Albert Einstein, que contribuyó a la creación de la
bomba atómica y “Premio Nobel” en 1921, dijo que: “La paz no se logra por la fuerza,
sino por entendimientos”.
Pocos son los años de paz que nuestro querido país ha
gozado en los últimos cincuenta años.
No nos debe de sorprender, entonces, que la principal razón del porqué
no hemos sido capaces de tener un crecimiento económico y social sostenido, es
porque no hemos tenido un escenario de paz que garantice, en el largo plazo, la
seguridad personal de nuestras familias.
No se trata, entonces, de si hemos tenido gobiernos
buenos o malos, sino de comprender que la base del crecimiento económico y
social depende de la expectativa de la mayoría de ciudadanos de vivir en “paz”;
sobretodo para las futuras generaciones.
En el momento actual, el gobierno del presidente
Sánchez Cerén ha cumplido ya casi cien días de su mandato y los dos partidos
políticos más importantes, ARENA y FMLN, han elegido a los principales candidatos
para las próximas elecciones. Sin
embargo, las expectativas de paz están mas lejos que nunca y el resto de
salvadoreños debemos de estar expectantes, pero con optimismo, pues en las
próximas elecciones de 2015 se nos abre la posibilidad de poder contribuir
directamente, asegurándonos de votar por aquellas personas que creamos que
comprenden que vivir en paz es el más importante tesoro y que tal y como dijo
Albert Einstein, esta no se logra “por la fuerza”; sino a base de buscar y
promover “entendimientos”.
Con respecto al gobierno, por ser el máximo
representante de todos los salvadoreños, es la responsabilidad del presidente
Sánchez Cerén el ejercer su liderazgo para que los entendimientos entre los
distintos sectores se favorezcan y reine un ambiente de confianza, que facilite
la paz. Sin embargo, durante estos
casi cien días de gobierno, si bien el presidente ha hablado mucho de buscar “acuerdos”,
las recientes encuestas reflejan que muy poco ha convencido a los salvadoreños que
está logrando los consensos necesarios.
En cuanto a ARENA, lo que hemos visto es que por
primera vez un partido político se ha abierto a la democracia interna y lo
importante del proceso es que ha puesto a disposición de los votantes del 2015,
un grupo de personas “jóvenes” políticamente y que siendo elegidas como
diputados o alcaldes, pueden terminar de consolidar un movimiento de cambio
dentro del partido, el cual favorezca los “entendimientos” sinceros, éticos y
honestos entre los distintos partidos políticos; que es lo que todo buen
salvadoreño desea.
Del FMLN, lo que se puede percibir es que sigue con
su autoritarismo para elegir sus futuros candidatos y que, unido al
comportamiento actual del gobierno, se debe comprender que la actual dirigencia
no ha cambiado su forma de pensar y siguen creyendo que es el gobierno el que
debe imponer, “por la fuerza”, las reglas del que hacer económico y social. En otros países, a esto se le está llamando
“Socialismo de Siglo XXI”, con la intención de poder justificar esta imposición
de “fuerza”, dentro de un marco aparentemente “democrático”.
De ahí que, en el 2015, independientemente de con
que partido político simpaticemos, no debemos esperar que todos los candidatos
de ese partido estén de acuerdo con lo que dijo Albert Einstein o que la
búsqueda de la paz es algo donde los salvadoreños comunes y corrientes no
podemos contribuir; pues la herramienta con que ahora contamos es que, al
momento de emitir nuestro voto, vamos a tener la libertad de elegir y dar
nuestro voto por aquellas personas, dentro de nuestro propio partido, que
estemos seguros que van a procurar la paz a base de “entendimientos” y no “por
la fuerza”; que es lo que se necesita para generar los empleos que tanto necesitamos.
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