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Canonización de Monseñor Romero

sábado, 24 de mayo de 2014

Cronología de un Milagro - Marzo 2009-III


Lunes 16 de marzo de 2009

Gálatas 5, 13-14; 6, 9
Salmo 34

Amanecí preocupado por la reacción de anoche del FMLN.  Me recordó los momentos que vivimos en los 80.  Nos pusimos a rezar y empecé a ver el programa con la entrevista de Mauricio Funes, la cual me pareció muy buena y llena de esperanza.  El Señor me dijo:

13 Nuestra vocación, hermanos, es la libertad. No hablo de esa libertad que encubre los deseos de la carne, sino del amor por el que nos hacemos esclavos unos de otros. 14 Pues la Ley entera se resume en una frase: Amarás al prójimo como a ti mismo. 6, 9 Así, pues, hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos si somos constantes.

Me fui al Santísimo a las 4:30 p.m. y después a misa.  No sabía ni qué pedir, más que la misericordia del Señor.  
Hablé por la mañana con el gerente del Banco C y me dijo que ya habían acordado decirle a su abogado, que firmara el acuerdo como estaba.
Pasé a ver a Alex y hablamos del gane ayer en las elecciones del FMLN y ambos estuvimos de acuerdo que es lo mejor.  En el Santísimo me encontré a Luigi y después me fui a misa.
Me encontré también con Fernando y me dijo que la Virgen había intercedido para que ganara el FMLN, pues si no hubiera habido un baño de sangre y que era lo mejor que podía haber pasado.  En el grupo de Encuentros, Vinicio nos dijo que el Señor le había dicho lo  mismo y le había dado la Palabra Jeremías 32, donde a pesar que el Señor iba a entregar a Israel a los caldeos, el Señor le dice a Jeremías que compre un campo, pues El iba después a hacer que todo volviera a ser mejor que como estaba.  En el Santísimo, el Señor me dijo el:

20 Y aunque el justo padezca muchos males, de todos los librará el Señor. 21 El cuida con afán todos sus huesos, no le será quebrado ni uno de ellos.

Martes 17 de marzo de 2009

Exodo 32, 11
Mathew Henry 108
Pensamientos de San Agustín

Me levanté a orar, como resignado a la voluntad de Dios, sin poder hacer nada, pues nada camina.  El Señor me dijo:

11 Moisés suplicó a Yavé, su Dios, con estas palabras: «Oh Yavé, ¿cómo podrías enojarte con tu pueblo, después de todos los prodigios que hiciste para sacarlo de Egipto? MW 108 Dios depuso benignamente el ardor de su ira y el vigor de su sentencia y se arrepintió del mal que dijo que había de hacer. San Agustín “La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios.”

Fui a una reunión en ANEP y cuando ya tenía algo que decir, entraron los reporteros y decidí ya no hablar.  ¿Habré hecho lo correcto?  Señor, qué es lo que me pasa, que ya no tengo seguridad de mí mismo y es que sólo trato de hacer Tú voluntad y no la mía.  Pasé un día bien preocupado, más bien deprimido; de no sentir la cercanía del Señor.  
Nos llegó un email optimista del abogado.  Pero lo leí como ver llover, pues ya no creo nada, pues nada camina.  No sé porqué el Señor todavía no quiere que las cosas se resuelvan.

Miércoles 18 de marzo de 2009

Salmo 122
Hechos 18, 9-10

Me levanté a orar.  Nos llamó una de las esposas del grupo, dándonos una noticia bastante negativa.  Otra noticia negativa y otra oración que por alguna razón el Señor no ha escuchado.  Pero El sabrá mejor qué es lo que nos conviene.  Sin embargo me siento triste de no sentirlo cerca.  Me contestó:

1 Me puse alegre cuando me dijeron: ¡Vamos a la casa del Señor! 2 Ahora nuestros pasos se detienen delante de tus puertas, Jerusalén. 7 ¡Que la paz guarde tus muros y haya seguridad en tus palacios! 8 Por mis hermanos y por mis amigos quiero decir: ¡La paz esté contigo!

Luego comprendí que el Señor me quería reconfortar diciéndome algo más y me dijo:

9… «No tengas miedo, sigue hablando y no calles, 10 pues en esta ciudad me he reservado un pueblo numeroso. Yo estoy contigo y nadie podrá hacerte daño.»

El día pasó de nuevo y no hubo nada especial.  El tiempo sólo pasa y pasa y yo me siento “destruido”, como dice Facundo Cabrales.  
Fui a misa, luego fuimos a la reunión de grupo de Secretaría, estando ahí recibí una llamada de Vinicio y me dejó el mensaje que el Señor nos mandaba a decir por medio de Annel que:

Ninguna de tus oraciones quedará sin respuesta,  ningún sacrificio quedará sin recompensa.

¡Amén! Me hizo sentir confiado en el Señor y comprender que El es el dueño del tiempo y debemos esperar pacientemente.  Por la tarde me habló el gerente del Banco C, que ya los bancos habían aprobado el borrador y que me lo iba a enviar; pero no me lo envió.

Jueves 19 de marzo de 2009

1 Corintios 11, 29-30

Me levanté a orar, pero estoy cansado.  Estoy como cansado de que nada parece que tiene fin.  El Señor me dijo:

29 Quien come y bebe sin reconocer el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condena. 30 Esta es la causa de que haya entre ustedes muchos enfermos y débiles y que mueran tantos.

