Lunes 16 de marzo de
2009
Gálatas 5, 13-14; 6, 9
Salmo 34
Amanecí preocupado por
la reacción de anoche del FMLN. Me
recordó los momentos que vivimos en los 80. Nos pusimos a rezar y empecé a ver el programa con la
entrevista de Mauricio Funes, la cual me pareció muy buena y llena de esperanza.
El Señor me dijo:
13
Nuestra vocación, hermanos, es la libertad. No hablo de esa libertad que
encubre los deseos de la carne, sino del amor por el que nos hacemos esclavos
unos de otros. 14 Pues la Ley entera se resume en una frase: Amarás
al prójimo como a ti mismo. 6, 9 Así, pues, hagamos el bien sin
desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos si somos constantes.
Me fui al Santísimo a
las 4:30 p.m. y después a misa. No
sabía ni qué pedir, más que la misericordia del Señor.
Hablé por la mañana con
el gerente del Banco C y me dijo que ya habían acordado decirle a su abogado, que
firmara el acuerdo como estaba.
Pasé a ver a Alex y
hablamos del gane ayer en las elecciones del FMLN y ambos estuvimos de acuerdo
que es lo mejor. En el Santísimo
me encontré a Luigi y después me fui a misa.
Me encontré también con
Fernando y me dijo que la Virgen había intercedido para que ganara el FMLN,
pues si no hubiera habido un baño de sangre y que era lo mejor que podía haber
pasado. En el grupo de Encuentros,
Vinicio nos dijo que el Señor le había dicho lo mismo y le había dado la Palabra Jeremías 32,
donde a pesar que el Señor iba a entregar a Israel a los caldeos, el
Señor le dice a Jeremías que compre un campo, pues El iba después a hacer que
todo volviera a ser mejor que como estaba. En el Santísimo, el Señor me dijo el:
20 Y
aunque el justo padezca muchos males, de todos los librará el Señor. 21 El
cuida con afán todos sus huesos, no le será quebrado ni uno de ellos.
Martes 17 de marzo de
2009
Exodo 32, 11
Mathew Henry 108
Pensamientos de San
Agustín
Me levanté a orar, como
resignado a la voluntad de Dios, sin poder hacer nada, pues nada camina. El Señor me dijo:
11
Moisés suplicó a Yavé, su Dios, con estas palabras: «Oh Yavé, ¿cómo podrías
enojarte con tu pueblo, después de todos los prodigios que hiciste para sacarlo
de Egipto? MW 108 Dios depuso benignamente el ardor de su ira y el vigor
de su sentencia y se arrepintió del mal que dijo que había de hacer. San
Agustín “La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios.”
Fui a una reunión en
ANEP y cuando ya tenía algo que decir, entraron los reporteros y decidí ya no
hablar. ¿Habré hecho lo correcto? Señor, qué es lo que me pasa, que ya no
tengo seguridad de mí mismo y es que sólo trato de hacer Tú voluntad y no la
mía. Pasé un día bien preocupado,
más bien deprimido; de no sentir la cercanía del Señor.
Nos llegó un email
optimista del abogado. Pero lo leí
como ver llover, pues ya no creo nada, pues nada camina. No sé porqué el Señor todavía no quiere
que las cosas se resuelvan.
Miércoles 18 de marzo de
2009
Salmo 122
Hechos 18, 9-10
Me levanté a orar. Nos llamó una de las esposas del grupo,
dándonos una noticia bastante negativa.
Otra noticia negativa y otra oración que por alguna razón el Señor no ha
escuchado. Pero El sabrá mejor qué
es lo que nos conviene. Sin
embargo me siento triste de no sentirlo cerca. Me contestó:
1 Me
puse alegre cuando me dijeron: ¡Vamos a la casa del Señor! 2 Ahora
nuestros pasos se detienen delante de tus puertas, Jerusalén. 7 ¡Que
la paz guarde tus muros y haya seguridad en tus palacios! 8 Por mis
hermanos y por mis amigos quiero decir: ¡La paz esté contigo!
Luego comprendí que el
Señor me quería reconfortar diciéndome algo más y me dijo:
9…
«No tengas miedo, sigue hablando y no calles, 10 pues en esta ciudad
me he reservado un pueblo numeroso. Yo estoy contigo y nadie podrá hacerte
daño.»
El día pasó de nuevo y
no hubo nada especial. El tiempo
sólo pasa y pasa y yo me siento “destruido”, como dice Facundo Cabrales.
Fui a misa, luego fuimos
a la reunión de grupo de Secretaría, estando ahí recibí una llamada de Vinicio
y me dejó el mensaje que el Señor nos mandaba a decir por medio de Annel que:
Ninguna de tus oraciones quedará sin respuesta, ningún sacrificio quedará sin
recompensa.
¡Amén! Me hizo sentir
confiado en el Señor y comprender que El es el dueño del tiempo y debemos
esperar pacientemente. Por la
tarde me habló el gerente del Banco C, que ya los bancos habían aprobado el borrador
y que me lo iba a enviar; pero no me lo envió.
Jueves 19 de marzo de
2009
1 Corintios 11, 29-30
Me levanté a orar, pero
estoy cansado. Estoy como cansado
de que nada parece que tiene fin. El
Señor me dijo:
29
Quien come y bebe sin reconocer el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia
condena. 30 Esta es la causa de que haya entre ustedes muchos
enfermos y débiles y que mueran tantos.
