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Canonización de Monseñor Romero

martes, 23 de junio de 2015

Cronología de un Milagro - Marzo 2010-IV


Lunes 22 de marzo de 2010

Deuteronomio 7, 8
Romanos 8, 28

Me levanté “cansado del camino, sediento de Ti… mi armadura he desgastado, mis fuerzas acabado, vengo a ti”.

Le pedí al Señor su misericordia, pues ya no aguanto y mi cansancio y abandono de parte de El, que siento, es ya enorme.  Le pido también a la Virgen Santísima que interceda por nosotros y proteja nuestra casa, pues hoy viene una nueva sirvienta y le pedí que si no nos convenía, que mejor no la trajera e hiciera que no viniera.  El Señor me contestó para darme esperanza:  

2 Acuérdate del camino que Yavé, tu Dios, te hizo recorrer en el desierto por espacio de cuarenta años. Te hizo pasar necesidad para probarte y conocer lo que había en tu corazón, si ibas o no a guardar sus mandamientos. 3 Te hizo pasar necesidad, te hizo pasar hambre, y luego te dio a comer maná que ni tú ni tus padres habían conocido. Quería enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que todo lo que sale de la boca de Dios es vida para el hombre. 4 Ni tu vestido se ha gastado, ni tu pie se ha lastimado a lo largo de estos cuarenta años. 5 Comprende, pues, que del mismo modo que un padre educa a su hijo, así Yavé te ha educado a ti.

Ensayamos toda la mañana y no pude ir a trabajar.  Después de almuerzo me contó Sylvia Regina que le habían robado sus cosméticos y la cámara, del valijín que habíamos dejado en el Flor y me sentí bien triste, pues sabía que para ella eso le dolía mucho y era otro revés, dentro de todos los problemas que tenemos.  ¿Señor, a dónde estás?  ¿Por qué es que no te vemos y nos defiendes?  Ya no aguantamos, Señor.  

Me fui a misa solo, pues Sylvia Regina tenía su grupo de oración.  Me sentía devastado y mi único consuelo es la misericordia de Dios.  Por la noche fuimos al grupo de Encuentros y el Señor me dijo:

28 Todo es para bien, para los hombres que aman al Señor.

¡Amén!  Me acosté cansado y consolado, pero sintiendo que ya no aguanto.

Martes 23 de marzo de 2010

Salmo 13
Juan 11, 40

Me levanté cansado y como exigiéndole ya al Señor que me escuche, pues mis fuerzas ya no aguantan, mi cuerpo ya no aguanta físicamente y siento desfallecer.  Me contestó:

2 ¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro? 3 ¿Hasta cuándo sentiré angustia en mi alma y tristeza en mi corazón, día tras día? ¿Hasta cuándo mi enemigo triunfará a costa mía? 4 ¡Señor, Dios mío, mírame y respóndeme! Ilumina mis ojos para que no me duerma con los muertos, 5 y no diga mi enemigo que acabó conmigo, ni mis adversarios se alegren al verme vacilar. 6 En cuanto a mí, confío en tu bondad; conoceré la alegría de tu salvación y cantaré al Señor que me ha tratado bien.

Y luego me confirmó para consolarme:

40 Jesús le respondió: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?

Por la mañana no pasó nada en la oficina.  Por la tarde fuimos a servir a la Asamblea de Sanación de Marigel y al inicio nos dio una triste noticia y es que se había separado de Monseñor Fernando…  Me sentí bien triste, pues eso es obra del enemigo.  Al terminar, nos fuimos a la reunión de trabajo para el Retiro de “María Madre de Dios” en mayo y cuando íbamos pasando por la pasarela, enfrente al taller de La Casa Castro, a un vehículo que venía en sentido contrario y lo traían jalando se le rompió una llanta y salió volando a pegarnos cabal a nosotros de frente.  Sólo por bendición de Dios, la llanta pegó en el mataburro de enfrente de la Discovery, pues si no hubiera partido el carro en dos y nos hubiera hecho bastante daño; probablemente matado.  Me acordé de cuando compré el carro y “algo” (ahora comprendo fue el Señor) me dijo que comprara el “mataburro”, pues eso nos salvó la vida hoy y no permitió que hubiera tenido nada de consecuencias.  Pero a la vez nos hizo pensar cuanto el enemigo nos está atacando o sea que algo debemos estar haciendo bien.  ¿Señor a dónde estás?

