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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 22 de mayo de 2015

¿Que diría Monseñor Romero hoy?


Sin duda diría lo mismo que escribió en su “Diario”, el 16 de Octubre de 1979:  “Nuestro llamamiento se dirige también a cuantos, para defender injustamente sus propios intereses y privilegios económicos, sociales y políticos, se han hecho culpables de tanto malestar y violencia.  Permítanme recordarles que la justicia y la voz de los pobres deben ser escuchadas por ustedes como la misma causa del Señor, que llama a la conversión y que será juez de todos los hombres.”

La diferencia de aquel entonces a ahora, es que en 1979 Monseñor Romero se refería a los “pobres”, para representar no solo a los que carecen de recursos económicos, sino a los que no tenían voz; por vivir en un ambiente dictatorial de los gobiernos de turno.  Ahora, después de más de treinta años, lo que cuando menos hay que reconocer es que los “pobres” ya tienen voz y la ejercitan libremente a través del voto; fruto de la democratización que hemos experimentado desde entonces.

De ahí que, la elección de la última junta directiva de la Asamblea Legislativa, como que nos recuerda hacia quien van dirigidas las advertencias de Monseñor Romero, pues su composición actual pone en evidencia que esta ha sido solo fruto de una negociación entre los partidos FMLN y GANA; olvidándose por completo de la voluntad de los votantes (los “pobres” de Monseñor Romero), expresada en las urnas.

Es ya importante el que se trate de marginar la influencia del partido más votado en las pasadas elecciones.  Pero lo que es más inaceptable y que demuestra que los intereses “políticos”, como dice Monseñor Romero, están por encima de los intereses de los “pobres”, es que en un afán de mantener el poder absoluto; la presidencia se la han repartido en períodos iguales de tiempo, entre ambos partidos; olvidándose de escuchar “la voz” de la población, al momento de emitir su voto.

Igualmente ha quedado en duda de si se escuchó la verdadera intención de los votantes, con la forma en que el TSE procesó y manejó los resultados de las pasadas elecciones.  Hasta ahora no se escucha ningún “fue por mi culpa” o se sanciona de alguna forma a los responsables de tan inmenso desastre; el cual está cuestionando todo el proceso de democratización de cual los “pobres” (votantes de 2015), ya se sentían bastante esperanzados.

En el campo de la responsabilidad del gobierno, tampoco parece que se trata de escuchar la voz de los pobres, pues ante el evidente fracaso del SITRAMSS, no se escuchan funcionarios que se sienten responsables de haber creado una ciudad completamente infuncional y mucho más colapsada de lo que antes estaba.

El mismo error de falta de planificación adecuada es lo que está por cometerse, nuevamente, en los pasos a nivel proyectados a lo largo de la Avenida Jerusalén y los cuales pareciera que van a resolver el problema caótico en que se encuentra dicha importante arteria.  Pero que, en opinión de varios expertos, lo que van a hacer es agravar el problema, pues lo que eso va a causar es una mayor concentración del tráfico.  La verdadera solución, se plantea, es la de crear vías alternas que reduzcan la necesidad de transitar por dicha avenida.

Por último, unos días antes de la beatificación de Monseñor Romero, quiera Dios que a los que él se dirige en su “Diario” reconsideren sus intenciones y corrigiendo lo que hasta ahora se ha hecho buscando solamente intereses particulares, se respete la voluntad de los que ya tienen voz, fruto de lo que se ha logrado en cuanto a la independencia de los Órganos del Estado y no se trate de quitárselas nuevamente, neutralizando a través de nuevas leyes a la Sala de lo Constitucional; que ha sido la garante del proceso democrático.

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