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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 28 de febrero de 2014

Cronología de un Milagro - Noviembre 2008-IV


Lunes 24 de noviembre de 2008

Lucas 7, 28; 48-50

Me levanté pidiendo al Señor su misericordia, pues ya no tenemos dinero ni para el gasto y hoy si ya no sé ni qué vamos a hacer.  Me postré pidiéndole específicamente que recibamos los fondos esta misma semana y que abriera el corazón de los ejecutivos de Nejapa Power, para que esto suceda.  Además que me diera una luz, pues me siento agotado físicamente y psicológicamente.  Me contestó:

28 Yo les digo que entre los hijos de mujer no hay ninguno más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más que él. 48 Jesús dijo después… «Tus pecados te quedan perdonados.» 50 … «Tu fe te ha salvado, vete en paz.» 

Es lo mismo que me había dicho Sylvia Ann, que había dicho la Virgen el 19 de noviembre pasado.  Pasé toda la tarde esperando noticias.  Por la tarde me llamó Jorge, para decirme que no entendía cual pudiera ser la estrategia de Nejapa Power.  Hablé con CEL y el presidente no llegaba hoy, pero eso me permitió redactar la constancia que queríamos.  Por la noche fuimos al grupo de Encuentros y nos salió la Palabra de Macabeos 4; que nos recordó que no hay que olvidarse de la oración, cuando se tiene una victoria.

Martes 25 de noviembre de 2008

Ester 14, 4-19; 15, 11

Me levanté a orar de rodillas, postrado ante el Señor, suplicándole su misericordia, pues ya viene el fin de mes de nuevo y no tenemos dinero con que pagar los salarios.  ¡Señor, sálvanos! y no dejes que nos humillen y que humillen Tú Nombre.  ¡Glorifícate Señor!  El Señor me dijo:

4 Oh Señor, nuestro rey, tú eres el Unico! Ven, pues, en mi socorro, que estoy solo y no tengo otra ayuda sino a ti, ahora que mi vida está en peligro. 5 Tú, Señor, has elegido a Israel entre todas las naciones y a nuestros padres entre sus antepasados para que fueran por siempre tu heredad y has cumplido con ellos tus promesas. 6 Tú nos has entregado a nuestros enemigos porque te ofendimos, 7 adorando a sus dioses. ¡Tú eres justo, Señor! 11 No les ofrezcas tu cetro, Señor, a los que nada son, ni permitas que se rían de nosotros, ahora que sufrimos! 12 ¡Acuérdate, Señor, déjate ver por nosotros, ahora que sufrimos! Y a mí dame valor, rey de los dioses, tú que estas sobre toda autoridad. 13 Pon en mi boca palabras armoniosas cuando encare al león. 14 Sálvanos con tu mano y ven a socorrerme, que estoy solo, pues yo no tengo a nadie más que a ti. 18 Desde que cambió mi situación hasta el día de hoy, no he tenido momentos de alegría sino en ti, Señor, Dios de Abraham. 19 Oh Dios, que superas a todos en poder, escucha la voz de estos desesperados; líbranos de las manos de los malos, y a mí quítame el miedo que me embarga. 15, 11 … Dios entonces permitió que el corazón del rey se llenara de bondad. 

Sylvia Regina vino y me dijo que el Señor le había aclarado que la lectura de ayer era para nosotros y que debíamos redoblar la oración e idas al Santísimo.  Luego me dijo:

25 Bueno es Yavé para los que esperan en El, para el alma que lo busca. 

No sucedió nada.  Me fui al Santísimo a orar, a pedirle al Señor su misericordia, pues ya no sé ni qué pedir.  Me acordé de las palabras de Madre Teresa, en la oración que puso Sylvia Regina en el libro de 1995:

“El silencio conduce a la fe.”

Miércoles 26 de noviembre de 2008

Daniel 3, 17-18; 23-51

Me levanté a doblar rodillas, pues el tiempo pasa, ya no tenemos dinero y no se mira ningún horizonte de donde pueda venirnos… el dolor me domina.  De pronto, el Señor me consoló y me puse a pensar, que si esa es la voluntad del Señor, pues siempre será para mejor y entonces le pedí al Señor que me iluminara el camino y me dijera a qué me tengo que atener, para fortalecerme.  Ne dijo:

17 Si nuestro Dios, a quien servimos, quiere librarnos, nos librará del horno y de tus manos. 18 Si no lo hace, tienes que saber que de todas maneras no serviremos a tus dioses ni adoraremos tu estatua. 23 y los tres cayeron, atados, en medio del horno de fuego ardiente. 24 Sin embargo, iban por entre las llamas alabando a Dios y bendiciendo al Señor. 25 Y Azarías, de pie en medio del fuego, tomó la palabra y oro así: 26 Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, que tu Nombre sea alabado y glorificado eternamente. 27 Porque eres justo en todo lo que has hecho, todas tus obras son verdaderas, rectos todos tus caminos, y verdaderos todos tus juicios. 28 Has llevado a efecto una sentencia justa al traer el mal sobre nosotros y sobre Jerusalén, la Ciudad Santa de nuestros padres. Has obrado conforme a la verdad y la justicia, para castigo de nuestros pecados. 33 Y hoy no podemos abrir la boca, la vergüenza y la humillación han alcanzado a los que te sirven y te adoran. 34 No nos abandones para siempre, por amor de tu Nombre no rechaces tu alianza. 37 Porque, Señor, hemos pasado a ser la nación más pequeña de toda la tierra y somos humillados a causa de nuestros pecados. 40 Que hoy este sacrificio nuestro nos consiga tu favor, pues sabemos que los que confían en Ti jamás serán defraudados. 45 Aplasta tú su fuerza, y sepan que tú eres el único Dios y Señor, glorioso por toda la tierra. 49 … el ángel del Señor bajó al horno… empujó fuera del horno la llama de fuego, 50 y les sopló, en medio del horno, como una frescura de brisa de rocío, de modo que el fuego no los tocó ni les causó dolor ni molestia. 51 Entonces los tres, a coro, se pusieron a cantar, glorificando y bendiciendo a Dios dentro del horno, y diciendo: 52 Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente. 

