Lunes 8 de febrero de 2010
Salmo 7
Jeremías 49,
2
Me levanté desesperado, es decir sin
Esperanza. Pero creyendo en la
promesa de Dios o sea más bien ¿Es que ya no aguanto?... El Señor me contestó a
mi pregunta de: ¿Señor a dónde estás?
2 Señor, Dios mío, en ti yo me refugio,
líbrame de mis perseguidores, sálvame. 3 No sea que me atrapen como
un león, y me arrastren sin que nadie me salve. 4 Señor Dios mío, si
he actuado mal, si ha manchado mis manos la maldad, 5 si he devuelto
mal por bien, o despojado sin razón a mi contrario, 6 que mi enemigo
me persiga y me alcance, que me aplaste contra el suelo y esparza por el polvo
mis entrañas. 9 Tú que juzgas a las naciones, proclama, Señor, mi
rectitud y reconoce mi inocencia. 10 Pon fin a la maldad y a los
malvados, y fortalece tú al justo, pues las mentes y los corazones tú sondeas,
tú que eres un Dios justo, atento siempre para castigar. 18 Yo
alabaré al Señor por su justicia y cantaré al Nombre del Altísimo.
Terminando esto, Sylvia Regina me dijo lo que le
había o acababa de decir el Señor:
49,
2 Por eso, se acerca ya el tiempo, dice Yavé, en que haré resonar,
en Rabbá de los amonitas, el grito de guerra. Quedará convertida en un montón
de escombros abandonados y sus aldeas serán incendiadas. Entonces Israel
despojará a los que lo habían despojado, afirma Yavé.
Ensayamos toda la mañana con el grupo de alabanza,
para la oración de sanación del miércoles. Me sentí bien cómodo tocando el teclado, lo cual fue un
adelanto importante y comprendí que era gracia de Dios, que no me había
amedrentado y desistido, pues nunca hubiera llegado a tocar bien. ¡Gloria a Dios! Por la tarde no hicimos
nada. Fuimos a misa de 5:00 p.m. y
por la noche al grupo de Encuentros, la reunión estuvo bien bendecida.
Martes 9 de febrero de 2010
Habacuq 2,
2-4
Lamentaciones
3, 1-
Me levanté a orar con más confianza, por algo
será. El Señor me dijo:
2 Yavé me respondió diciendo: «Escribe
la visión, anótala en tablillas, para que pueda leerse de corrido. 3
Esta visión espera su debido tiempo, pero se cumplirá al fin y no fallará; si
se demora en llegar, espérala, pues vendrá ciertamente y sin retraso. 4
Aquí la tienes: El que vacila nunca contará con mi favor, el justo si vivirá
por su fidelidad.
O sea confirmándome lo que Sylvia Ann me ha
dicho ayer.
Durante el día me llegó una carta extensa de
Mike. Era una nueva oferta para
cambiar el contrato con él. Me
sentí desesperar, pues es otro problema enorme, tener que decidir sólo eso y en
medio de esta situación, donde parece que este caso no tiene fin. ¿Señor
a dónde estás?
Mi confianza en el Señor se tambalea, pero es
firme, a pesar que el mar está picado y estamos en medio de una tormenta que
parece que no tiene fin. Mi única
esperanza es el Señor, que parece que está dormido, pero sé que todo esto tiene
que ser para bien, esa es La Palabra de hoy y esa es mi Esperanza. ¡Señor
Jesús, yo confío en ti!
Miércoles 10 de febrero de 2010
Hechos 18, 6
Me sentía inquieto y agobiado con la carta de
Mike, que de nuevo, no siento que viene de Dios y me agobia, pues me hace
sentir más alejado de El. Decidí
levantarme a preguntarle a Dios, qué es lo que debía hacer, pues una condición
de Mike en toda su propuesta es que nosotros nos hagamos responsables y
aceptemos que la propuesta que nos ha hecho es para nuestro propio beneficio y
eso no es así; pero decidí mejor preguntarle al Señor qué hacía. Me contestó:
6 Como se oponían y le respondían
negativamente, se sacudió el polvo de sus vestidos y les dijo: «Nada tengo que
ver con esa propuesta que me pide que yo sea el responsable; ustedes son los
únicos responsables.
