Lunes 15 de marzo de 2010
Juan 20, 19
Le dimos gracias, de nuevo, al Señor porque el
incidente de Poncho y Sofía no había pasado a más, pues pudiéramos haber
recibido una noticia de tragedia. El
Señor me confirmó que se salvaron porque El escuchó nuestras oraciones de
protección de todos los días. Me
dijo:
19 Paz a vosotros. 21 Paz a
vosotros, como me envió el Padre, así también yo os envío. 22
Recibid el Espíritu Santo. 29… Bienaventurados los que no vieron y
creyeron.
Pasé el día con la ilusión que el Señor había
tocado el corazón del Juez Federal y éste iba a reaccionar rápido y nos iba a
dar el remand hoy o esta semana. En
mi corazón pensaba que entre más rápido, más estaba el Señor detrás de esa
decisión.
Por la tarde entró un email, que no lo pude leer
por el Blackberry, pero decía “Notice of Hearing” y sabía que no era una buena
noticia, pues eso implicaba que el Juez no iba a resolver nada hasta ese
hearing y no iba a ser una decisión rápida. Cuando llegué a la casa abrí el email y efectivamente el Juez
Federal estaba dando un hearing para el próximo jueves 25 de marzo o sea otras
dos semanas más sin resolver nada y donde lo único que podemos hacer es “esperar”.
Me sentí bien triste. Triste porque ya no aguanto “esperar”
más y triste porque el Señor “parece” que no escucha mis oraciones. Además, María ya no regresó a trabajar o
sea que no tenemos sirvienta y eso vuelve toda la situación más caótica, pues a
la pobre Sylvia Regina le da un trabajo enorme y eso me llena más de
desesperación. ¿Señor, a dónde es que estás?
Martes 16 de marzo de 2010
Salmo 119
Magnificat. Marzo
2010, Pág. 289
Me levanté devastado, siento que el Señor no me
escucha y todas mis oraciones caen en saco roto. Que el Señor no las toma en cuenta, pues el tiempo pasa y
los jueces no reaccionan. No
entiendo porqué este Juez ha puesto un hearing hasta el próximo jueves para
decidir sobre el Remand. ¿Por qué
Señor no decidió más rápido y sin hearing, para que se nos confirme que Tú
estás con nosotros, haciendo que todo se resuelva a favor nuestro y se haga
justicia? Me contestó:
41 Que vengan a mí, Señor, tu gracia y tu
salvación, conforme a tu palabra. 42 Entonces responderé a los que
se burlan, que puedo confiar en tus palabras. 4 Que no se me olvide
la palabra de verdad, pues espero en tus juicios.
Pasamos toda la mañana ensayando para la
Asamblea de mañana y estaba bien triste, pero sirviendo al Señor, pues sé que es
el único camino y parece que él lo que quiere es anonadarnos del todo y ya me
siento así, que no soy nada, ni nadie y no tengo nada que hacer. Me siento como que cualquier persona es
más que yo, pues cuando menos tiene un ingreso, un empleo, una razón de
ser. Yo ya no tengo ni eso.
Por la noche tuvimos una reunión donde mi mamá
para Norma y David, que han venido de “Los Gatos”, California. La reunión fue positiva. Lorena me contó cómo el Señor la ha ido
cautivando a través de la Comunidad San Pablo y yo decía: ¿“Señor, y a mí por
qué me tienes abandonado, buscándote como un ciervo buscando agua en el
desierto? Me acosté súper agotado.
¡Señor Jesús, ten misericordia de mí! Que no aguanto esta carga, ¿Qué es lo que quieres de mí? Me vine a orar y el Señor me dijo:
Haz
caído dentro de las redes de la iglesia (Mt. 13, 47). Por tanto déjate capturar
vivo, no huyas porque es Jesús quien te pesca con su anzuelo, no para darte la
muerte, sino la resurrección después de la muerte. En efecto, debes morir y
resucitar… Desde hoy mueres al pecado y vives para la justicia. (Rom. 6, 11-14)
Miércoles 17 de marzo de 2010
Nos levantamos temprano, sin orar, pues era el
Día de los Abuelos en el kínder de Paolo. Nos fuimos temprano y él al vernos se
puso tan emocionado que casi se pone a llorar. Contrario a uno de sus amigos,
que venía cantando “destruir, destruir, destruir” ja, ja.
Pasamos un rato bien bendecido, gozando a Paolo.
Los Nonos no llegaron, pues en ese
mismo momento estaban operando a Angelo de la próstata. Me fui a la oficina y no pasó nada en
todo el día. Sólo realizo que
conforme a los tiempos humanos falta mucho tiempo para que esto se resuelva y
el Señor, por alguna razón, que más bien creo que es que quiere anonadarme,
parece que todavía no quiere intervenir; para que todo se componga. Pero… ¿Señor, a quién iremos, si sólo tú tienes palabras de vida eterna? Sólo me queda esperar… en El.
Jueves 18 de marzo de 2010
1 Reyes 8,
51-53
2 Macabeos 8,
12
Me levanté a orar, me levanté triste, sabiendo
que falta un montón de tiempo de sufrimiento. Tuve un sueño, que salí con una lancha a navegar y cuando
regresamos con Sylvia Regina, el agua del mar o lago se había retirado y ya no
pudimos llegar o regresar a la casa o lugar de donde habíamos salido; pues ya
no había agua y estaba todo seco.
