezuela, tratando de justificar su aparente próximo fracaso
en las elecciones programadas para el próximo diciembre; haciendo caso omiso a
que la democracia llama a la discusión libre de ideas, llama al respeto mutuo
de las personas y partidos políticos; llama a eliminar la violencia verbal y llama
al respeto de los resultados en las urnas.
Si bien el FMLN y sus aliados han elegido el subir
los impuestos para irradicar la violencia, quiera Dios que su comunicado de
apoyo incondicional al gobierno de Venezuela no signifique que si fracasa en
este intento y el pueblo salvadoreño no le da su apoyo en la próximos
elecciones; tampoco va a tratar de justificar que esto es fruto de alguna
fuerza antidemocrática o externa y acepte los resultados.
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