Nos levantamos tempranito, a pesar de estar
desvelado, pues me levanté en la madrugada, y nos fuimos a la Asamblea de
Sanación de Marigel. A cantar en
la Transfiguración. No sentí nada
especial durante toda la asamblea, a pesar que tuve mi primer descanso en el
Espíritu. Al final, aunque no
sentí nada especial, algo me hizo consultar mis emails en el teléfono y vi uno
de Mike que decía que el caso 46341 había sido removido a la Corte Federal!! Era una tremenda mala noticia, pues
además que el caso se atrasó todo, no sé si Mike va a querer continuar en el
caso, si ya no está en Angleton. El
Espíritu Santo me iluminó y pude comprender que tenía que ser buena noticia, a
pesar que no entiendo porqué o cómo, pues el Señor me la estaba dando en una
Asamblea de Sanación y además le estamos sirviendo de todo corazón. No puede ser una mala noticia, ¡tiene
que ser buena! Pero no sé cómo, ni porqué. Por la tarde hablé con Mike y todos los abogados estaban en
“shock”. Quizás el más calmado era
yo. Ahí estaba también Ernest o
sea que el problema es realmente serio. Lo tomé con calma y nadie sabía qué hacer, pues la noticia es
bien grave. Yo sólo repetía: “Por muy mal que me parezca, simpre será lo
mejor”, “Jesús, yo confío en Ti”.
Jueves 11 de febrero de 2010
Juan 10, 28
Nos levantamos a cantarle a Ariana. Todo es felicidad y ella estaba
contenta de cumplir 33 años. Paolo
igual. Ariana dice que lo primero
que le preguntó es por qué es que no había vejigas, pues era su cumpleaños.
Me puse a pensar que desde mediados del año
pasado, han sido pocos los momentos de felicidad que hemos tenido. Desde entonces, el Señor como que se ha
escondido y nos ha dejado a merced de satanás, como para probarnos y fortalecer
nuestra Fe. Después me vine a orar
y le dije a la Virgen: ¡María, tú sabes
que ya no aguanto! Por favor
intercede por mí!
¡Elí, Elí,
Abec Sabactani!
Mi Fe se tambalea, pero el Señor me dijo:
28 ¡Felices los que no han visto, pero
creen!
El Espíritu Santo me hizo comenzar a escribir un
email para Mike, pues comprendí que lo mejor o más bien todo esto que parece un
caos, ha sucedido para algo “mejor” y
entonces lo que debiéramos procurar en el juicio del 8 de marzo es que el Juez
de una orden que se nos compre la participación.
El email me salió bien fácil o sea que es la
voluntad de Dios. Lo discutimos
con Alex y Guayo, que almorzamos juntos y se aprobó sin mayor problema. Se lo mandé a Jorge y durante la misa me
mandó un email que lo iba a analizar bien, pues consideraba que era bastante
denso, o sea que creo que lo sorprendió favorablemente. Me dijo que lo pensáramos y lo iba a
analizar para que lo mandáramos hasta mañana.
Fuimos al cumpleaños de Ariana y todo fue
positivo, como eran antes las reuniones de familia, donde todo era alegría. Hablé con Guayo y había ido a misa, a
celebrar el Día de la Virgen de Lourdes. ¡Gloria a Dios!
