El pasado domingo 4 de Septiembre, el papa
Francisco canonizó a una santa, como lo es madre Teresa de Calcuta. Decimos que canonizó una santa, aunque
pareciera una redundancia, pues lo único que hace la Iglesia Católica al canonizar
a una persona es confirmar inequívocamente que ella o él ha demostrado, durante
toda su vida y después de un arduo proceso de evaluación y estudio, que es
indudablemente santa y puede venerarse en los altares.
Innumerables son las obras de caridad que Santa Madre Teresa de Calcuta ha desarrollado en todo
el mundo, inclusive en nuestro querido país, donde en San Marcos fundó y
actualmente existe, un hogar para el cuido de adultos mayores y personas enfermas
con VIH.
En la homilía de la misa en Catedral, ofrecida en
la víspera de su santificación, Monseñor Rosa Chávez recordó como le impresionó
la humildad de Santa Teresa, cuando al momento de recoger su equipaje, a raíz
de su visita a nuestro país en Julio de 1988, se dio cuenta que sus
pertenencias personales y las de sus acompañantes no venían en valijas; sino en
cajas de cartón amarradas con un lazo.
Igualmente contó como al momento de pasar por San
Marcos, la hoy declarada santa tiró a la calle unas medallitas de la Virgen
Milagrosa; contándole luego que siempre que ella lanzaba esas medallitas, Dios
bendecía el lugar haciendo posible fundar una Casa de la Caridad, lo cual es
ahora confirmado por la existencia del hogar anteriormente mencionado.
En otra de sus anécdotas, se cuenta que un día
recorría sus hospitales uno de sus multimillonarios e importantes donantes y al
momento de ver como ella le estaba limpiando las llagas a uno de sus pacientes
con lepra, el multimillonario la felicitó y le dijo que él no haría eso ni por
un millón de dólares; a lo que ella le contestó que tampoco ella lo haría por
un millón de dólares y que solo lo hacía por amor.
En cuanto a la paz del mundo, en uno de sus
discursos ante el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, quien
está a favor del aborto, manifestó: “Cualquier país que acepta el aborto no
está enseñando a sus ciudadanos a amar, sino a usar la violencia para obtener
lo que quiere. Por eso, el mayor enemigo
de la paz, es el aborto”.
Quizás una de sus frases más aleccionadoras para
toda la humanidad y especialmente para nuestro país, es la que dice: “El fruto
del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe
es el amor; el fruto del amor es el servicio y el fruto del servicio es la
paz”.
Según lo expresado por Santa Teresa, la paz
comienza con el silencio o sea, aplicándolo a nuestro país, valdría la pena
preguntarnos como anda el silencio o los gritos y la violencia en nuestros
hogares. Pues según ella, si en
nuestros hogares no existe el silencio adecuado y en nuestro país se esté
queriendo aprobar la legalidad del aborto, tampoco debemos esperar que el amor
familiar va a prosperar y mucho menos el servicio entre vecinos; por lo que en
la medida que nuestros líderes políticos no reconozcan esto, tanto más lejos
estamos de alcanzar la paz y armonía entre todos los salvadoreños.
También, en una ocasión le preguntaron: “¿Cuál es
la primera necesidad? Y contestó: Comunicarse. ¿Cuál es la persona más peligrosa? Y contestó: la mentirosa. ¿Y que es lo más imprescindible? El hogar.
Como país, nuestros problemas se solucionarían, si
todos comenzáramos a promover las enseñanzas de Santa Madre Teresa de Calcuta.
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