Lunes 9 de junio de 2008
Josué
1, 5-7
Me levanté más confiado en el Señor, viendo que el camino es todavía
largo, pero confiado en La Promesa del Señor y temeroso de salirme del camino. Me contestó:
5 Mientras vivas
nadie te resistirá. Estaré contigo como lo estuve con Moisés; no te dejaré ni
te abandonaré. 6 Sé valiente y ten ánimo, porque tú entregarás a
este pueblo la tierra que juré dar a sus padres. Por eso, ten ánimo y cumple
fielmente toda la Ley que te dio mi servidor Moisés. 7 No te apartes
de ella de ninguna manera y tendrás éxito dondequiera que vayas.
Me pasé todo el día leyendo depositions y tratando de encontrar el
teléfono de Bob. ¡Señor, Ten misericordia de mí! Se pasó
el día y no lo pude conseguir. Al final, obedecí al Espíritu Santo, pues
comprendí que no quería que lo encontrara directamente, pero que sí lo encontraría
y le escribí a Chris, el abogado de Bob, para ver si él lo tenía. Por la noche fuimos a la reunión del
grupo de Encuentros y el Espíritu
Santo se derramó sobre nosotros. Le pedimos a Fernando que escogiera la lectura
con la iluminación del Espíritu Santo y el mensaje que nos dio fue el adecuado
para ese momento. ¡GLORIA A DIOS!
Martes 10 de junio de 2008
Salmo
123
Me levanté confiado en el Señor, pero bastante cansado, triste, agotado…
“con mi armadura desgastada”. Me contestó:
1 A ti he elevado
mis ojos, a ti que habitas en los cielos. 2 Como los ojos de los
siervos se fijan en la mano de su dueño, como miran los ojos de una esclava la
mano de su dueña, así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios, ¿cuándo
tendrá piedad de nosotros? 3 Ten piedad de nosotros, Señor, ten
piedad, porque estamos saturados de desprecios. 4 Nuestra alma está
colmada de las burlas de la gente acomodada, del desprecio de los
engreídos.
Pasé todo el día leyendo depositions y tratando de encontrar el teléfono
de Bob. Pero el Señor no quiso que
lo encuentre. Mañana será otro
día, pues le mandé un email a Melissa, la secretaria de John, para ver si ella
lo tiene... ¡Dios dirá!
Miércoles 11 de junio de 2008
Jeremías
12
Josué
3, 5
El Señor me llevó a recorrer el camino de mi vida, como encaminándome a
las bendiciones que están por venir y para que comprenda cómo me ha estado
protegiendo y comprenda toda su magnificencia y su poder.
12, 1 Yavé, tú tienes
siempre la razón cuando yo hablo contigo, y, sin embargo, hay un punto que
quiero discutir: ¿Por qué tienen suerte los malos y son felices los traidores? 4
¿Hasta cuándo estará de luto el país? ¿Permanecerá seco el pasto de los campos?
7 Abandoné mi casa, dejé mi propiedad, he entregado lo que más
quería en manos de mis enemigos. 8 Los míos se han portado conmigo
como un león de la selva, que ha lanzado contra mi sus rugidos; por eso, les tengo
rencor. 10 Muchos pastores han saqueado mi viña, han pisoteado mi
propiedad y han convertido mi campo, que tanto quería, en un potrero sin pasto.
13, 25 Este es tu
premio, el salario de tu rebelión, que yo te había reservado, dice Yavé, porque
a mí me echaste al olvido y te entregaste a la mentira. 15, 9 La madre que tuvo siete hijos está
avergonzada y desalentada y se le acaba el resuello porque se puso el sol de su
vida aun en pleno día. 10 Ay de mí, ¡madre mía!, ¿por qué me diste a
luz? Soy hombre que trae líos y contiendas a todo el país. No les debo dinero,
ni me deben; ¡pero todos me maldicen! 18 ¿Por qué mi dolor no tiene
fin y no hay remedio para mi herida? ¿Por qué tú, mi manantial, me dejas de
repente sin agua? 19 Entonces Yavé me dijo: «Si vuelves a mí, yo te
haré volver a mi servicio. Separa el oro de la escoria si quieres ser mi propia
boca. 20 Haré que tú seas una pared de bronce frente a ellos y si te
declaran la guerra no te vencerán, pues yo estoy contigo para librarte y
salvarte. 21 Te protegeré contra los malvados y te arrancaré de las
manos de los violentos.» 17, 5
Así habla Yavé: ¡Maldito el hombre que confía en otro hombre, que busca su
apoyo en un mortal, y que aparta su corazón de Yavé! 7 ¡Bendito el
que confía en Yavé y que en El pone su esperanza! 8 Se asemeja a un
árbol plantado a la orilla del agua y que alarga sus raíces a la corriente: no
tiene miedo de que llegue el calor, su follaje se mantendrá verde; en año de
sequía no se inquieta, ni deja de producir sus frutos. 5 Josué dijo a los
israelitas: «Purifíquense, porque mañana Yavé estará en medio de ustedes para
obrar milagros. 7 Entonces Yavé dijo a Josué: «Hoy comenzaré a
hacerte famoso delante de Israel y sabrán que estoy contigo, como lo estuve con
Moisés. 5, 12
Y después de ese día en que consumieron los productos del país, cesó el
maná.
