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Canonización de Monseñor Romero

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Cronología de un Milagro - Agosto 2010-I


Lunes 2 de agosto de 2010

Lucas 6, 27-31
Daniel 3, 51-95

Me levanté, sinceramente, cansado, con desánimos de comenzar otra semana y encontrarme con lo mismo… que el Juez no resuelve.  Señor, te pido y te ruego que te glorifiques con nosotros y que haya paz en nuestra familia.  El me contestó:

27 Yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, 28 bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los maltratan. 29 Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido. 30 Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames. 31 Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes.

Por la tarde nos habló Francisco y nos dijo que después del periodo de oración de siete días, que habíamos quedado el domingo pasado y terminado el día de ayer, el Señor les había dicho para nosotros:

51 Entonces los tres en coro, se pusieron a catar, glorificando y bendiciendo a Dios dentro del horno y diciendo: 52 Bendito seas Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre, cantado y exaltado eternamente. 89 Porque él nos ha arrancado del infierno, nos ha salvado de manos de la muerte, nos ha librado del horno de ardientes llamas y nos ha sacado de en medio de ellas. 90 Den gracias al Señor, porque es bueno, porque su misericordia es eterna. 95 Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sidrac, Mesac y Abdénago que envió a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron la orden del rey y entregaron su cuerpo al fuego antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios. 97 Y el rey hizo progresar a Sidrac, Misac y Abdénago en la provincia de Babilonia.

Martes 3 de agosto de 2010

2 Corintios 1, 8

Nos levantamos temprano para ir al gimnasio con Camila y Rober.  Lo quise hacer en vez de orar, para estar más tiempo con ellos y hacer algo juntos.  Entendí que el Señor me iba a entender en esto; aunque me hubiera querido quedar en El, orando.  Pasamos súper bien y sobre todo le agradecí al Señor, que podíamos gozar juntos, como amigos.  Gracias, Señor.

El único problema es que no pude orar, pero el ¡Señor sabe y El me ama!  Es como que hubiera orado, pues cuando estaba haciendo ejercicio pude rezar un Rosario y una Llama del Amor.  

Pasé todo el día esperando noticias del Juez Federal, pero no llegó nada.  Es casi desesperante, pues ya tenemos cuatro meses de estar esperando esta noticia todos los días y no llega.  Por la tarde me fui al Santísimo y después a misa a pedirle al Señor su misericordia.  Enfrente al Santísimo me dijo:

3 Hermanos, deseamos que conozcan algo de lo que nos tocó padecer. Realmente fue tan grande el peso de esa prueba que ya habíamos perdido toda esperanza de salir con vida. 9 Sentimos en nosotros una sentencia de muerte, pero eso sólo fue para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. 10 El nos libró de ese peligro de muerte tan grande y nos seguirá protegiendo. En El hemos puesto nuestra esperanza y seguirá amparándonos, 11 siempre que ustedes nos ayuden con sus oraciones. Si son muchos los que piden por nosotros, serán también muchos los que darán gracias a Dios cuando nos toque recibir.

Miércoles 4 de agosto de 2010

Lucas 4, 30-34; 5, 10

Amanecí devastado, pues el tiempo pasa y el Juez no resuelve nada.  Rober ya se va a la Universidad y se me cuestiona todo, de si estamos o más bien estoy haciendo lo correcto en cuanto a los gastos de la Universidad, el viaje, la casa, el personal.  ¡Señor, sálvame!  Jesús me contestó:

30 Pero Jesús pasó por medio de ellos y siguió su camino.

O sea que será a su tiempo y no al mío, además me reforzó mi Fe, para que no me pierda y tenga fortaleza.  Después me dijo:

34 Tú eres el Santo de Dios. 41 Tú eres el Hijo de Dios. 40 Al ponerse el sol. 5, 10 No temas, en adelante serás pescador de hombres.

Pasé todo el día esperando noticias del Juez pero no vino nada.  Sylvia Regina amaneció bien triste y les hice ver a todos los hijos que debían estar más pendiente de ella, todos reaccionaron bien, gracias a Dios.  Espero que eso logre que la familia esté más cerca y nos comuniquemos nuestros sentimientos más seguido.

