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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 21 de febrero de 2014

Resumiendo el clima electoral


En muy pocos días y por cuarta vez en menos de cinco años, volveremos a las urnas.  Además, estamos por terminar una campaña electoral de más de un año de duración; a pesar que, según la ley, estas no pueden durar más de cuatro meses. 

Se agrega que, nuestro presidente actual o sea, el presidente de “todos” los salvadoreños y su apreciable esposa, no han escatimado esfuerzo alguno y usado la influencia de sus cargos y los recursos de nuestro gobierno, para desprestigiar y deslegitimar al partido y candidato opositor más importante.  En adición, desde los Acuerdos de Paz, nunca se había tenido un Tribunal Supremo Electoral tan parcializado y favoreciendo un partido político; como también, nunca se había experimentado el que uno de sus magistrados proclamara su evidente oposición a uno de los partidos políticos en contienda.

Todavía hay que sumar que, a pesar que es prohibido el uso de fondos de otros gobiernos para financiar las campañas políticas, es indudable el involucramiento de fondos del gobierno venezolano, a través de ALBA, para influir en el votante y financiar la campaña política del FMLN.

El resultado ya lo conocemos y es que: el FMLN proclama un triunfo electoral, con una ventaja porcentual de diez puntos sobre ARENA, cuando esto es solo una verdad a medias; pues la realidad es que, en términos absolutos, el número de salvadoreños que no votaron por el FMLN es mayor que los que votaron por este o sea que, con todas las ilegalidades y favores mencionados anteriormente; más de la mitad de los salvadoreños no desean otro gobierno del FMLN.

Con esta realidad, nos encaminamos a una segunda vuelta electoral donde solo habrán dos opciones: Norman o Salvador y las recomposiciones están a la vista:

En primer lugar: Salvador se presenta ahora vestido de “saco y corbata”.  Los puntos que recalca son: a) el respeto a la institucionalidad democrática, confirmando que no va a tratar de cambiar la Constitución de la República; b) el respeto a la libre expresión y a la búsqueda de consensos con los empresarios, sean estos grandes o pequeños; c) el respeto a la institucionalidad de las organizaciones que los representan, tipo ANEP, ASI y FUSADES y d) el mantener buenas relaciones con los Estados Unidos y sus aliados.  Acciones que, el partido a que pertenece, siempre ha estado en contra.  Es decir, pareciera que ahora el candidato del FMLN se ha vuelto de “derecha”, cuando en realidad, lo que siempre hace el FMLN es todo lo contrario.  

En segundo lugar: para Norman es indudable que la primera vuelta le ha dado una buena lección, pues inclusive, ARENA no recibió más de 200,000 de sus votos “duros”; lo que refleja un descontento a lo que el partido y sus gobiernos anteriores han dejado de hacer en el pasado. 

Hoy, Norman ha corregido y ofrece, entre otras cosas: a) democratizar ARENA, para que sea un fiscalizador de los funcionarios de turno; b) promover nuevos liderazgos, que no obedezcan a intereses económicos particulares; c) incrementar los programas sociales, velando por los intereses de los más necesitados; d) crear oportunidades de empleo, sobretodo para los jóvenes involucrados en las Maras y e) promover un desarrollo social, basado en la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros.

La rectificación de los dos candidatos es muy buena, pero debido a la experiencia de ambos partidos políticos en el gobierno, el próximo 9 de Marzo, ningún salvadoreño podrá estar seguro a quién creerle.  Sin embargo, si Norman no cumple, podremos cambiarlo dentro de cinco años.  Si Salvador no cumple, es claro que no podremos cambiarlo nunca, tal y como ha sucedido en Cuba, Venezuela y Nicaragua. 

Es por esto que, resumiendo, nuestra familia y este servidor hemos decidido votar por Norman y… luego exigirle que cumpla con lo prometido.

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