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Canonización de Monseñor Romero

martes, 25 de noviembre de 2014

Cronología de un Milagro - Noviembre 2009-III


Lunes 16 de noviembre de 2009

Salmo 123

Nos levantamos temprano para regresar a San Salvador.  Mis sentimientos eran encontrados y no me sentía contento, ni tampoco triste.  Dejábamos a Sofía y Camila nieta, pero teníamos que regresar a ver a Camila hija y Rober.  Mi corazón se desgarraba y le preguntaba al Señor, ¿por qué tanta contradicción?; pues además, a esto se le unía el hecho que hoy era el hearing con el Juez para ver si atrasan el juicio y casi podía sentir que lo iban a atrasar y no sé cómo lo iba a recibir o cómo lo iba a explicar, pues esto es otra contradicción; ya que la Virgen nos dijo, a travez de Sylvia Ann, que todo se iba a arreglar el viaje pasado y ya es 16 de noviembre y pareciera que esto se va para el otro año y nuestra angustia continúa; pues ya no tenemos de nuevo dinero para continuar.  ¿Señor, adónde estás?
Todo el viaje me vine en una constante oración, pidiendo al Señor su misericordia y que nos proteja y proteja a todos los que iban a estar en el Hearing, de toda influencia del maligno.  Pasó el día, llegamos a San Salvador y no había noticias o sea que comencé a presumir que no eran buenas noticias.  Llegamos a la casa y el ambiente no era festivo y es que yo no estaba o no me sentía festivo.  Vinieron Ariana, Luigi y Paolo y se sintió alegría en la casa.  Pero al mismo tiempo hablé con Jorge y me dijo que nuestro abogado quería hablar con los dos al mismo tiempo o sea que comprendí que no eran buenas noticias.  Mi corazón se comprimió y tuve deseos de retirarme a orar, pidiendo al Señor su misericordia; pero comprendí que no lo podía hacer, pues estábamos con todos celebrando nuestra llegada.
Rezamos el Rosario con Sylvia Regina y nos fuimos a dormir.  No pude orar, aunque quería platicar con el Señor, para ver qué luz me daba, pero el cansancio me dominó.  Por la madrugada el Señor me despertó a las 4:30 a.m. y me dijo:

1 A Ti he elevado mis ojos, a Ti que habitas en los Cielos. 2 Como los ojos de los siervos se fijan en la mano de su dueño, como miran los ojos de una esclava la mano de su dueña, así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios, ¿cuándo tendrá piedad de nosotros? 3 Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad, porque estamos saturados de desprecios. 4 Nuestra alma está colmada de las burlas de la gente acomodada, del desprecio de los engreídos. Salmo 124, 1 De no estar el Señor en favor nuestro, que lo diga Israel. 2 Cuando el mundo se lanzó en contra nosotros, 3 nos habrían devorado vivos en el fuego de su cólera. 4 Entonces las aguas nos habrían arrollado y el torrente pasado por encima. 6 Bendito sea el Señor que nos dio por presas de sus dientes. 7 Nuestra alma como pájaro escapó de la red que puso el cazador. La malla se rompió y nosotros escapamos. 8 Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Martes 17 de noviembre de 2009

Salmo 119, 49-52

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor su misericordia, para que me de fuerzas y poder afrontar todo lo que tenga que afrontar estos días.  Me contestó:

49 Recuerda tu palabra a tu siervo, ella ha mantenido mi esperanza. 50 Este es mi consuelo en mi aflicción, que tu promesa me da vida. 51 Los soberbios se burlan mucho de mí, pero yo no me aparto de tus mandatos. 52 Me acuerdo de tus juicios de otros tiempos y eso, Señor, me da aliento. 53 Al ver a los impíos me da rabia: ¿por qué abandonan tu Ley? 55 Por la noche pronuncio tu Nombre, Señor, y velando tus preceptos. 56 Esto es lo que a mí me toca; guardar tus preceptos.

Me llamó temprano Jorge para contarme que había hablado con nuestro abogado y que el Juez no había dado el continuance ¡Gloria a Dios!  Yo pensaba y estaba triste porque todo se iba a atrasar, pero el Juez tuvo un “Comeback” y dejó el juicio para el 7 de diciembre. ¡Gracias Señor!  Después, el abogado me mandó un email súper positivo, explicando todo lo que había sucedido.  Por la tarde entró una orden del Juez, declarando inaceptable los exhibits que Nejapa Power quería que se aceptaran, lo cual fue otro triunfo para nosotros.
Fui a ver a mi mamá después de ir a misa a dar gracias a Dios por este día.  Todo fue positivo, mi mamá me contó que se habían materializado unas plumas de ángel en su sala, es un regalo del Señor.  Llamé al gerente de Nejapa Power y no me recibió la llamada.

Miércoles 18 de noviembre de 2009

2 Corintios 3, 13-18; 4, 1

Me levanté triste, pensando que ya el tiempo está pasando y que vamos a pasar otra Navidad en penurias.  El Señor me reprendió diciéndome:

13 No seas como Moisés, que se cubría el rostro con un velo, para que los israelitas no vieran el momento en que se apagara su esplendor. 17 El Señor es Espíritu y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. 18 Llevas los reflejos de la Gloria del Señor sobre vuestro rostro descubierto, cada día con mayor resplandor, y vas transformándote en imagen suya, pues yo soy el Señor del espíritu. 4, 1 Ese es nuestro ministerio y como lo tenemos por gracia de Dios, no nos desanimamos.

