En los próximos días se estará eligiendo al nuevo
presidente de ANEP.
Se podrá pensar que esto es un evento privado y que
solo le compete a ANEP. Pero la
verdad es que por la importancia de esta institución, la cual representa a todo
el sector no gubernamental del país; la elección de su presidente tiene grandes
consecuencias políticas y a raíz de esto, la mayoría de gobiernos han siempre querido
controlar su elección, para que se elija una persona “amiga”.
Vale la pena recordar que acercándose esta elección,
en casi todas las oportunidades han surgido personas o sectores que han tratado
de desprestigiarla, argumentando que: “no se tienen elecciones transparentes”, que
“esta no representa la mayoría de los empresarios” o que “esta no ha
representado adecuadamente sus intereses”.
Es decir, los argumentos siempre han sido variados,
pero en el fondo de las críticas, lo que siempre han identificado es a aquel grupo
de personas que lo que les interesa no es defender los intereses de la
institución, sino que buscan el tener una ANEP sumisa a los intereses de los
gobiernos de turno o a los intereses de ciertos sectores empresariales; que
buscan manejarla a conveniencia de sus propios intereses.
Para contra argumentar la no representatividad de
ANEP, vale la pena aclarar que sus asociaciones miembro representan a todos los
sectores económicos y sociales de nuestro querido país. Su membresía está compuesta por 50 asociaciones
miembro y las cuales representan a más de 16,000 empresas, grandes, pequeñas y medianas
y las cuales generan en su conjunto un total de más de 800,000 empleos. Esto hace que ANEP no solo represente a
los empresarios en sí, sino que vela por los intereses de la mayoría del sector
privado del país, el cual incluye a empleados y empleadores y por tanto su
importancia relativa, dentro de una democracia, es similar a la del gobierno.
En cuanto a la transparencia de sus elecciones,
argumentando sobretodo que el voto no es secreto. Vale la pena recordar que las elecciones de la junta
directiva de ANEP son un proceso continuo de todos los años en las distintas
asociaciones y cada una es manejada de forma descentralizada de la
administración de ANEP, por lo que esta no puede influenciarlas en ningún
sentido. Además, que en las
elecciones de la dirección de ANEP participan de forma indirecta todos los
miembros de las juntas directivas de todas las asociaciones miembro y como tal,
si bien el presidente de cada asociación es quien al final emite el voto, este
no es de forma individual, sino por representación de su junta directiva; por lo
que el voto siempre tiene que ser público y no secreto, pues de otra forma las
juntas directivas no tendrían un mecanismo para saber si su presidente votó de
acuerdo a su mandato.
En cuanto a la acusación de si ANEP ha debido ser
menos crítica con el gobierno actual, los argumentos siempre pueden hacerse en
cualquier sentido, pues el gobierno no ha sentado la pausa para ninguna buena
relación y además, lo cierto es que cada presidente tiene su propia
personalidad.
Sin embargo, lo que también es cierto es que, por
su estructura representativa, el presidente de ANEP no puede tomar posturas
individuales, sino solamente colegiadas; por lo que en todo caso, resulta
contradictorio que ahora alguien que ha sido miembro actual de su alta
dirección desde hace varios años, esté ahora acusando al presidente de una
actuación inapropiada.
Los argumentos anteriores son los que los
presidentes de todas las instituciones miembro, que son los responsables de
elegir al nuevo presidente, tienen que tener presente.
Además, tampoco deben olvidar que siendo que ANEP
representa todos los distintos sectores de la actividad económica de nuestro
país, su voto no lo deben hacer pensando únicamente en los intereses
particulares de cada asociación o empresa específica; sino pensando en quién es
la persona más idónea para promover y si se requiere en un momento dado
defender los principios de la libre iniciativa; que son la base fundamental de
la democracia y la cual ANEP siempre ha promovido, aún desde antes que existieran
la mayoría de los actuales partidos políticos.
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