Como muchos sabemos, el papa Francisco en su carta
o bula del 11 de Abril de 2015, convocó al Año Jubilar de la Misericordia a
iniciar el 8 de Diciembre del mismo año, solemnidad de la Inmaculada
Concepción; concluyendo el próximo 20 de Noviembre, solemnidad litúrgica de
Jesucristo Rey del Universo.
Habiendo transcurrido ya más de la mitad de este
Año de la Misericordia, convendría entonces preguntarnos: ¿en qué, a estas
alturas, hemos avanzado en conocer mejor la misericordia de Dios y su mandato a
ser misericordiosos “como el Padre vuestro es misericordioso”? (Lucas 6, 27).
En la misma carta, el Papa nos adelanta y aclara
que: la “Misericordia es fuente de alegría, de serenidad y de paz”, que: “Misericordia:
es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro” y que
“Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona,
cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida”.
Habiendo concluido, el día de ayer, su segundo año
de dirigir nuestro país, lo que se puede analizar en el ámbito político,
económico y social es que al concluir el Año Jubilar de la Misericordia, el
próximo noviembre, el actual gobierno habrá concluido la mitad del término de
su mandato y el partido FMLN habrá gobernado ya por siete años y medio.
Convendría también entonces que el gobierno y el partido
FMLN se pregunte: ¿qué tanto hemos mejorado las necesidades básicas de la
mayoría de salvadoreños? y por qué no: ¿que tan misericordiosos hemos sido con
el pueblo que dirigimos?. Aunque pareciera
que la mayoría de políticos no consideran que el ser misericordiosos es algo
que les compete a ellos, sino que solo se aplica para las personas religiosas o
aquellas que pueden dedicarse a labores humanitarias. “Como político, tengo cosas más importantes que hacer”, se justifican
muchos.
Mientras tanto y a raíz de la evaluación de los dos
años de gobierno del presidente Sánchez Cerén, lo que las encuestas reflejan es
que alrededor del 50% de los salvadoreños opinan que la situación económica de
su familia ha desmejorado en los dos últimos años. Un 30% opina que sigue igual y solo un 18 % contesta que ha
mejorado.
Además, la realidad demuestra que en comparación
con el resto de países centroamericanos, que es una vara de medición adecuada
pues somos similares, las estadísticas dicen que durante el período de los dos
últimos gobiernos del FMLN, la taza de crecimiento de la economía de nuestro
país ha sido la tercera parte del promedio del resto de países hermanos de
Centro America; lo cual diagnostica que se necesita una nueva forma de promover
más generación de empleos, pues la confrontación que ha existido entre el
gobierno y la empresa privada, que es quien los genera, no lo está permitiendo.
A propósito de un mejor bienestar económico y
social y se refiere a políticos y no políticos, lo que el papa Francisco nos
dice en su carta es que: “Es mi
vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el jubileo sobre las
obras de misericordia corporales y espirituales. Redescubramos las misericordias corporales: dar de comer al
hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero,
asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos de las obras de
misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no
sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar
con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los
difuntos”.
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