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Canonización de Monseñor Romero

sábado, 19 de diciembre de 2015

La tristeza del Socialismo de Siglo XXI

El mundo estuvo perplejo ante un presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aceptando la derrota del Socialismo del Siglo XXI.

Ante la oportuna manifestación de las fuerzas armadas, expresada unos minutos antes por el ministro de la Defensa Nacional y tratando de prevenir un desenlace no democrático, al presidente Maduro no le quedó otra opción más que aceptar que sus propuestas no solucionan los grandes problemas que aquejan a Venezuela y que sobretodo comprendiendo la realidad de lo que días antes había ocurrido en Argentina, con el triunfo del gobierno de derecha de Mauricio Macri; muy poco convenía hacer algo para negar los resultados en las urnas.

Llama la atención que si bien el presidente Maduro aceptó los resultados, como todo gobierno democrático debe hacer, en ningún momento se hizo responsable del claro mensaje del pueblo venezolano expresándole el descalabro económico y social por el que está pasando y lo que hizo fue aprovechar el momento para seguir sembrando discordia; que es lo que caracteriza a todos los gobiernos de corte del Socialismo del Siglo XXI y que es lo mismo que unos días después hizo la saliente presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, al oponerse a asistir al traspaso de mando de su sucesor y ganador de las elecciones.

Si bien el presidente Maduro aceptó los resultados de las elecciones, lo que no ha hecho es aceptar el mensaje conciliatorio expresado por todos los venezolanos y cuyo gesto más ejemplificador sería el de liberar los presos políticos; lo cual es ya además una exigencia a nivel internacional.

Ante tanta expectativa, lo más importante que los ganadores de Argentina y Venezuela deben de realizar es que quizás, hasta ahora, lo que han hecho es lo relativamente más fácil y que es ganar las elecciones.  A partir del gane viene lo más difícil e importante y que es el de responderle a sus votantes con hechos concretos y evidentes, que lo que más le interesa a los líderes de los partidos o coaliciones políticas que han ganado, no son sus propios intereses o el deseo de adquirir poder personal o más dinero; sino el de representar los intereses de los más necesitados, tal y como ha sido su compromiso de campaña, de forma que Latinoamérica, como un todo, pueda comenzar a tener esperanza en obtener un pleno desarrollo como región y el que en la mayoría de países, las nuevas generaciones puedan aspirar a obtener una mejor calidad de empleo que el de sus padres.

De ahí que, la oposición de Venezuela, representada en la Mesa de la Unidad Democrática y el gobierno del nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, tienen una enorme responsabilidad, no solo con sus propios pueblos, sino con el resto de los países Latinoamericanos; pues ambos representan la esperanza a seguir por los países como el nuestro y donde puedan darse los cambios democráticos necesarios para que el bienestar económico y social y sobretodo la paz y la concordia, siempre imperen en el corazón de la mayoría de sus ciudadanos.

La realidad está a la vista.  Lo que demuestran los resultados de las pasadas elecciones en Argentina y Venezuela es que a los pueblos no se les puede engañar por mucho tiempo, por lo que los resultados en estos países, deben servirnos como ejemplo, en nuestro querido país, de qué es lo que los gobernantes y partidos de oposición deben hacer y no hacer; si es que en realidad queremos el mejor bienestar de las grandes mayorías, pero gozando de un ambiente democrático, promovedor de la libertad de las personas y comprometido, cuando menos, en tratar de comprender a los que no opinan igual; sin pretender ser dueño de la verdad absoluta.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Cronología de un Milagro - Mayo 2010-III

Lunes 17 de mayo de 2010

Jeremías 1, 17-19
Hechos 22, 10; 23, 11

Me levanté cansado y abatido.  Ahora tengo que enfrentar, de nuevo, la misma situación que los jueves.  Lo único que hacen es retrasar todo y el tiempo pasa y pasa.  Me siento como frustrado, pues no puedo comprender la voluntad de Dios. ¿Señor, qué quieres que haga?  Me contestó

22, 10 Entonces yo pregunté: «¿Qué debo hacer, Señor?» Y el Señor me respondió: «Levántate y vete a Damasco. Allí te hablarán de la misión que te ha sido asignada.» 23, 11 ¡Animo! Así como has dado testimonio de mí aquí en Jerusalén, tendrás que darlo también en Roma.»