Miércoles 24 de marzo de 2010

Salmo 18, 17
Sirácides 22, 27

Me levanté cansado y confuso, pero con esperanza, pues si el enemigo nos está atacando tanto, es porque la glorificación del Señor está cerca y ya todo se va a componer y lo vamos a poder servir en lo que El quiere.  Hasta el momento, creo que sólo nos ha estado preparando y entrenando.

Para que comprendiera el momento en que estamos pasando me dijo:

17 Desde lo alto su mano me tomó y me rescató de las aguas profundas. 18 Me libró de enemigos poderosos, de enemigos más fuertes que yo. 19 Me asaltaron el día en que me iba mal, pero el Señor vino en mi ayuda. 21 El Señor según mis méritos me trata, limpias son mis manos, y él me lo paga. 22 Porque guardé los caminos del Señor y no hice el mal lejos de mi Dios. 23 Me acuerdo siempre de sus decisiones, y nunca descarto sus mandamientos. 24 Ante él soy irreprochable y me cuido de cometer pecado alguno. 25 Por eso me retribuye según mis méritos, según mi pureza que sus ojos ven. 26 Con el que es fiel, tú te muestras fiel; si alguien no falla, tampoco tú le fallas. 27 Con el que es sin doblez tú eres leal, pero pillas al hombre si es tramposo. 28 Tú salvarás a un pueblo humilde y humillarás los ojos altaneros. 29 Tú haces, Señor, que brille mi lámpara, ¡mi Dios ilumina mis tinieblas!

Y a Sylvia Regina le contestó:

27 ¿Quién pondrá una cerradura en mi boca, un buen candado en mis labios para que no me hagan caer?  23, 1 Señor, Padre y dueño de mi vida, no me abandones al capricho de mis labios, no permitas que caiga por culpa de mis palabras. 2 ¿Quién domará con el látigo mis pensamientos e impondrá a mi entendimiento la disciplina de la sabiduría, sin perdonar mis extravíos ni dejar pasar mis pecados?

Por la tarde fuimos a misa con mi mamá, Guayo y Sylvia Regina, pues mi mamá había mandado a decir una misa para Monseñor Romero.  A las 3:00 p.m. recé la oración de Monseñor, pidiendo porque exista paz en la familia.  Después nos fuimos a visitar a mi mamá y terminamos cenando ahí.  Llegaron Camila y Rober y nos reímos a carcajadas y todo fue positivo.  ¡Gracias Señor!

Me vine a orar, pues sentí que hoy había sido un día especial y pensando que el Señor nos había concedido que la paz regrese a la familia, en este día especial del 30 Aniversario del martirio de Monseñor Romero y pensando que mañana es un día especial e importante en el juicio, pues es el Hearing ante el Juez Federal y que entonces a partir de mañana todo iba a salir bien.  El Señor me dijo, para que comprendiera todo lo que debía lograrse:

Imitación de Cristo, pág. 74, 13 Esta es la más profunda y útil de las ciencias: El verdadero conocimiento de sí mismo y el propio menosprecio. 14 Tenerse a sí mismo en nada y sentir bien y favorablemente de los demás, es indicio de gran sabiduría y perfección.

Nos acordamos con Sylvia Regina que así era como nos sentíamos ayer… ¡Nada!  Y ahora el Señor nos bendecía, mostrándonos que ese es el camino de la santificación, que es necesario para estar con El, en El y por El.  ¡Amén!

Jueves 25 de marzo de 2010

Génesis 14, 18; 28,
Salmo 44

Me levanté repitiendo y también en sueños antes de despertar: ¡Señor Jesús, ten misericordia de mí!  Y tuve un sueño que estaba ante algo parecido a un gran tribunal y salí absuelto.  Durante todo el sueño repetía: ¡Señor Jesús, ten misericordia de mí!  Vine a orar y el Señor me dijo!!!!  