Recibí una serie de emails, pidiendo información del juicio de New Orleans contra Greenberg y en relación al citatorio del gerente de Nejapa Power, fue un día bastante movido y me hizo sentir bien.

Jueves 19 de noviembre de 2009

Daniel 3, 26-42

Me levanté con un dolor de alma tremendo, pidiendo al Señor su misericordia, pues todo parece volver al principio y la solución bastante lejos que ocurra y eso me hace sentir sin fuerzas para continuar.  No es ya que no tengo Fe, pues sé que el Señor va a cumplir Su Palabra, pero sí que las fuerzas se me acaban.  Oré pidiendo al Señor su misericordia.  El Espíritu Santo me hizo recordar de una imagen de la Virgen de La Paz que tengo guardada desde hace ya bastante tiempo, esperando que el Espíritu Santo me diga adónde ponerla y la saqué de la caja para ver dónde la ponía.  La puse en el altar del baño y ¡me dio una gran paz el verla!  Aunque no estoy seguro si ese es su lugar.  Voy a ver que dice Sylvia Regina, pues no está.  Continué orando y el Señor me dijo:

26 Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, que tu Nombre sea alabado y glorificado eternamente. 27 Porque eres justo en todo lo que has hecho, todas tus obras son verdaderas, rectos todos tus caminos, y verdaderos todos tus juicios. 40 Que hoy este sacrificio nuestro nos consiga todo tu favor, pues sabemos que los que confían en ti jamás serán defraudados. 41 Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro. No nos dejes en la humillación, 42 sino trátanos de acuerdo a tu bondad y según la abundancia de tu misericordia. 43 Líbranos de acuerdo a tus maravillas y da, Señor, gloria a tu Nombre… Amén!

Viernes 20 de noviembre de 2009

L. de H. IV – 565

Me sentía confundido, cansado, deprimido, sin fuerzas de luchar; de afrontar los problemas, pues siento que de todas maneras no tienen solución.  Veo tanto sufrimiento a mi alrededor y me deprime no poder ayudar a los demás, sobre todo a los que tenemos más cerca.  Le comenté esto a Sylvia Regina, cuando entró después y me dijo:  “Sí, comenzando por nuestros hijos, que tienen tantos problemas económicos.  Eso me partió más todavía el corazón. ¡Señor, ayúdanos, para poder ayudar a los demás y aliviar tanto sufrimiento y angustia!  El Señor me hizo comprender:

El Hijo de Dios ha determinado consumar y completar en nosotros todos los estados y misterios de su vida. Quiere llevar a término en nosotros los misterios de su encarnación, de su nacimiento, de su vida oculta, formándose en nosotros y volviendo a nacer en nuestras almas por los Santos Sacramentos del Bautismo y de la Sagrada Eucaristía y haciendo que llevemos una vida espiritual oculta con El en Dios. Quiere completar en nosotros el misterio de su pasado, muerte y resurrección, haciendo que suframos, muramos y resucitemos con El y en El.

Y luego me volvió a recordar:

6 Yo soy Yavé, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud. 7 No tendrás otro Dios delante de mí. 9 Ante ellos no te hincarás ni les rendirás culto, porque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian. 10 Pero mantengo mi favor por mil generaciones a los que me aman y guardan mis mandamientos.

¡Amén! Señor, mi Dios, te pido perdón por todas nuestras pasadas generaciones que te hayan odiado o hayan adorado otros dioses y te pido que mantengas Tu Favor y Tu Misericordia en favor de mis futuras generaciones y las de todas nuestra familia.  ¡Perdón, Señor, perdón!

Sábado 21 y domingo 22 de noviembre de 2009

Domingos en el Monasterio Mágico – P. 65

Me levanté a preparar el programa, de la “Fiesta de Cristo Rey del Universo” y eso me puso contento.  A la vez, comencé a buscar la información que le quería mandar a nuestro abogado, referente a antes del juicio y las advertencias que le hicimos a Nejap Power y Globeleq; esperando en que la “Carta de Edith” tiene que salir.
Me costó encontrarlos, pues no me acordaba que ya los había puesto en una secuencia y sólo estaban esperando el momento oportuno de mandarlos, lo que me hizo pensar que hoy sí estaba mandando la “Carta de Edith”.  Lo comenté feliz con todos el domingo a la hora de cena y me dio risa que Rober contestó: “Si, por enésima vez está mandando la “Carta de Edith”.  Lo que me hizo reír, pues así es, pero a la vez me hizo recordar mi Esperanza en el Señor.
El sábado fue súper positivo, pues vinieron a almorzar Ariana, Luigi y Paolo y después fuimos a ver los apartamentos cerca del Campestre y Cristo Redentor, los cuales me gustan por estar cerca de la iglesia y se puede ir al Santísimo y a misa caminando.  
El domingo no hicimos nada y nos pasamos todo el día con Camila y Rober, fue un día bien bendecido.  Terminamos dando el servicio en la misa del Encuentrista a las 6:00 p.m. en Cristo Redentor.  Sentí una efusión del Espíritu Santo muy especial.  Todos nos saludaban con mucho cariño y eso sólo puede venir del Espíritu Santo.  Gracias Señor por todas tus bendiciones.  Por la noche, el Señor me dijo:

Que Jesús sea Rey de tu corazón, depende de ti. Jesús fue a buscar al hombre ciego y lo mismo hace con cada uno de nosotros.


"Si puedes hablar al Señor en la oración, háblale; si no le puedes hablar por ser inculto, no te disgustes; detente en la habitación como los servidores en la corte y hazle la reverencia."

San Pío de Pitrelcina

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