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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 7 de febrero de 2014

No ganó nadie y perdió la democracia


Aunque el pasado domingo, la mayoría de la población se comportó de forma cívica y ejemplar, digna solo de democracias más avanzadas que la nuestra.  Llama la atención como la cúpula del FMLN ha intentado apropiarse de este logro, queriendo menospreciar la vocación democrática de los salvadoreños y tratando de ocultar todas las acciones ilegales que hicieron con tal de obtener el resultado de ganar en primera vuelta.

No es el propósito de este artículo el enumerar las diferentes acciones ilegales y antidemocráticas, que hizo el FMLN durante esta campaña electoral.  Basta decir que, antes de los Acuerdos de Paz, una de sus “banderas” de lucha fue la de siempre exigir que el partido en el gobierno no usara los recursos e influencia del Estado, para promover votos del partido oficial y hoy ellos, en su primera oportunidad, lo han hecho y de forma que hasta fueron sancionados por el TSE.

Sólo este hecho debería de ponernos en alerta y cuestionar hasta que punto el FMLN dice la verdad, cuando habla de promover la democracia y el bienestar de los más pobres o si solo son palabras para mantenerse en el gobierno y una vez lo tenga de forma absoluta, como lo han hecho otros países asociados al ALBA, olvidarse de la democracia y cambiar la Constitución de la República, para perpetuarse en el poder.

Se debe recordar que la democracia no es solo “poder votar”, como nos lo quiere hacer creer el FMLN; pues si solo esto ocurre, eventualmente se pierde.  La democracia hay que vivirla a diario y practicarla por toda la población, sobretodo por los encargados de velar por ella para “cumplir y hacer cumplir la ley” o lo que es lo mismo: la constitución debe cumplirse y no solo aparentar su cumplimiento; sobretodo por aquellos funcionarios que han sido elegidos para velar por ella.

El FMLN puede haber sido el que más votos sacó en las pasadas elecciones, pero no ganó, pues su legitimidad democrática ha quedado en entredicho, ya que sus votos los obtuvo incumpliendo el marco legal y por lo tanto, en caso de ganar la segunda vuelta, nadie puede asegurar que, siguiendo en el gobierno, va a respetar la institucionalidad democrática y por tanto los empleos van a disminuir. 

Por el otro lado, la democracia perdió pues el ausentismo en las urnas, de más del 45% de los electores, indica claramente la falta de confianza de una significativa parte de la población en la misma, pues no está contenta con las opciones que les están planteando las cúpulas de todos los partidos políticos y su mensaje es que, para que la democracia funcione, estos tienen que aprender a renovarse y constantemente buscar nuevas opciones para enfrentar los grandes retos que nuestro país tiene por delante.

Por providencia de Dios, la democracia todavía tiene una esperanza.  El próximo 9 de Marzo se nos presentarán dos opciones y debemos comprender que estas no son de partidos políticos,  sino de personas.  Se trata de: Norman y René o Salvador y Oscar.

Con respecto a Salvador y Oscar, ya vimos que por lo actuado por el FMLN hasta ahora, antes del 9 de Marzo no podrán nunca legitimar que van a ser garantes de que nuestra democracia continúe y podamos seguir votando en el futuro.

Con respecto a Norman y René, nos queda la esperanza que hayan “escuchado” el clamor de todo un pueblo, este pasado domingo y haciéndolo suyo, se comprometan  de forma convincente a renovar las estructuras de ARENA, sobretodo separando el poder político del poder económico y que esto les permita hacer un gobierno de unidad e inclusión, honesto y sencillo; que es la opción que esos votantes que no salieron a votar, quieren tener.

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