18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, trajo pan y vino, pues era sacerdote del «Dios Altísimo». 19 El Señor bendijo a Roberto diciendo: «Roberto, bendito seas del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra. 30 Y bendito sea el Dios Altísimo, porque entregó a tus enemigos en tus manos.» Y Abram le dio la décima parte de todo lo que llevaba. 15, 1 Después de estos sucesos, Yavé dirigió su palabra a Roberto en una visión y le dijo: «No temas, Roberto, yo soy tu escudo. Tu recompensa será muy grande.» 7 «Yo soy Yavé, que te sacó de Ur de los Caldeos, para entregarte esta tierra en propiedad.» 28, 20 Entonces Roberto hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me protege durante este viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme, 21 y si logro volver sano y salvo a la casa de mi padre, Yavé será mi Dios. 22… y de todo lo que me des, yo te devolveré la décima parte.»

Pasé toda la mañana nervioso, esperando el resultado de lo que el Juez Federal iba a resolver en el hearing de hoy y cómo abrir el email de Miguel, en caso que fuera una mala noticia.  Es decir, cómo recibir otra noticia que me denote la ausencia de Dios, que es lo que más me hace sentir triste.  

Fuimos al Santísimo con Sylvia Regina de 10:00 a 11:00 a.m., el Señor nos dijo:

5 Tú, mi Rey y mi Dios es quien decide las victorias de Jacob. 7 No es mi arco en quien yo confío, ni es mi espada quien me da la victoria; 8 mas por ti vencemos a nuestros adversarios, tú dejas en vergüenza a los que nos odian. 9 A Dios cada día celebramos y sin cesar alabamos tu nombre. 24 Despiértate, ¿Por qué duermes, Señor? ¡Levántate y ven a socorrernos! 25 ¿Por qué escondes tu cara? ¿Olvidas nuestra opresión, nuestra miseria? 27 ¡Levántate, Señor, y socórrenos, acuérdate de tu bondad y líbranos!

Después de almuerzo nos vino la noticia y el Juez no decidió nada, sino que dijo que lo iba a decidir antes del 30 de marzo y que sólo quería conocer a las partes involucradas y aparentemente no había leído los documentos.  Sólo repetí ¡Señor Jesús, yo confío en Ti! ¡Señor Jesús, ten misericordia de mí!  Pues yo mismo no sé qué es lo que más nos conviene y Dios sabe mejor.  ¡Señor Jesús, ten misericordia de mí!

Viernes 26 de marzo de 2010

Job 16

El Espíritu Santo me despertó y me hizo repasar mi testimonio y por todo lo que hemos pasado, desde nuestro matrimonio.  Comprendí qué bendecido he sido de tener a Sylvia Regina a mi lado.  ¡Gracias Señor, por habérmela dado!  Cuando llegué a la parte de la primera reunión con la hermana Elsa, me entró una gran tristeza y comprendí que el Espíritu Santo quería que viniera a orar, eran las 3:30 a.m., el Señor me hizo recordar por lo que hemos pasado y hacia dónde vamos, para que no pierda mi esperanza en El. Me dijo:

7 Pues ahora, el envidioso ha agotado mis fuerzas y su bando se apodera de mí. 8 Se levanta contra mí como acusador, mi calumniador me acusa a la cara. 9 Su furor encontró a quién desgarrar y me persigue, rechinando contra mí sus dientes. Los ojos de mis enemigos me rodean como espadas y abren contra mí su boca. 11 Dios me ha entregado a los injustos y me ha arrojado en manos de los malvados. 12 Yo vivía tranquilo cuando comenzó a sacudirme, me tomó del cuello y me hizo pedazos. 13 Me convirtió en su blanco, por doquier me apuntan sus flechas; traspasa mis entrañas sin piedad y derrama por el suelo mi hiel. 14 Me llena de heridas y se lanza contra mí como un guerrero. 17, 1 Mi respiración va disminuyendo, y mis días se van apagando y ya no me queda más que el sepulcro. 6 Ahora soy el comentario de todo el mundo y soy como uno a quien le escupen la cara. (Jesucristo) 8 Los hombres correctos se asombran al verme, los buenos ven en mí a un malvado y moralizan. 11 Mis días han pasado, mis planes han fracasado; mi corazón ansía 12 la noche cuando es de día y cuando está oscuro la salida de Dios. 15 ¿Dónde está mi esperanza? ¿Quién divisará para mí la felicidad? 18 ¿Acaso bajarán conmigo al infierno y nos encontraremos juntos en el polvo? 19, 25 Bien sé yo que mi defensor vive y que él hablará el último, de pie sobre la tierra. 26 Yo me pondré de pie dentro de mi piel y en mi propia carne veré a Dios. 27 Yo lo contemplaré, yo mismo. El es a quien veré y no a otro: mi corazón desfallece esperándolo.

