Preocupante, por no decir bochornoso, fue el
espectáculo dado por algunos diputados de la Asamblea Legislativa, a raíz de la
reciente celebración de los treinta años de vigencia de la actual Constitución
de la República.
Decimos que es preocupante, pues ante un magno
evento como ese, el cual todos los salvadoreños debiéramos de celebrar, la
inasistencia de ciertos líderes políticos solo refleja la triste realidad de
nuestro querido país; la cual se caracteriza porque algunos funcionarios
públicos todavía no aceptan lo que se logró en los Acuerdos de Paz, firmados en
1992 y se encuentran empecinados en confundir a la población, con el solo
propósito de lograr sus propios objetivos, no solo partidarios, sino hasta
personales; pues algunos, inclusive, se olvidan de la filosofía y principios de
los partidos que los llevaron al cargo público en que se encuentran y ahora
solo persiguen los intereses convenientes como para continuar en sus actuales
cargos.
Entiéndase bien, la culpa no es de los funcionarios
que no asistieron al solemne acto, pues de seguro ya sabían de lo que se iba a
tratar. La preocupación de todos
los salvadoreños, de bien, es que esto refleja el estado actual de polarización
de los líderes políticos de nuestro querido país; lo cual la población entera viene
condenando y exigiendo que se termine desde la firma de los Acuerdos de Paz,
hace ya más de veinte años y es causada por los políticos que idearon la
celebración de ese magno evento, con el único propósito de desvirtuar, cuestionar
y menospreciar la actual Constitución de la República y que es precisamente lo
que se celebraba.
Convocar a una celebración y tratar de desvirtuar
lo festejado, es equivalente a invitar a nuestra casa a un matrimonio amigo, en
el aniversario de su boda y ya en el evento comenzar a desvirtuar las
conveniencias del casamiento y sugerir que las personas no debieran casarse, sino
permanecer solteras; pues los solteros son “más felices”.
Es, cuando menos, una falta de ética, el que
ciertos diputados del FMLN hayan ocupado el acto para desvirtuar y proponer la
creación de una nueva constitución, con el argumento que su partido político no
estuvo representado en la Asamblea Constituyente que la creó. El planteamiento de los actuales
diputados del FMLN pudiera parecer, a simple vista, aceptable. Pero lo que la exigencia actual del
FMLN olvida, para su propia conveniencia, es que la Constitución de la
República de 1983 formó parte de los Acuerdos de Paz firmados en 1992 y el FMLN
es firmante de esos acuerdos; por lo que venir ahora a cuestionar su
credibilidad o insuficiencia, es solo con el propósito de buscar su propia
conveniencia; olvidando y más bien “pisoteando”, los anhelos de la mayoría de
salvadoreños; que son la paz y la armonía social o sea, no más polarización y
confrontación.
Igualmente reprochable es el hecho que algunos de
los partidos políticos aliados con el FMLN, hayan ocupado el acto de
celebración para desvirtuar a la actual Sala de lo Constitucional, haciendo
caso omiso de lo que la misma Constitución establece, en su Artículo 183 y por
tanto parte de lo que se celebraba; referente a que es la Sala de lo
Constitucional “el único tribunal competente para declarar la
inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, de un modo general y
obligatorio”.
De todos es sabido que la Constitución de la
República es la “columna vertebral” que sostiene nuestra nación. El que algunos funcionarios traten de
criticarla, es el equivalente a atacar nuestro mismo “cuerpo”; pues su vigencia
es algo ya discutido y aceptado por todos los salvadoreños en los Acuerdos de
Paz de 1992. Desvirtuar estos
acuerdos, es hacer retroceder la búsqueda de la paz, en más de veinte años.
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