No muchas personas tienen claro que es lo que
significa “Socialismo del siglo XXI”, el cual está siendo promovido por varios
gobiernos de America Latina. Lo
que sí es evidente es que, cada vez más, los gobiernos que lo respaldan se
identifican por ir, paulatinamente, adoptando medidas que permitan la
reelección de sus actuales presidentes y buscar, afanosamente, su permanencia
indefinida en el poder; a base de empobrecer, cada vez más, a la población y
con el objeto de crear una dependencia de los votantes a los subsidios y
prebendas del gobierno.
En Nicaragua, la Asamblea Nacional, dominada por el
partido del actual presidente de la república, aprobará el próximo Diciembre
una reforma constitucional para eliminar la reelección inmediata y permitir la
reelección indefinida de su actual presidente, Daniel Ortega; quien cumplirá 23
años en el poder, al terminar su actual mandato.
En Ecuador, el actual presidente, que cuenta con la
mayoría en el congreso, ha presentado un proyecto para reformar la constitución
y permitir la reelección indefinida.
El presidente Correa cumplirá 10 años en el poder, en el año 2017 y
podrá presentarse a una tercera reelección.
En Bolivia, el presidente Evo Molares, tras un
fallo del Tribunal Constitucional que interpretó la Constitución a favor de su
reelección, también podrá postularse a una tercera elección presidencial
consecutiva y aspirar a gobernar por 15 años.
En Venezuela, el actual mandatario Nicolás Maduro
está solicitando facultades extraordinarias, para poder gobernar sin la
necesidad de obtener la aprobación del Poder Legislativo; lo cual viola el
principio democrático de la representación popular y soberanía de las distintas
instituciones del gobierno.
En nuestro país, ha quedado clara la intención del
partido en el gobierno, de sistemáticamente tratar de deteriorar la
institucionalidad democrática, con el propósito de obtener el control absoluto
del Estado. Lo único que ha
detenido esto es el comportamiento patriótico, valiente y honesto de cuatro
magistrados de la Sala de lo Constitucional, en unión al reclamo generalizado
de la ciudadanía.
A escasos meses de una nueva contienda electoral,
pareciera que en el campo económico, esta se presenta igual a las últimas
elecciones para presidente; representadas
por un FMLN que promueve principios socialistas, ahora del Siglo XXI y ARENA,
que promueve principios de respeto a la individualidad y libre superación.
Para explicar mejor las cosas y con los argumentos
de moda, en el campo económico se puede decir que el FMLN promueve regalarle a
los niños un vaso de leche, quedando bien con los papás, que son los que votan
y ARENA promueve generar empleos para que papá y mamá puedan tener un empleo
digno; no solo para que le puedan comprar un vaso de leche al niño, sino para
que, además, le puedan también dar pan y frijoles y con amor de hogar.
Sin embargo, después de las experiencias de los
gobiernos del Socialismo del Siglo XXI, al momento de votar el próximo mes de
febrero, los salvadoreños no solo debemos pensar en qué sistema económico es el
que más nos gusta, sino lo más importante es pensar cual de los candidatos es
el que va a garantizar que nuestra democracia continúe y no ocurra lo que está
sucediendo en los países vecinos y donde el ser presidente se ha vuelto un
medio para buscar el beneficio propio o de su partido político y por ende, el poder
del cargo se usa para cambiar las leyes y poder seguir siendo presidente,
indefinidamente.
Contario a los principios Bolivarianos que los
gobiernos del “Socialismo del Siglo XXI” dicen promover, es notable que en este
tema no hacen lo que Simón Bolívar aconsejaba y para lo cual decía: “Huid del
país donde uno solo ejerce todos los poderes; es un país de esclavos”.
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