Eso es lo que se siente en nuestro querido país, en
los últimos meses, gracias a la serie de resoluciones de la actual Sala de lo
Constitucional, cuya mayoría de magistrados fueron electos en el 2009 y quien
desde el 2010 emitió el primer “grito de independencia” de las cúpulas
partidarias, permitiendo las “candidaturas independientes”; dando el primer
paso para que los votantes pudieran elegir y no solo “votar” por los candidatos
ya elegidos por las cúpulas partidarias.
El segundo “grito” fue en el 2012, cuando resolvió
permitir el voto por rostro, lo cual ha resultado todo un éxito en la mejora de
calidad de los diputados y hace unos días el último, que es el de completar
esta serie de resoluciones y dar la completa libertad a los votantes, tal y
como lo establece nuestra Constitución de la República, para que puedan elegir
a los diputados que más les parezcan; independientemente del partido político a
que pertenezcan o sea, lo que comúnmente se le ha dado en llamar el “voto
cruzado”.
Por supuesto que las reacciones de los partidos
políticos, que hasta ahora habían podido mantener el “monopolio” de las
candidaturas, no se hace esperar, notándose la carencia de sentido democrático
en cada uno de ellos; aunque debieran ser los primeros promotores y defensores
de la institucionalidad democrática.
Los candidatos a alcalde del partido ARENA
quisieron bloquear el que se permita, para esta próxima elección, los concejos municipales
plurales y el FMLN ha tratado de ridiculizar las resoluciones de la Sala de lo
Constitucional, acusándola de tratar de legislar a través de sus resoluciones;
cuando en realidad lo que está haciendo es únicamente interpretar, en su
verdadera dimensión, la Constitución de la República y permitiendo que el “monopolio”
de las cúpulas partidarias se desvanezca, la democracia se perfeccione y
sobretodo se vuelva irreversible.
Los efectos ya se están viendo en todos los
partidos políticos, pero sobretodo en ARENA, donde su máxima dirigencia ya ha
sido renovada con caras nuevas que no fueron dirigentes partícipes que vivieron
el conflicto armado de la década de los ochenta. En mucho menor grado en el FMLN, pues aunque la elección del
candidato a alcalde por San Salvador representa una renovación, la realidad es
que esta no surge de una verdadera decisión de renovar la dirigencia del
partido; que permita el surgimiento moderno de nuevas ideas, viendo hacia el futuro y
no centrado en el pasado.
Por el otro lado, los candidatos independientes se
están promoviendo y en esto sobresale los esfuerzos importantes de Payín
Imendia y otros, para lograr sus candidaturas independientes como diputados y quienes
precisamente por no depender de ningún partido, sus ideas frescas y renovadoras
obligan a los candidatos de los partidos tradicionales a tener que independizar
sus formas de pensar y no solo esperar las órdenes de las cúpulas partidarias.
Si el verdadero sentido democrático existiera en el
TSE, lamentablemente controlado por los partidos políticos, este debería reconocer
la importancia de estas candidaturas “independientes” y en vez de ponerles
trabas para que les sea difícil que surjan; lo que debería de hacer es
sustancialmente disminuir sus requerimientos, para promover el mayor número de
candidatos no ligados a las estructuras de los partidos políticos y que nuevos
pensamientos puedan alcanzar la opinión pública.
Aunque todavía no se puede percibir lo que estos
“vientos de democracia” nos están trayendo, es indudable que están
transformando el campo político, social y económico de nuestro querido país,
pues los inversionistas potenciales, nacionales y extranjeros, sí lo están visualizando
y hace que su aptitud a generar empleos se incremente; pues la democracia
produce estabilidad y la estabilidad es un elemento esencial para generar
empleos y por ende bienestar.
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