No entendí porqué me
estaba diciendo el Señor esta Palabra tan dura, pero comprendí que estábamos
sufriendo todo esto, porque algunos de nuestros antepasados rechazaron al
Señor.
Pasé todo el día
buscando unos papeles, pues ya están en las últimas de la preparación para el
juicio. Después fui con Camila a
Tigo, pues quería comprar un Blackberry para su línea de teléfono. Decidí ir a ver a mi mamá como a las
4:30 p.m. y me habló Sylvia Regina que iba para donde el médico Manuel Rivera,
pues se sentía mal. El Espíritu
Santo me hizo ver que esto iba a ser la prueba de enfermedad que íbamos a
tener, pero que todo iba a salir bien.
Fuimos al médico y nos dijo que no le gustaba lo que estaba viendo y que
era inminente que hiciera un cateterismo, pues si no, a lo mejor Sylvia Regina
podría tener un ataque cardíaco en la madrugada y que mejor que le dijéramos
que era un alaraca, a que lo estuviéramos llamando en la madrugada con una
emergencia. Nos fuimos al
hospital, nos recibieron en emergencia y me dijeron que tenía que poner un
depósito de $2,000. Le dije
a Dios, Señor estamos en tus manos, pues tú sabes que no tenemos dinero y
gracias a Dios, la tarjeta de Sylvia Regina pasó por esa cantidad, pero todavía
no sabíamos cuánto iba a ser lo demás. Subimos a la sala de operaciones. Le hablé a Francisco como para contarle que la prueba de
salud había venido y se me salieron las lágrimas de los ojos, de sentir el amor
del Señor. Entró Sylvia Regina y
me puse a rezar el Rosario. Estaba
yo solo. Al rato vino Rober y
seguimos rezando el Rosario. Luego
vinieron Guayo y mi mamá, Gerardo y Carmen Elena; Ariana y Luigi.
Salió el médico y me dijo
que todo había salido bien. Me
metió a la sala de operaciones y me enseñó el fílmico de todo el corazón de
Sylvia Regina, donde se podía ver todas las arterias y me dijo que todo estaba
bien y que iba a tener esposa por mucho tiempo más. Que no se explicaba como todo el cuadro había cambiado, pues
lo que había experimentado no era lo que encontró una vez había entrado con el
cateterismo; que no se explicaba que había pasado. Yo sí, pues sabía que el Señor iba a obrar yhacernos el
milagro que no hubiera nada malo.
¡Gloria a Dios!
Viernes 20 de marzo de
2009
Sirácides 24, 30-33
Me levanté a orar en el
hospital. Sylvia Regina pasó una
noche calmada y sin problemas. Yo
me dormí todo el tiempo, con la misma ropa en que andaba. El Señor me dijo:
30 Yo
soy como canal que sale del río, como acueducto que entra en un jardín. 31
Yo dije: “Regaré mi huerto y empaparé mis prados” ¡Y he aquí que mi canal se
hizo un río y mi río se hizo mar! 33 Derramaré la instrucción como
profecía y la transmitiré a las futuras generaciones. 34 Ved que no
he trabajado para mí, sino para todos los que buscan la sabiduría. 25, 1
En tres cosas se complace mi alma, que son agradables a Dios y a los hombres:
La concordia entre hermanos, la amistad entre vecinos y marido y mujer bien
avenidos.
Salimos del hospital
como a las doce y no me cobraron nada más que el depósito y 0.18 centavos
más. El Señor había intercedido
por nosotros, por medio de Manuel Rivera, que también nos hizo un descuento en
sus honorarios. Al regresar a la
casa, recibimos un email de Sylvia Ann, que decía la Virgen que:
Don’t worry
about the money.
Yo me deposité en los brazos
del Señor. Me fui a misa a dar
gracias al Señor por el milagro que todo había salido bien y habíamos podido
pagar todas las cuentas. Durante
la misa el Señor me iluminó para ir a la oficina y recoger los papeles que
quería el abogado, pero ya no pude ir, pues me habló Alex que mi mamá se había
entristecido en la misa de Alfonso Alvarez, por todo lo que nos está pasando e
iba para mi casa. Me vine a la
casa, pero mi mamá ya no vino, pues me dijo que se había sentido muy mal y
había decido mejor irse a la casa. ¿Señor, a dónde estás?
Sábado 21 y domingo 22
de marzo de 2009
Crónicas 36
Me levanté a preparar el
programa a la carrera, pues quería ir a buscar los papeles a la oficina y
contestarle al abogado antes del mediodía. Estando ahí me acordé de revisar los papeles que tengo en la
caja fuerte y cual va siendo mi sorpresa que ahí estaban los papeles referentes
a la correspondencia que necesitábamos y que creí que ya no los teníamos; pues
pensé que se los había mandado a Greenberg. Estaba seguro que esta información iba a ser relevante para
el caso y probar el fraude y que iban a ser los papeles que había profetizado
Edith.
Pasé toda la tarde
enviándolos y terminé como a las 7:00 p.m.. Le daba gracias a Dios por todas sus bendiciones.
En la mañana, Él me
había dicho:
Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la
desolación, hasta que se cumplan setenta años.
Rezamos todo el sábado y
el domingo en casa, con Rober y Camila.
Fue un día bien bendecido por el Señor. Fue primera vez que comíamos en
la terraza del cuarto de nosotros. ¡Gracias Señor, por todas tus bendiciones…
Amén!
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