Esta palabra se está volviendo una realidad cada
vez más ocurrente en nuestro querido país y aunque pareciera que es bueno, más
bien debe preocuparnos. No todo lo
que se regala nos conviene.
De “choto” o sea “pan y circo” es lo que los emperadores
romanos procuraban dar a su pueblo, para mantenerlo ignorante y poder perpetuarse
en el poder. Esta es la lectura
que, aparentemente, ha hecho el FMLN para presionar a nuestro actual gobierno y
la semana pasada, este dispuso que el transporte público, en los dos meses
anteriores a las elecciones, será de “choto”.
Las críticas de la oposición no han sido pocas. El argumento que más se menciona es que
esta es una medida electorera, para que el FMLN gane las próximas elecciones de
alcaldes y diputados y que pasadas estas, el pasaje va a subir por arriba del
actual; con el único propósito de beneficiar a SITRAMSS.
Aunque, de por sí, solo el hecho que el actual
gobierno esté dispuesto a usar fondos públicos para beneficiar a un partido
político específico es antidemocrático, lo que en realidad debe preocuparnos es
como en los últimos años: “lo malo está pareciendo bueno y lo bueno, parece ser
malo”. Es decir: ¿como puede ser
que no cobrar el transporte público pueda ser malo, si esto beneficia a tantas
personas?
Para comprender esto, conviene recordar que la crisis
del transporte público de nuestra capital fue planteada hace más de veinte
años, por el entonces candidato a alcalde por ARENA, Mario Valiente. Desde esa fecha, ARENA planteó que si no
se hacía algo en el futuro inmediato, el sistema vial de la capital iba a
colapsar a mediano plazo; tal y como ha sucedido.
Como solución, lo que ARENA propuso en aquel
entonces, es un sistema de transporte público “elevado” o sea por encima del
nivel de tierra, lo que permitía
no reducir el espacio de las actuales calles y más bien incrementarlo, pues los
buses que circulaban por ellas iban a ser suplantados por un sistema de
transporte moderno, centralizado y que circulaba no en las calles, sino por
encima de ellas.
Además, lo que propuso ARENA es que el sistema de
transporte público fuera subsidiado no por el gobierno, sino por las personas
que poseyeran automóvil, por medio de un impuesto pequeño y específico a la
gasolina; argumentando que, si no se quería reducir las calles donde circulan
los vehículos, fueran los mismos propietarios de estos los que financiaran la
construcción de un sistema “elevado” de circulación del transporte público; que
permitiera ambos beneficios. El
sistema era además ecológico, pues los trenes propuestos eran eléctricos, lo
cual iba a contribuir a la reducción de la contaminación.
El proyecto debió haberse terminado de construir en
el año 1998 o sea hace más de quince años y quizás recordar lo que se dejó de
hacer, en aquel entonces, ayude a comprender el porqué del fracaso de SITRAMSS
y porqué ahora el FMLN ha presionado al gobierno actual para que siga
promoviéndolo, dando la impresión que es de “choto”; cuando en realidad son
miles de capitalinos los que están pagando indirectamente por él,
independientemente de cuanto vaya a costar el pasaje después de las elecciones.
El que el pasaje sea de “choto” parece bueno, pero en
realidad, lo malo contrarresta lo bueno, pues para que SITRAMSS sea posible, el
gobierno ha reducido y privatizado gran parte de los espacios públicos, en
beneficio de una sola empresa privada.
Como consecuencia, esto ha reducido considerablemente
los espacios de circulación y esparcimiento, perjudicando a miles de personas y
no permitiendo la competencia de los otros transportistas; además, ha afeado la
ciudad que nos pertenece a todos, no solo al gobierno de turno.
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