El mundo se encuentra con los ojos puestos en Río
de Janeiro, Brasil; ciudad donde se están llevando a cabo las olimpíadas mundiales.
La primera razón es porque los olimpíadas mundiales
son el espectáculo deportivo más completo y por ende más importante a nivel
mundial, donde se dan cita los mejores atletas del planeta y esto solo se lleva
a cabo cada cuatro años; lo que hace que para la mayoría de participantes, lo
más probable es que esta oportunidad solo se les presente una vez en la vida.
La segunda razón es porque el mundo se está dando
cuenta de lo dañino que puede ser la aparentemente insignificante y diminuta picada
de un mosquito, pues desde hace unos meses, Brazil y la ciudad de Río de
Janeiro en particular, comenzaron a ser noticia, a nivel mundial, por ser el país
y una de las ciudades más infestadas con el mosquito que produce la enfermedad
del zika y la cual se manifiesta principalmente en las mujeres embarazadas que
la adquieren; pues estas corren un alto riesgo de tener bebés con deformidades
en el cerebro.
Como manera de prevención, hubieron varios intentos
de distintos gobiernos por cambiar la cede a otro país, priorizando la salud de
sus ciudadanos. Sin embargo, esto
no pudo lograrse.
La alarma es mundial y como alternativa, la mayoría
de países están no solo educando a sus ciudadanos para prepararlos a como
prevenir la enfermedad, sino advirtiéndoles de sus graves consecuencias y en
adición desarrollando programas integrales, a costos que solo los gobiernos
pueden realizar; para evitar la proliferación del mosquito portador con
campañas aéreas de fumigación y grandes contingentes de personas dedicadas,
únicamente, a eliminar los residuos de agua donde nacen los mosquitos.
Viendo esta alarma a nivel mundial y pudiendo ver
en todos los medios como los distintos gobiernos de los países democráticos se
preocupan por la salud de sus ciudadanos, la preocupación surge entre los
salvadoreños, de porqué nuestro gobierno todavía no emprende este tipo de campañas
masivas y aéreas contra la propagación del mosquito; siendo que nosotros no
solo estamos padeciendo, desde ya hace varios meses, del Zika, sino tenemos muchos
años de estar padeciendo de enfermedades contagiosas como: el H1N1, luego del
Dengue, después del Chikungunya y que si bien pueden considerarse estas de
menores consecuencias que el ZIKA, minimizar los daños a la población es de responsabilidad
absoluta del gobierno y no de “todos”, como se nos vende en la propaganda
oficial; tal y como lo están demostrando los gobiernos responsables de otros
países.
La falta de responsabilidad del gobierno actual no
solo se puede percibir en el descuido a la salud de los ciudadanos, que es
obviamente evidente y emergente, sino en la falta de atención a las plagas en
la agricultura; pues como ejemplo, ha dejado en manos de los caficultores
particulares lo que únicamente se puede combatir a nivel de gobierno, como lo
es una enfermedad tan destructiva para el parque cafetero del país como la roya
y la cual ha causado que la producción de café haya bajado a niveles por debajo
del 20% de años anteriores y que como consecuencia ha dejado de producir miles
de empleos; perjudicando a todos los salvadoreños.
El país pasa por momentos difíciles en muchos
campos, pero lo primero que el gobierno debe priorizar es la salud de los
ciudadanos y el prevenir plagas agrícolas, que deterioren la alimentación y el
empleo.
Esto solo puede logarse desarrollando programas de
control masivos, programados integralmente y a nivel nacional y es lo único que
evitara que nazca un niño más con deformaciones cerebrales y los cafetales se
sigan deteriorando.
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