Antes de esto a Sylvia Regina, que ya le había contado cómo me sentía, le dijo:

17 Tú, ahora, muévete y anda a decirles todo lo que yo te mande. No temas enfrentarlos, porque yo también podría asustarte delante de ellos. 18 Este día hago de ti una fortaleza, un pilar de hierro y una muralla de bronce frente a la nación entera: frente a los reyes de Judá y a sus ministros, frente a los sacerdotes y a los propietarios.

Me sentí contento durante el día, pues comprendí que la orden del juez aunque todo se volvía a atrasar, no era tan mala y era esperanzadora.  Además, el Espíritu Santo me iluminó para comprender qué es lo que está mal en el contrato de Miguel y ahora sí podía ver bien claro qué es lo que me estaba preocupando y que al quitarlo, me da una gran paz.  Luego, eso es lo que quiere el Señor.  Por la noche nos reunimos con los del grupo y me sentí bien preocupado por la cantidad de problemas que todos están pasando y le pedía al Señor su misericordia, para que nos dé paz a todos.

Martes 18 de mayo de 2010

Romanos 11, 33

No entendiendo el porqué no se arregla todo todavía y ya casi estamos a medio año.  El Señor me recuerda que debo confiar en El. Me dice:

33 ¡Qué profunda es la riqueza, la sabiduría y la ciencia de Dios! ¿Cómo indagar sus decisiones o reconocer sus caminos? 34 ¿Quién entró jamás a los pensamientos del Señor? ¿A quién llamó para que fuera su consejero? 35 ¿Quién le dio primero para que Dios tenga que devolvérselo? 36 Todo viene de El, por él acontece y volverá a El. A El sea la gloria por siempre. ¡Amén!

Me reuní con Jorge por la mañana para discutir lo del contrato con Miguel y me sentí en paz, que al fin estamos llegando a algo que nosotros podemos aceptar.  Por la tarde me reuní con Memo y por la noche me sentí bien perturbado, pues el silencio del Señor me causa bastante desesperanza.

Miércoles 19 de mayo de 2010

Me levanté a orar y me puse a preparar la charla de mañana para los jóvenes, a quienes pretendo hablarles del Espíritu Santo; pero yo no estoy en paz, sino perturbado.  El Señor me dijo:

35 Jesús, amenazó al demonio, ordenándole: «Cállate y sal de ese hombre». El demonio lo arrojó al suelo, pero luego salió de él, sin hacerle daño.

Por la tarde pasé preparando la charla de mañana para los jóvenes de Encuentro, referente a Pentecostés.

Jueves 20 de mayo de 2010

Me habló Jorge bien temprano y pasamos toda la mañana hablando con Miguel.  No pude orar, pues a mediodía tenía la reunión con mis hermanos, la cual fue positiva y además, tenía que buscar una serie de papeles para el caso de Greenberg, pues está por vencerse el plazo para contestar los Interrogatories.  Por la tarde seguí buscando los papeles. Fuimos a misa y por la noche dimos la charla a los jóvenes de Encuentros, referente a Pentecostés y todo estuvo iluminado por el Espíritu Santo. También fui a ver a mi mamá y todo estuvo positivo.  Por la noche dimos la charla sobre Pentecostés a los jóvenes de Encuentros.

Viernes 21 de mayo de 2010

No pude orar, pues pasamos ensayando toda la mañana y temprano tenía que buscar un papel para Miguel.  Por la tarde pasé revisando los papeles que tenía que enviar a Miguel.