Por la tarde, nos fuimos a Coatepeque, tuvimos que irnos en dos carros, pues no cupimos sólo en uno, ya que iba Rober y Ariana con nosotros.  Primera vez que íbamos a temporar con la novia de Rober.  Llegamos a Coatepeque como a las 8:00 p.m. y el Juez no dijo nada.

Jueves 5 de agosto de 2010

Personajes del Evangelio P. 20 P. 76

Nos levantamos algo tarde y me vine a la parte baja del jardín a orar.  Le daba gracias a Dios por tener este lugar tan bello donde podemos venir y lo veía a El, en toda la naturaleza tan viva que se puede ver o más bien, que podía apreciar.  Le mandé una foto a las niñas y Camila me respondió inmediatamente.  Pasé todo el día, prácticamente, leyendo el libro que me regaló Memo de los “Personajes del Evangelio” y eso me hizo sentir a Dios cerca de mí, todo el día.  El Señor me repitió varias veces:

20 “No temas”.

Y el libro me aclaró que esto se lo dice Dios a sus servidores más queridos.  Además, ya en la tarde me dijo:

Cuando Dios tarda en concedernos algo, nos desconcierta; acuden a nosotros ideas negativas; pensamos en injusticias y castigos. Pero Dios no nos quiere aliviar de una simple calentura, sino desea hacernos un trasplante de corazón, convertirnos en nuevas creaturas. ¡Planea algo grande para nosotros!

Viernes 6 de agosto de 2010

Me levanté a orar, pidiéndole al Señor recibir noticias de Miguel, pues hoy es viernes, día en que usualmente resuelve el Juez.  No me quedó tiempo de pedir Palabra, pues continué leyendo el libro de “Personajes del Evangelio”.  Lo pasé leyendo todo el día.  A medida que pasaba el día, me iba poniendo más y más triste; pues la noticia del Juez no llegó nunca y el día se terminó.

Sábado 7 y domingo 8 de agosto de 2010

2 Crónicas 1, 11-12
Salmo 110

Me levanté esperando que a lo mejor hoy recibía noticias de Miguel y del Juez.  Me vine a orar, Sylvia Regina vino después y le dije que estaba por pedir Palabra y ella me dijo: “pídala pues” y se quedó esperando.  Yo le pedí al Señor que me dijera hasta cuándo tengo que esperar, pues ya con eso puedo entender mejor su voluntad.  Me contestó:

11 Yavé dijo: Salomón: «Ya que éste es tu deseo y no has pedido riquezas ni bienes, ni gloria ni la muerte de tus enemigos, ni tampoco has pedido larga vida, sino que me has pedido la sabiduría y el entendimiento para gobernar a mi pueblo, del cual te he hecho rey, 12 por eso desde ahora te doy sabiduría y entendimiento, y además te daré riquezas, bienes y gloria como no las tuvieron nunca los reyes que fueron antes de ti, ni las tendrá ninguno de los que vengan después de ti.»

Cuando le terminé de leer a Sylvia Regina, me dijo que ella había pedido que me diera una Palabra de aliento, para que me volviera la felicidad que había perdido y que volviera a ser el yo alegre que era antes.  Le di gracias por tenerla a mi lado, pues indudablemente que su pedido al Señor había tenido más acogida que el mío y el Señor me había contestado lo que ella había pedido y no yo.  Pasó el día no vino ninguna noticia.  Sin embargo, procuré estar de mejor humor y por la noche jugamos dominó con Carlos y Debbie y reímos un poco.

Tenía tiempos de no pasar un rato sólo jugando.  El domingo me levanté a orar, quizás un poco menos triste, el Señor me dijo:

110 1 Palabra del Señor a mi señor: «¡Siéntate a mi derecha y ve cómo hago de tus enemigos la tarima de tus pies!» 2 Desde Sión extenderá el Señor el cetro de tu mando: domina en medio de tus enemigos. 4 Juró el Señor y no ha de retractarse: «Tú eres para siempre sacerdote a la manera de Melquisedec». 5 A tu diestra está el Señor, aplasta a los reyes en el día de su cólera.

Por la noche el enemigo me hizo un ataque físico, para desesperarme más y pasé toda la noche con un dolor fuerte de estómago. 


¿De que le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?

Mateo 16, 26

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