Lunes 9 de noviembre de
2009
Me levanté a orar,
pendiente de lo que estaba pasando en Houston y preocupado porque si el juicio
se atrasa de nuevo, vamos a volver a caer en problemas de dinero y eso me pone
triste. Pero tengo una gran
confianza en que el Señor sabe lo que está haciendo y que “El proveerá”.
Me pasé toda la mañana
orando, recogiéndome en busca del Señor, para que me reconforte. Almorzamos con
Sofía, Poncho y Camila y le di gracias a Dios por darnos este momento, que ni
nos lo merecemos.
Por la tarde nos fuimos
a cenar con los consuegros y luego al boliche, pues Poncho papá tenía
campeonato. Cenamos en el “Chelís
Nuevo”, gracias Señor por este día. Se me olvidaba decir que fuimos a misa de 7:00 p.m. y antes
de eso al Santísimo. Eso me dio
una gran paz, pues dentro de todos estos problemas económicos, el Señor nos ha
dado este regalo de poder venir a visitar a Sofía, Poncho y Camila y poderle
celebrar su segundo cumpleaños a Camila.
Martes 10 de noviembre
de 2009
Toda la mañana pasamos preparando
las cosas para el cumpleaños de Camila.
A las 3:00 p.m. nos fuimos para allá. Por la mañana hablé con nuestro abogado y me dijo que él iba
a lograr que el juicio no se atrase después de Diciembre 7. ¿Señor, adónde estás? Sé que todo esto va a tener un desenlace
triunfal tuyo, pero no lo veo aún. ¡Señor Jesús, yo confío
en Ti! Es lo que repetía una y
otra vez, seguro que El sabe mejor que yo, qué es lo que nos conviene.
La piñata estuvo
lindísima, todo perfecto y Sofía y Poncho y Camila se veían felices, también
Sylvia Regina, lo cual me llena a mí de alegría y de ¡agradecimiento a Dios por
toda su misericordia a nosotros!, pues hemos podido estar aquí. Al final, nos fuimos con Poncho papá a
jugar boliche y tiré un 153! En
cada tiro pedía la ayuda del Espíritu Santo y funcionó, pues por lo menos no
jugué tan mal. ¡Gracias Señor por
este día!
Miércoles 11 de
noviembre de 2009
Santiago
3, 16-4
Nos levantamos y fuimos
a misa de 12:00 p.m.. Llegamos
algo tarde y después fuimos al Santísimo, ahí el Señor me dijo:
Los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros ante todo.
Además, son amantes de la paz, compasivos, dóciles, están llenos de
misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros. Los pacíficos
siembran la paz y cosechan frutos de justicia. Ustedes codician lo que no
pueden tener, si no lo alcanzan es porque no se lo piden a Dios. O si se lo
piden y no lo reciben es porque piden mal, para derrocharlo en placeres.
Había en el Santísimo
una joven llorando. Parecía que
tenía un problema grave y pedí por ella, para que el Señor le dé su paz. Luego fuimos a almorzar donde Avelino y
Sylvia. Llegaron todas las hijas o más bien la mayoría, con sus esposos y sentí
un ambiente muy apacible en la familia. Sylvia es muy religiosa y bendijo la mesa antes de comenzar.
Poncho no pudo ir. Después Avelino
nos llevó a su granja donde está sembrando chile morrón, chile jalapeño, pepino
y tomate. Me impresionó todas las
instalaciones y además la casa, pues es bien bonita y agradable. Sólo fuimos Sylvia Regina y yo, Sofía no
pudo ir.
Viernes 13 de noviembre
de 2009
Isaías
53, 3-12; 52, 10-15; 53, 2
Me levanté e
inmediatamente pedí por mi mamá, pues me acordé que hoy es su cumpleaños y
cumple 85 años, en los cuales le ha tocado sufrir mucho. ¡Señor
Jesús, ten misericordia de ella! Se me vino a la mente las palabras de
Santo Tomás Moro, pues ayer vimos la película “Elízabeth”, hija de Enrique
VIII; del cual Santo Tomás Moro era su Secretario de Estado o Relaciones
Exteriores. El le escribió una
carta a su hija Margarita, antes de ser degollado por orden del rey y le dijo
que no se preocupara, pues:
Todo lo que me sucede es porque Dios así lo quiere y si Dios así lo
quiere, por muy mal que me parezca, siempre será lo mejor.
Luego me vine a orar al
baño. Tenía ya días de no hacerlo,
desde que nos fuimos a Houston el 21 de octubre, hace bastante tiempo. El Señor me dio una palabra para mi mamá:
3
Era una mujer llena de dolor, acostumbrada al sufrimiento. 4 Y sin
embargo, ella estaba cargando con nuestros sufrimientos, estaba soportando
nuestros propios dolores. 6 Todos nosotros nos perdimos como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre ella la maldad
de todos nosotros. 10 El Señor quiso oprimirla con el sufrimiento. Y
puesto que ella se entregó al sacrificio por el pecado, tendrá larga vida y
llegará a ver sus descendientes; por medio de ella tendrán éxito los planes del
Señor. 12 Por eso Dios le dará un lugar entre los grandes y con los
poderosos participará del triunfo.
"No temas, pues Yo estoy contigo, no te desanimes. Yo Soy tu Dios, Yo te fortaleceré con mi triunfante Mano Diestra."
Isaías 41, 10
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