Mucho se habla ahora de los “indecisos”. La mayoría de los comentarios son despectivos,
como que son personas sin criterio propio, pues en algunas elecciones pueden
votar de un modo y en otra de otro.
En la práctica son los más importantes, pues la realidad es que el
desprestigio es solo parte de la estrategia de los partidos en el poder, para
que estos votantes no voten y el porcentaje de su voto “duro”, que siempre
vota, se vuelva más importante.
En verdad, en su gran mayoría, los “indecisos” son
personas, ante todo, “democráticas” y para comprometer su voto, la pregunta más
importante que se hacen es: ¿quién de las fórmulas presidenciales es la que va
a garantizar que nuestra incipiente democracia se siga consolidando?
Partiendo de lo anterior, para el votante
“democrático”, la actual campaña política ha dejado mucho que desear y esto se
manifiesta porque el porcentaje de personas que todavía no se han decidido, ha
permanecido constante desde inicios del año anterior y equivalente a un 13% del
electorado, más o menos.
Sabiendo la importancia del voto “democrático”, el FMLN
ha sido el partido más “astuto” y es el que más ha tratado de “conquistar” este
voto. Lo ha hecho, inclusive, retomando
los argumentos tradicionales de ARENA, que son: el respeto a la ley, el promover
el empleo, el invertir en infraestructura, el promover las buenas relaciones
con los Estados Unidos, el apego a la moralidad y ética, etc.
Sin embargo, aún pregonando lo anterior y
publicitándolo de una forma masiva, con sonados recursos, con la ayuda de ALBA e
inclusive con la colaboración del actual presidente de la República y
recientemente con hasta el de la primera dama, lo cual no es permitido y además
antiético; es evidente que los “democráticos” no les han creído, pues el comportamiento
de algunos dirigentes del FMLN demuestra todo lo contrario o sea: un constante
menosprecio a la Constitución de la República e institucionalidad democrática,
un ataque frontal contra los que generan empleo; una admiración por países
donde se está aplicando los principios del “Socialismo del Siglo XXI” y que
permiten la reelección de presidentes de la República de por vida; un incremento
en la polarización, con toda aquella persona o institución que difiere de su
forma de pensar; una aceptación del aborto y matrimonios del mismo sexo, etc.
Por el otro lado, es indiscutible que a ARENA le ha
faltado mucha definición en su campaña y no ha hecho bien su tarea para atraer este
voto “democrático”, de una forma decidida. Sobretodo, le ha faltado resaltar el condenar los errores
de algunos de sus dirigentes en el pasado y recalcar que, si bien sus miembros
han podido cometer errores, el contrapeso más importante para que esto no
vuelva a suceder es el respeto a la ley, a la institucionalidad democrática y a
la alternancia en el poder; que es lo que el FMLN, sin decirlo, quiere
continuar “cambiando”; para eliminar estos contrapesos y que ellos puedan
gobernar indefinidamente, como está ocurriendo en el resto de países asociados
al AlBA.
En la próxima elección, para el voto “democrático”,
una buena guía para decidirse por quién votar es que lo más importante es promover
la posibilidad que se asegure la “alternancia” en el poder y para que esto
suceda, la única fórmula presidencial que lo garantiza es Norman Quijano y René
Portillo Cuadra, con todo y sus defectos; pues ya ARENA ha confirmado su
vocación democrática en el 2009, entregando la presidencia al FMLN.
Para que se consolide la democracia, que es lo que
interesa al voto “democrático”, lo que falta comprobar es si, perdiendo el FMLN,
es capaz de volver a entregar la presidencia a ARENA. En cuanto más rápido suceda esto, mejor para los
“democráticos” y por eso… “no deje de votar”.
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