Viernes 12 de febrero de 2010
Salmo 49
Me levanté confiando en Dios y al solo sentarme
a orar, me iluminó para corregir el email e inmediatamente fui a corregirlo. Me siento contento y en paz. El Señor me dijo:
2 Oigan esto, pueblos todos, habitantes
del mundo entero, escuchen: 3 gente del pueblo y gente de apellido,
ricos y pobres, todos en conjunto. 4 Mi boca va a decir sabiduría y
lo que pienso sobre cosas hondas; 5 dejen que me concentre en un
refrán, lo explicaré luego al son del arpa. 6 ¿Por qué temer en días
de desgracia, cuando me cercan el mal y la traición 7 de los que en
su fortuna se confían y hacen prevalecer su gran riqueza? 8 Mas
comprada su vida nadie tiene, ni a Dios puede, con plata, sobornarlo, 9
pues es muy caro el precio de la vida. 10 ¿Vivir piensa por siempre,
o cree que no irá a la fosa un día? 11 Pues bien, verá que los
sabios se mueren, que igual perecen el necio y el estúpido, y dejan para otros
su riqueza. 13 El hombre en los honores no comprende, es igual que
el ganado que se mata. 14 Hacia allá van los que en sí confían, ese
será el fin de los que les gusta escucharse. 16 Pero a mí Dios me
rescatará, y me sacará de las garras de la muerte.
Por la noche recibí un email de Jorge, bien
molesto y de nuevo como antes, confrontativo. Comprendí que venía de satanás y
sólo le escribí que debíamos reunirnos para explicarle mi punto de vista. ¿Señor,
a dónde estás? ¿Por qué cuesta tanto y no te decides a ayudarnos del todo? No comprendo, pero “en ti confío”.
Sábado 13 y domingo 14 de febrero de 2010
Jeremías 17,
5-8
Me levanté a preparar el programa. El Señor me dijo:
Bendito
el hombre que confía en el Señor y en él pone su esperanza. Será como un árbol
plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el
calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de
sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos.
Luego nos fuimos a jugar tenis con Rober y ya
siento esos momentos como un oasis de paz y calma. Le doy gracias a Dios por la bendición de poder jugar con él.
Luego me vine a contestar una
serie de emails a Mike, pero no siento que estamos en nada concreto o con una
mira definida.
En mi mente circula una pregunta que tiende a
desmoronar mi Fe: “¿Señor, A dónde
está la carta de Edith? Por la
noche vimos la película “You’ve got mail” y una de las canciones dice que “Dios
debe estar en New York City” y me pregunto o me lamento cómo todo pasa
desapercibido de Dios y después de ver el final, en que todo se resuelve bien
en cuestión de días, después de haber perdido su empresa de años. ¿Por qué con nosotros el Señor se ha tardado más de diez años
y no se nos compone? y sólo acepto la voluntad de Dios sin comprenderla, pero
seguro que “siempre será para mejor”.
Nos levantamos el domingo, día de san Valentín,
y tanto Sylvia Regina como yo habíamos dejado de sorpresa nuestro regalo en el
baño, para que el otro no se diera cuenta, sino hasta levantarse. Ella una tarjeta con la foto de los dos
y yo una vejiga, flores y un cirio, en forma de corazón. Todo sencillo, pero le daba gracias a
Dios, pues con todo y todo, ambos llenos de amor, pues no podemos comprar nada
más caro; las reservas de dinero ya no existen.
Luego me vine a orar un poco, preguntándole y
pidiéndole a Dios que me ilumine para comprender su voluntad, pues eso me
basta; estar seguro, por lo menos, que esto es su voluntad o que hay o tengo
que hacer algo que El quiere y no he hecho; como me dijo Sylvia Regina ayer. Me contestó:
Daniel
10, 18 El personaje de aspecto humano me tocó de nuevo y me reanimó.
19 Me dijo: “Hombre elegido de Dios, no temas, la paz sea contigo,
cobra fuerza y ánimo.» Mientras me hablaba, me sentí reanimado y dije: «Hable,
mi Señor, ahora que me he confortado.» 20 Entonces me dijo: «¿Sabes
por qué vine donde ti? 21 Pero voy a revelarte lo que está escrito
en el libro de la verdad, y ahora volveré a luchar con el ángel de Persia; ya
está por llegar el ángel de Grecia. Nadie me presta ayuda para esto, excepto
Miguel, el ángel de ustedes.»
¡Palabra de Dios! ¡Gloria y honor a ti Señor!