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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 27 de diciembre de 2013

Retroceso de veinte años


Preocupante, por no decir bochornoso, fue el espectáculo dado por algunos diputados de la Asamblea Legislativa, a raíz de la reciente celebración de los treinta años de vigencia de la actual Constitución de la República.

Decimos que es preocupante, pues ante un magno evento como ese, el cual todos los salvadoreños debiéramos de celebrar, la inasistencia de ciertos líderes políticos solo refleja la triste realidad de nuestro querido país; la cual se caracteriza porque algunos funcionarios públicos todavía no aceptan lo que se logró en los Acuerdos de Paz, firmados en 1992 y se encuentran empecinados en confundir a la población, con el solo propósito de lograr sus propios objetivos, no solo partidarios, sino hasta personales; pues algunos, inclusive, se olvidan de la filosofía y principios de los partidos que los llevaron al cargo público en que se encuentran y ahora solo persiguen los intereses convenientes como para continuar en sus actuales cargos. 

Entiéndase bien, la culpa no es de los funcionarios que no asistieron al solemne acto, pues de seguro ya sabían de lo que se iba a tratar.  La preocupación de todos los salvadoreños, de bien, es que esto refleja el estado actual de polarización de los líderes políticos de nuestro querido país; lo cual la población entera viene condenando y exigiendo que se termine desde la firma de los Acuerdos de Paz, hace ya más de veinte años y es causada por los políticos que idearon la celebración de ese magno evento, con el único propósito de desvirtuar, cuestionar y menospreciar la actual Constitución de la República y que es precisamente lo que se celebraba. 

Convocar a una celebración y tratar de desvirtuar lo festejado, es equivalente a invitar a nuestra casa a un matrimonio amigo, en el aniversario de su boda y ya en el evento comenzar a desvirtuar las conveniencias del casamiento y sugerir que las personas no debieran casarse, sino permanecer solteras; pues los solteros son “más felices”.

Es, cuando menos, una falta de ética, el que ciertos diputados del FMLN hayan ocupado el acto para desvirtuar y proponer la creación de una nueva constitución, con el argumento que su partido político no estuvo representado en la Asamblea Constituyente que la creó.  El planteamiento de los actuales diputados del FMLN pudiera parecer, a simple vista, aceptable.  Pero lo que la exigencia actual del FMLN olvida, para su propia conveniencia, es que la Constitución de la República de 1983 formó parte de los Acuerdos de Paz firmados en 1992 y el FMLN es firmante de esos acuerdos; por lo que venir ahora a cuestionar su credibilidad o insuficiencia, es solo con el propósito de buscar su propia conveniencia; olvidando y más bien “pisoteando”, los anhelos de la mayoría de salvadoreños; que son la paz y la armonía social o sea, no más polarización y confrontación.

Igualmente reprochable es el hecho que algunos de los partidos políticos aliados con el FMLN, hayan ocupado el acto de celebración para desvirtuar a la actual Sala de lo Constitucional, haciendo caso omiso de lo que la misma Constitución establece, en su Artículo 183 y por tanto parte de lo que se celebraba; referente a que es la Sala de lo Constitucional “el único tribunal competente para declarar la inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, de un modo general y obligatorio”.

De todos es sabido que la Constitución de la República es la “columna vertebral” que sostiene nuestra nación.  El que algunos funcionarios traten de criticarla, es el equivalente a atacar nuestro mismo “cuerpo”; pues su vigencia es algo ya discutido y aceptado por todos los salvadoreños en los Acuerdos de Paz de 1992.  Desvirtuar estos acuerdos, es hacer retroceder la búsqueda de la paz, en más de veinte años.

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