Por la tarde me habló Jaime y me dijo que le había dicho Miguel que se había equivocado y que el Juez Federal no iba a decidir antes del 30 de marzo, sino 30 de abril!!  En mi corazón dije: ¿Hasta cuándo Señor, hasta cuándo?  ¿Te vamos a ver glorificado en nosotros?  Me envolvió una tristeza bien severa.  Hay que seguir esperando otro mes, para estar en el mismo punto que estábamos el primero de febrero.  Ya en misa, comprendí que lo que quería el Señor con esto es que nos depositáramos más en su voluntad y que le pidiéramos para que el Juez resolviera antes y así se lo pedí en misa.

Sábado 27 y domingo 28 de marzo de 2010

Me levanté cansado, desmoronado y deprimido.  Nos fuimos a jugar tenis con Rober, luego vine y me dieron ganas de tirarme a la piscina, pensando en lo que siempre dice Sylvia Regina, que hay que estar alegres.  Tomé aires de alegría y me metí a la piscina, con todo lo helado que estaba.  Camila me tomó fotos y se las mandó a todos y al rato habló Ariana que no me saliera, que ya iba a traer a Paolo.  Pasamos un rato súper bendecidos y alegres con Paolo, como una hora y todos gozando alrededor.  Comprendí cómo Sylvia Regina tiene razón en hacerle caso a San Pablo cuando dice: “Estad alegres”, pues yo le hice caso y dije “quiero estar alegre” y eso hizo que toda la familia se divirtiera un buen rato y tuvimos un almuerzo súper alegre, pues vino Bruno y la novia de Rober y todos estaban contentos. ¡Gloria a Dios!  Estábamos tan contentos, que en la noche nos fuimos al cine todos juntos e inclusive le hablé a mi mamá y se vino con nosotros; luego fuimos a cenar y pasamos positivo.

Al llegar a casa de mi mamá, la Discovery ya no arrancó y comprendiendo que era un ataque del enemigo, ahí la dejamos y nos fuimos en el carro de mi mamá.  El domingo fuimos a la misa de 11:00 de la iglesia de la Miramonte, pues Tatiana y José Luis se iniciaban como Ministros de la Comunión y quisimos acompañarlos.  Llegaron también Vinicio y Annel.  

Después de misa me vine a orar, pues me sentía bien deprimido.  En la homilía, Monseñor o más bien el Señor me habló para recordarme cómo es que me siento y es igual a como se sentía Pedro en Juan 21 cuando les dice:

Me voy a pescar,

 pues explicó Monseñor que Pedro estaba en un momento bien depresivo.  “La noche oscura” de Santo Tomás de Aquino y eso me habló a mí y qué es lo que debo esperar, ahora que ya lo hemos experimentado.

17 Roberto, hijo de Adriano y Tony, me quieres? «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.»

¿Cómo Señor?  ¡Envíame a mí, aquí estoy!

Ya en la casa, me puse a orar y el Espíritu Santo me dijo que tomara, de nuevo, el libro de Sta. Teresa que estaba leyendo ayer y que lo primero que leyera de Jesús es lo que me quería decir.  Me dijo:

Isaías 49, 15-16 Aún si una madre pudiera olvidarse de su hijo, yo jamás me olvidaré de ti. Yo te tengo grabado en la palma de mi mano. Por tanto, cada vez que veo mi mano, te veo a ti. Esto te debe sostener en tiempos como el que estás pasando de sufrimiento, soledad, humillación y fracaso. Yo lo quiero así, para que conociendo tu debilidad, sepas comprender a mis ovejas y las cuides bien…

¡como Pedro!


"¿Que si puedo? dijo Jesús. Cualquier cosa es posible si crees."

Marcos 9, 23

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