No entendí porqué me estaba diciendo el Señor esta Palabra tan dura, pero comprendí que estábamos sufriendo todo esto, porque algunos de nuestros antepasados rechazaron al Señor.  
Pasé todo el día buscando unos papeles, pues ya están en las últimas de la preparación para el juicio.  Después fui con Camila a Tigo, pues quería comprar un Blackberry para su línea de teléfono.  Decidí ir a ver a mi mamá como a las 4:30 p.m. y me habló Sylvia Regina que iba para donde el médico Manuel Rivera, pues se sentía mal.  El Espíritu Santo me hizo ver que esto iba a ser la prueba de enfermedad que íbamos a tener, pero que todo iba a salir bien.  Fuimos al médico y nos dijo que no le gustaba lo que estaba viendo y que era inminente que hiciera un cateterismo, pues si no, a lo mejor Sylvia Regina podría tener un ataque cardíaco en la madrugada y que mejor que le dijéramos que era un alaraca, a que lo estuviéramos llamando en la madrugada con una emergencia.  Nos fuimos al hospital, nos recibieron en emergencia y me dijeron que tenía que poner un depósito de $2,000.   Le dije a Dios, Señor estamos en tus manos, pues tú sabes que no tenemos dinero y gracias a Dios, la tarjeta de Sylvia Regina pasó por esa cantidad, pero todavía no sabíamos cuánto iba a ser lo demás.  Subimos a la sala de operaciones.  Le hablé a Francisco como para contarle que la prueba de salud había venido y se me salieron las lágrimas de los ojos, de sentir el amor del Señor.  Entró Sylvia Regina y me puse a rezar el Rosario.  Estaba yo solo.  Al rato vino Rober y seguimos rezando el Rosario.  Luego vinieron Guayo y mi mamá, Gerardo y Carmen Elena; Ariana y Luigi.
Salió el médico y me dijo que todo había salido bien.  Me metió a la sala de operaciones y me enseñó el fílmico de todo el corazón de Sylvia Regina, donde se podía ver todas las arterias y me dijo que todo estaba bien y que iba a tener esposa por mucho tiempo más.  Que no se explicaba como todo el cuadro había cambiado, pues lo que había experimentado no era lo que encontró una vez había entrado con el cateterismo; que no se explicaba que había pasado.  Yo sí, pues sabía que el Señor iba a obrar yhacernos el milagro que no hubiera nada malo.  ¡Gloria a Dios!

Viernes 20 de marzo de 2009

Sirácides 24, 30-33

Me levanté a orar en el hospital.  Sylvia Regina pasó una noche calmada y sin problemas.  Yo me dormí todo el tiempo, con la misma ropa en que andaba.  El Señor me dijo:

30 Yo soy como canal que sale del río, como acueducto que entra en un jardín. 31 Yo dije: “Regaré mi huerto y empaparé mis prados” ¡Y he aquí que mi canal se hizo un río y mi río se hizo mar! 33 Derramaré la instrucción como profecía y la transmitiré a las futuras generaciones. 34 Ved que no he trabajado para mí, sino para todos los que buscan la sabiduría. 25, 1 En tres cosas se complace mi alma, que son agradables a Dios y a los hombres: La concordia entre hermanos, la amistad entre vecinos y marido y mujer bien avenidos.

Salimos del hospital como a las doce y no me cobraron nada más que el depósito y 0.18 centavos más.  El Señor había intercedido por nosotros, por medio de Manuel Rivera, que también nos hizo un descuento en sus honorarios.  Al regresar a la casa, recibimos un email de Sylvia Ann, que decía la Virgen que:

Don’t worry about the money.

Yo me deposité en los brazos del Señor.  Me fui a misa a dar gracias al Señor por el milagro que todo había salido bien y habíamos podido pagar todas las cuentas.  Durante la misa el Señor me iluminó para ir a la oficina y recoger los papeles que quería el abogado, pero ya no pude ir, pues me habló Alex que mi mamá se había entristecido en la misa de Alfonso Alvarez, por todo lo que nos está pasando e iba para mi casa.  Me vine a la casa, pero mi mamá ya no vino, pues me dijo que se había sentido muy mal y había decido mejor irse a la casa.  ¿Señor, a dónde estás?

Sábado 21 y domingo 22 de marzo de 2009

Crónicas 36

Me levanté a preparar el programa a la carrera, pues quería ir a buscar los papeles a la oficina y contestarle al abogado antes del mediodía.  Estando ahí me acordé de revisar los papeles que tengo en la caja fuerte y cual va siendo mi sorpresa que ahí estaban los papeles referentes a la correspondencia que necesitábamos y que creí que ya no los teníamos; pues pensé que se los había mandado a Greenberg.  Estaba seguro que esta información iba a ser relevante para el caso y probar el fraude y que iban a ser los papeles que había profetizado Edith.
Pasé toda la tarde enviándolos y terminé como a las 7:00 p.m..  Le daba gracias a Dios por todas sus bendiciones.  
En la mañana, Él me había dicho:

Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años.

Rezamos todo el sábado y el domingo en casa, con Rober y Camila.  Fue un día bien bendecido por el Señor. Fue primera vez que comíamos en la terraza del cuarto de nosotros. ¡Gracias Señor, por todas tus bendiciones… Amén!

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