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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 14 de noviembre de 2014

Vientos de democracia


Eso es lo que se siente en nuestro querido país, en los últimos meses, gracias a la serie de resoluciones de la actual Sala de lo Constitucional, cuya mayoría de magistrados fueron electos en el 2009 y quien desde el 2010 emitió el primer “grito de independencia” de las cúpulas partidarias, permitiendo las “candidaturas independientes”; dando el primer paso para que los votantes pudieran elegir y no solo “votar” por los candidatos ya elegidos por las cúpulas partidarias. 

El segundo “grito” fue en el 2012, cuando resolvió permitir el voto por rostro, lo cual ha resultado todo un éxito en la mejora de calidad de los diputados y hace unos días el último, que es el de completar esta serie de resoluciones y dar la completa libertad a los votantes, tal y como lo establece nuestra Constitución de la República, para que puedan elegir a los diputados que más les parezcan; independientemente del partido político a que pertenezcan o sea, lo que comúnmente se le ha dado en llamar el “voto cruzado”.

Por supuesto que las reacciones de los partidos políticos, que hasta ahora habían podido mantener el “monopolio” de las candidaturas, no se hace esperar, notándose la carencia de sentido democrático en cada uno de ellos; aunque debieran ser los primeros promotores y defensores de la institucionalidad democrática.

Los candidatos a alcalde del partido ARENA quisieron bloquear el que se permita, para esta próxima elección, los concejos municipales plurales y el FMLN ha tratado de ridiculizar las resoluciones de la Sala de lo Constitucional, acusándola de tratar de legislar a través de sus resoluciones; cuando en realidad lo que está haciendo es únicamente interpretar, en su verdadera dimensión, la Constitución de la República y permitiendo que el “monopolio” de las cúpulas partidarias se desvanezca, la democracia se perfeccione y sobretodo se vuelva irreversible. 

Los efectos ya se están viendo en todos los partidos políticos, pero sobretodo en ARENA, donde su máxima dirigencia ya ha sido renovada con caras nuevas que no fueron dirigentes partícipes que vivieron el conflicto armado de la década de los ochenta.  En mucho menor grado en el FMLN, pues aunque la elección del candidato a alcalde por San Salvador representa una renovación, la realidad es que esta no surge de una verdadera decisión de renovar la dirigencia del partido; que permita el  surgimiento moderno de nuevas ideas, viendo hacia el futuro y no centrado en el pasado.

Por el otro lado, los candidatos independientes se están promoviendo y en esto sobresale los esfuerzos importantes de Payín Imendia y otros, para lograr sus candidaturas independientes como diputados y quienes precisamente por no depender de ningún partido, sus ideas frescas y renovadoras obligan a los candidatos de los partidos tradicionales a tener que independizar sus formas de pensar y no solo esperar las órdenes de las cúpulas partidarias. 

Si el verdadero sentido democrático existiera en el TSE, lamentablemente controlado por los partidos políticos, este debería reconocer la importancia de estas candidaturas “independientes” y en vez de ponerles trabas para que les sea difícil que surjan; lo que debería de hacer es sustancialmente disminuir sus requerimientos, para promover el mayor número de candidatos no ligados a las estructuras de los partidos políticos y que nuevos pensamientos puedan alcanzar la opinión pública.

Aunque todavía no se puede percibir lo que estos “vientos de democracia” nos están trayendo, es indudable que están transformando el campo político, social y económico de nuestro querido país, pues los inversionistas potenciales, nacionales y extranjeros, sí lo están visualizando y hace que su aptitud a generar empleos se incremente; pues la democracia produce estabilidad y la estabilidad es un elemento esencial para generar empleos y por ende bienestar.

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