Sábado 22 y domingo 23 de mayo de 2010

Me levanté a seguir escaneando papeles para Miguel y no pude orar, pues preparé el programa.  Durante el programa, sentí una gran efusión del Espíritu Santo, lo que me hizo pensar de nuevo, ¿porqué es que el Señor no me aclara cuál es mi misión y a dónde es que le tengo que servir promoviendo su Palabra?... pero me imagino que es porque todavía no estoy preparado.

Por la noche fuimos a ver a mi mamá y llegaron Carmen Elena y Gerardo y todo estuvo positivo.  Hasta nos reímos un rato, lo cual se lo agradecí al Señor.  Sin embargo, después me sentí triste de nuevo, pues el Juez no resolvió nada ayer y ahora hay que esperar otra semana, para ver qué pasa.  

Me puse a pensar que el próximo sábado vamos a estar en el retiro con Jorge y ahí a lo mejor, todos reunidos es que el Señor nos quiere dar la buena noticia.  

El domingo fuimos a misa, hoy es el cumpleaños de mi papá y la misa estuvo muy bonita.


viernes, 4 de diciembre de 2015

Año de la misericordia

En un mundo y país tan convulsionados como en el que estamos, el Papa Francisco ha querido recordarnos que todos somos hermanos, hijos de Dios y declarar a partir del próximo 8 de Diciembre, día en que se celebra la Inmaculada Concepción, la apertura del “Jubileo Extraordinario de la Misericordia”.  Para enfatizar el amor individual que Dios nos tiene a cada uno y su inmensa misericordia para perdonar cualquier ofensa que le hayamos hecho.

Según el glosario del Catecismo de la Iglesia Católica, misericordia significa: “la generosidad, compasión o tolerancia que alguien tiene con una persona que le ha ofendido”.  El mismo catecismo nos recuerda que: “el amor practica el bien y la corrección fraterna, es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresado y generoso; es amistad, comunión… y tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia”.

En su carta de convocatoria, el Papa introduce que “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre”, que “quién lo ve a Él, ve al padre” (Juan 14,9) y que “Jesús de Nazareth con su Palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios”.

Misericordia, nos dice el Papa, “es la ley fundamental que habita en el corazón de la persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en la vida.  Misericordia: es la vía que une a Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amado para siempre, no obstante el límite de nuestro pecado… y que hay momentos en los que de un modo más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia, para poder también nosotros mismos ser signo eficaz del obrar del Padre”.

“Cuantas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo de hoy!” nos recuerda el Papa en su carta convocatoria, invitándonos a que, cuando menos, el año santo debe servirnos para buscar el silencio del alma adecuado para que cada uno, desde su puesto de mucha o poca responsabilidad pueda escuchar la Palabra de Dios que dice: “Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso” (Lucas 6, 36).

Quizás, inclusive, lo que a muchos salvadoreños el Papa quiere recordarnos es que Dios sí existe y que es por esta “ausencia” de Dios en los corazones, que estamos pasando por los momentos en que estamos.  Cada vez más existe una tendencia a querer “apartar” a Dios de las actividades políticas y de gobierno y tratar de no reconocer su amor y misericordia en nuestro diario vivir; queriendo atribuir todo a nuestra propia iniciativa o fruto de la de alguien más y solo acordándonos de Él para “el protocolo festivo”.

Nuestro país necesita una gran dosis de misericordia y no podemos sentir la necesidad de darla si no nos consideramos necesitados de la misma misericordia de Dios.  Para esto, lo que debemos de comenzar es a practicarla en todas las instancias políticas, económicas y sociales y con aquellas prácticas que el mismo Jesús nos enseño y que son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero; asistir a los enfermos, visitar a los presos y enterrar a los muertos. 

Sin olvidar las obras de misericordia espirituales, que son:  corregir al que se equivoca, consolar al triste, perdonar al que nos ofende; soportar con paciencia los que nos caen mal y rogar a Dios por los vivos y los difuntos.

El Papa termina diciéndonos en su carta: “No olvidemos las palabras de San Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”.