¡GLORIA A DIOS! BENDITO SEAS SEÑOR!
Jueves 12 de junio de 2008
Daniel
10, 11-21
Me levanté cansado y agotado, físicamente sintiéndome mal y débil. ¿Señor, adónde estás? Sintiéndome como
en un callejón sin salida, atrapado entre cuatro paredes... pero con Fe en el
Señor, que me va a sacar adelante... pero no sé cómo. Me contestó:
11 Me dijo:
«Daniel, hombre elegido de Dios, presta atención a las palabras que voy a
decirte e incorpórate, porque he sido mandado ahora donde ti.» Al oír estas
palabras me enderecé temblando. 12 Luego me dijo: «Daniel, no temas,
porque desde el primer día en que te dedicaste a comprender y humillarte de
corazón delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras y súplicas y precisamente
debido a estas súplicas he venido yo. 13 El príncipe del reino persa
me ha hecho resistencia durante veintiún días, pero Miguel, uno de los primeros
ángeles, ha venido en mi ayuda. Lo dejé allí junto a los reyes de Persia, 14
y he venido a decirte lo que ocurrirá a tu pueblo en los tiempos venideros.
Porque también la presente visión se refiere a esos días.» 15 Cuando
me dijo estas palabras, agaché mi cabeza y quedé en silencio; 16
pero un personaje de aspecto humano me tocó los labios. Entonces abrí la boca
para hablar y dije al que estaba delante de mí: «Señor mío, ante esta visión me
invade la angustia y ya no tengo fuerzas.» 17 ¿Cómo podría hablar
con mi señor cuando me faltan las fuerzas y no me queda ni aliento? 18 El
personaje de aspecto humano me tocó de nuevo y me reanimó. 19 Me
dijo: «Hombre elegido de Dios, no temas, la paz sea contigo, cobra fuerza y
ánimo.» Mientras hablaba, me sentí reanimado y dije: «Hable mi Señor, ahora que
me he confortado.» 20 Entonces me dijo: «¿Sabes por qué vine donde
ti? 21 Pero voy a revelarte lo que está escrito en el libro de la
verdad, y ahora volveré a luchar con el ángel de Persia; ya está por llegar
el ángel de Grecia. Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, el ángel
de ustedes.»
Viernes 13 de junio de 2008
Marcos
15, 34
Romanos
6, 4-5
Hoy es día de San Antonio.
Santo preferido de mi mamá y patrono de las empresas nuestras. Ayer pasé un día bien cansado, no sé
porqué razón me levanté mejor hoy y el Señor me dijo:
34 ... «Eloí,
Eloí, lammá sabactani», que quiere decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has abandonado? 6, 4
Como ustedes saben, por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo
y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre,
así también nosotros empezamos una vida nueva. 5 Una figura de su
muerte nos injertó en él, pero compartiremos también su resurrección. ¡Amén!
Comprendí que era necesario pasar por todo esto. Morir, para después
resucitar y pasar a una vida nueva. Realicé que esta es la razón del porqué la Virgen, por medio
de Sylvia Ann, nos ha pedido que recemos el Rosario hoy en familia, aquí en la
casa. ¡BENDITO SEA EL SEÑOR!
Pasé todo el día buscando el teléfono de Bob en la oficina y al rato me
habló Sylvia Regina que decía Sylvia Ann, que la Virgen le había dicho que el
teléfono estaba en la oficina de arriba o sea la mía (ella no sabía que andaba
buscando algo). Comencé a rebuscar
todos mis papeles y ya para venirme, Guadalupe se acercó para preguntarme qué
buscaba y yo le dije que el teléfono de Bob, eso me hizo recordar que yo
guardaba mis teléfonos en la agenda que yo usaba en ese entonces, que eran las “larguitas”
de La Casa Castro, que mandaba a hacer a Nueva York. Inmediatamente me trajo la de todos los años y en la de 1995,
ahí estaba el teléfono de la casa de Bob… ¡GLORIA A DIOS! Por la noche vinieron 44 personas a
rezar el Rosario a la casa, de las familias Humberstone, Orellana, Vilanova y
Lourdes. Estuvo lindísimo y hubo
gran sanación familiar. Yo di mi
testimonio de lo que había pasado hoy con la Virgen.
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