¿Qué hacer? En eso me
desperté pensando que no había podido llegar donde yo quería, de nuevo me
encontré con un obstáculo. Orando,
me puse a pensar que ya son diez años de cruz, pues fue en estos meses en 1999
que comenzamos a tener problemas y tuvimos que dejar la casa y cambiarnos a
esta en julio del 2000. Son ya
diez años, ¿Señor, hasta cuándo Señor? ¿hasta cuándo? Me contestó:
Nosotros
somos, Señor, tu pueblo y tu heredad. Ten los ojos abiertos ante la súplica de
tu siervo, ante la súplica de tu pueblo los Vilanova para atendernos siempre
que te invoquemos. Pues entre todas las familias que conocemos, Tú nos
apartaste como heredad.
Me acordé lo que me había dicho, hace ya varios
años, Ricardo y que es que el milagro iba a ocurrir en el mes de San
José (marzo) y mañana es el Día de San José. Pasé un día especialmente triste, me sentía abandonado de
Dios y sin ninguna esperanza… más que su promesa. Me vine a orar como a las 6:00 p.m. y le pedí al Señor que me
explicara qué es lo que me pasa y porqué tanta tristeza, que me diera su paz. Me contestó:
12 Al saber Judas que Nicanor venía con
un gran ejército, lo comunicó a los suyos. 13 Entonces los cobardes
y los que no tenían confianza en la justicia divina se dieron a la fuga. 14
Otros, en cambio, vendiendo cuanto les quedaba, rogaban a Dios que los librara
del impío Nicanor, que los había vendido antes de luchar. 15 Si no
los libraba por sus méritos, que lo hiciera por consideración a la alianza
hecha con sus padres y por ese Nombre grande y venerable con el que se bendecía
a su pueblo.
Luego caí en un profundo sopor, como que no
existiera nada más que yo y El. Luego me dijo:
Imitación
de Cristo 15, 1 (649) 1 Es preciso que no desistas en buscar
incesantemente la gracia de la devoción, que la pidas con afán, que la esperes
con paciencia y confianza y la recibas con acciones de gracia, para que puedas
después conservarla con humildad y cooperar con ella en lo posible y mientras
esperas, deja en sus manos que escoja el tiempo y la medida en que querrá
visitarte con ese don del cielo. 2 Sobre todo debes humillarte por
la poca o ninguna devoción que sientes en tu interior, más no por eso tienes
que desalentarte demasiado o abandonarte a una tristeza excesiva. 3
No es infrecuente que Dios dé a veces en un momento lo que por largo tiempo ha
diferido en concedernos y en ocasiones da al final lo que nos negó al principio
de la oración. 5 Aguarda pues, la gracia de la devoción con firme
esperanza y con esa paciencia que es patrimonio de los humildes. 6 A
veces es bien poca cosa lo que impide y oculta la gracia. 7 Pero si
sorteas ese obstáculo, sea grande o pequeño y lo superas totalmente, ten la
seguridad de que alcanzarás lo que pides. 10 Pues el Señor colma de
bendiciones los vasos que halla vacíos.
Viernes 19 de marzo de 2010
Judas 9
Me levanté a orar, hoy es día de ayuno. El Señor
me dijo:
9 El Arcángel Miguel, cuando pleiteaba
con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar
contra él ninguna palabra de insulto, sino que sencillamente dijo: “¡Que el
Señor te reprenda!” 20 Queridos hermanos, construyan su vida sobre
los fundamentos de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo y manténganse en
el amor de Dios.
No me dieron ganas de ir a trabajar. Por la mañana hablé con Miguel y fue una
llamada esperanzadora, pero con los tiempos de hombres y no de Dios. Espero la participación de Dios y no la
de los hombres y eso me deprime, pues no sucede algo espectacular, que
glorifique al Señor y haga todo este camino con algún sentido.
Por la tarde fui a misa, antes al Santísimo. Ahí estaba Guayo. Durante la elevación y consagración, en
la misa, le pedí al Señor que abriera su corazón y le permitiera comprender su
Palabra, para que comience su Vida Eterna y tenga Paz.
Sábado 20 y domingo 21 de marzo de 2010
Me levanté temprano a preparar el programa, pues
íbamos ir a jugar tenis con Rober, pero después me di cuenta que no iba a haber
programa, pues hoy era el Retiro de “Evangelización Fundamental”, que
nuevamente hoy, no nos llamaron a servir.
Me sentí triste que no nos llaman, comprendiendo que si no lo hacen, es
porque el Señor así lo quiere.
Después de jugar tenis, me llamó Vivian Osorio
que si podíamos llevar a un sacerdote al Retiro y comprendí que era un llamado
del Espíritu Santo. Le confirmamos
que lo íbamos a llevar y me dijo que era el Padre Espinoza, jesuita de la UCA. Lo fuimos a recoger y resultó un Padre
sumamente interesante, doctor en teología y profesor de teología en la UCA, que
ha vivido más de ocho años en Israel y fue profesor de matemáticas, cuando estuve
en la UCA en el Don Rúa o sea que hicimos una amistad bien rápida, pues él es
muy agradable. Llegamos al Retiro
y nos fuimos a la Capilla, para mientras. Ahí llevó Víctor una guitarra y pudimos cantarle y alabarle
al Señor con Sylvia Regina solos, pues Víctor se fue a traer su propia guitarra.
Me sorprendió cómo lo pude
acompañar muy bien en Re y Do (fue el Espíritu Santo).
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