El día de hoy, los católicos de todo el mundo
conmemoran la ceremonia conocida como el “Lavatorio de los pies”, que vuelve a
vivir la acción que realizó nuestro Señor Jesucristo una noche antes de ser
crucificado y en la cual El, siendo el Creador de todo el universo se despoja
de su categoría Divina y de Maestro y le lava los pies a sus discípulos, que
era algo que solo los esclavos hacían a sus amos; con el propósito de
enseñarnos que quien quiera ser el más importante de todos, es quién debe ser
el servidor de todos y que entre más bienes materiales tengamos, más debemos de
compartirlos con los más necesitados.
La Cuaresma ha quedado atrás, que es ese período de
preparación que inició el Miércoles de Ceniza hace exactamente cuarenta días y
que si lo hemos vivido a conciencia, es el tiempo que nos prepara para comprender
que todo viene de Dios y hacia El debemos encaminar todas nuestras acciones;
especialmente las de nuestras relaciones con las personas a nuestro alrededor,
buscando la voluntad de Dios en cada una de ellas.
Con esta conmemoración se inicia lo que se conoce
como el “Triduo Pascual” y que consiste en que, en los próximos tres días, se
realizan una serie de ceremonias que conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección
de nuestro Señor Jesucristo y que desgraciadamente muchos católicos poco
conocemos; desaprovechando toda la riqueza espiritual que contienen.
El momento es propicio para recordarnos que todos
somos hermanos, hijos de Dios y que independientemente de nuestras creencias
políticas o nuestra situación económica, social o cultural, todos debemos
buscar como podemos “lavar los pies” de los que nos rodean, con el propósito de
cumplir con lo que Dios nos manda.
En el caso de los dirigentes políticos, que son los
primeros que sientan las bases de relación entre todos los ciudadanos, los
salvadoreños debemos sentirnos contentos del diálogo recientemente iniciado
entre los dos partidos más grandes de nuestro querido país y que lanza un mensaje
de paz y entendimiento entre todos los salvadoreños. Lo que se espera, es que ambos partidos le “laven los pies”
al otro y sepan anteponer sus propios intereses, buscando el interés de todos
los salvadoreños y no solo el de los miembros de cada uno de sus propios
partidos.
Igualmente podemos decir del recientemente iniciado
diálogo entre el presidente electo y ANEP, el cual toda la población se encuentra
expectante de sus resultados, pues dependiendo de los acuerdos y entendimientos
entre ambos, es de lo que va a depender el aumento de los empleos necesarios
para que todos los salvadoreños puedan aspirar a más y mejores empleos, dentro
de sus mismas expectativas de vida.
De nuevo, esto solo va a ser posible si ambos comprenden la importancia
de seguir los pasos de Jesús de Nazaret y cada uno decide “lavar los pies” del
otro; tal y como la ceremonia conmemorativa del día de hoy nos enseña.
Por último, habiendo recientemente ARENA celebrado
su congreso de evaluación interna, también todos sus dirigentes deben recordar
la conmemoración de la ceremonia del día de hoy y comprender que, en el futuro,
si ARENA no comprende que el papel esencial de un partido político es servir a
los demás y no “servirse de los demás”; muy pronto perderá el liderazgo
mostrado en las pasadas elecciones y no existiendo un partido político de
fuerte oposición al FMLN, el país puede comenzar un período de deterioro económico
y social, mucho más fuerte que el experimentado hasta ahora.
“Lavar los pies” a los demás, esto es lo que
debemos aprender a hacer, si es que queremos que nuestro querido país pueda
comenzar a resolver los grandes problemas que nos aquejan.
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