Pasé toda la tarde contestando un email a nuestro abogado.  Me preguntaba ¿cuándo iba a salir la carta de Edith?

Jueves 27 de noviembre de 2008

Job 5, 1-27
L. de H. IV 618

Me levanté trabado de la espalda, con un dolor que me atravesaba todo el hombro y casi no me podía mover.  Sentía un gran temor de ya no tener dinero e imploraba al Señor su misericordia.  ¡Señor Jesús, ten misericordia de mí!
Cuando llegué al baño, Sylvia Regina ya estaba orando.  Rezamos, como de costumbre, La Llama del Amor juntos.  Luego me dijo que había pedido Palabra para “ayudarme a sostenerme” y comprendí que eso venía del Espíritu Santo.  Me dijo:

1 Llama, pues, si quieres; ¿quién te responderá? ¿A cuál de los santos te dirigirás? 2 ¿Rebelarte? Así perece el insensato. ¿Enojarte? De eso mueren los tontos. 7 El hombre engendra su propio castigo, así como en las nubes hace estallar el águila el rayo. 8 Yo, en tu lugar, a Dios recurriría y a él expondría mi causa. 9 A El, que hace cosas grandes e insondables, maravillas innumerables. 13 Atrapa a los sabios en su astucia, y las decisiones de los sagaces no aciertan. 15 Así salva Dios al arruinado cuando lo persiguen y libra al pobre de las manos del poderoso. 16 Así el débil renace a la esperanza, y la injusticia tiene que callar. 17 ¡Dichoso el hombre a quien Dios corrige! No desprecies, pues, la lección del Omnipotente, 18 pues él es el que hiere y el que venda la herida, él lastima y después cura sus manos. 19 Seis veces te librará de la angustia, y a la séptima el mal  no te alcanzará. 26 Llegarás a la tumba cargado de años como se recogen a su tiempo las gavillas.

Luego continuamos en oración y el Señor me dijo:

618 Podía haberos hecho más temibles que leones, pero eso no era lo conveniente, porque así vosotros hubieras pedido prestigio y yo la ocasión de manifestar mi poder. No desmayéis: yo sé muy bien que de este modo sois invencibles. Sed pues prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Pero veamos cuál es la prudencia que exige el Señor; “como serpientes” –dice– Así como la serpiente no le importa perderlo todo, aunque sea seccionado su cuerpo, con tal que conserve la cabeza, así también tú –dice– debes estar dispuesto a perderlo todo: tu dinero, tu cuerpo, aún la misma vida, con tal que conserves la fe. La fe es la cabeza y la raíz; si la conservas, aunque pierdas todo lo demás, lo recuperarás luego con creces… La sencillez de la paloma frenará tus impulsos de venganza contra los que te dañan o te ponen asechanzas, pues, sin esto, en nada aprovecha la prudencia. El sabe que la violencia no se vence con la violencia, sino con la mansedumbre.

¡Gracias Señor, por todo tu amor!

Viernes 28 de noviembre de 2008

No pude orar, pues me puse a enviar un email a nuestro abogado, comprendiendo que el Espíritu Santo me estaba diciendo que algo había que contestar a su email anterior.  Lo escribí y se lo mandé a Jorge, pero su respuesta no fue la que estaba esperando; pues  no fue el grito entusiasta que debía exclamar, si es la carta de Edith.  Entonces comprendí que me debía ir al Santísimo a pedirle que me iluminara, pues Él sabe más que yo.
Estando en el Santísimo todo se me fue aclarando y comprendí qué es lo que tenía que escribir y dónde buscarlo.  Lo que el Espíritu Santo me dijo aclaraba todo.  Me sentí súper contento.

Sábado 29 y domingo 30 de noviembre de 2008

Pasé toda la mañana escribiendo el email y se lo mandé a Jorge, pero tampoco su reacción fue impresionante, así es que comprendí que había que explicarlo mejor o algo más me faltaba.
Por la tarde nos fuimos al ensayo de la obra y todo se me olvidó, todo el stress referente al caso se me fue.
Por la noche fuimos a la boda de la hija de Ana Luisa y el Chele y todos se alegraron de vernos, de una forma muy especial.  Era el Señor saludándonos y dándonos ánimo.  
El domingo regresamos al ensayo a las 8 de la mañana y estuvimos ahí hasta las 2:30 p.m. Por la tarde continué escribiendo el email y lo terminé a las 8:30 p.m.  Se lo mandé a nuestros abogados, esperando que ese sea el documento que Edith nos había dicho que iba a aparecer.
Por la noche, en misa, el Señor me dijo, para consolarme: 

A ti Señor, levanto mi alma, Dios mío en ti confío, no quede yo defraudado. Que no se burlen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados.  


"Cuanto más confíe un alma, más recibirá. 
Me alegro que pidan mucho, 
porque mi deseo es dar mucho."

Jesucristo hablando a Santa Faustina  

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