Lunes 15 de junio de
2009
Me costó
levantarme. No quiero enfrentar la
realidad, pues me siento incapaz de seguir afrontando mis problemas sin
solución y no tener ninguna perspectiva de hacia dónde voy. ¿Cuál es mi misión Señor? El Señor me contestó:
3…
En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios, si no nace de nuevo,
desde arriba.»
Al llegar a la oficina,
tenía una buena noticia, nos estaban confirmando que el cheque lo iba a recibir
mañana. Me sentí contento de
sentir al Señor cerca, pues todo va saliendo a tiempo. Dios sabe porqué hemos tenido que pasar
por esto, pero me llena de paz el saber que Dios está con nosotros y El sabe
precisamente hasta dónde podemos soportar esta cruz. Nos reunimos con Alex y la
reunión fue positiva… bien positiva.
Por la noche tuvimos la
reunión de preparación para el Encuentro y me sentí bien deprimido, pues el
Espíritu Santo no estaba conmigo. Me sentía bien cansado y alguien del grupo me dijo lo mismo:
“Te ves bien cansado.”
Martes 16 de junio de
2009
Isaías 45, 3-6
Gálatas 6, 14
Me levanté, de nuevo,
bien cansado. Esperando que el
Señor va a hacer el milagro… pero a la vez comprendiendo que es El quien decide
y no yo. Sólo le pido que me dé
fortaleza, pues a veces siento que ya no puedo con la cruz. Más bien con el “no sentir al Señor
cerca”. Ese dolor me parte el
alma. Le pedí al Señor que me
hable y me dijo:
3 Te
daré los tesoros secretos y las riquezas escondidas, para que sepas que yo soy
Yavé, el Dios de Israel que te llamó por tu nombre. 4 Por amor a mi
servidor Jacob, a Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he
lanzado sin que tú me conocieras. 5 Yo soy Yavé y no hay otro igual,
fuera de mí no hay ningún otro Dios. Sin que me conocieras estuve contigo, 6
para que todos sepan, del oriente al poniente, que nada existe fuera de mí. 6, 14
En cuanto a mí, no quiero sentirme orgulloso más que de la cruz de Cristo
Jesús, nuestro Señor. Por él el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el
mundo.
Miércoles 17 de junio de
2009
1 Macabeos 4, 1-24
Me levanté temprano,
pues vinieron a cantarme Camila y Rober, por el Día del Padre. Me sentí bien especial. Luego habló Ariana, Luigi y Paolo. Paolo me dijo que “te quiero mucho”. Gracias Señor.
Luego me fui a la
computadora, para mandar otro email. ¿Será éste La Carta de Edith? Ya eso se lo dejo al Señor, pues es obvio que el caso ya ha
tenido un giro importante la semana pasada y la carta puede no ser la carta, sino
un evento. Pero el Señor sabe
mejor. Luego, aunque ya era tarde,
después de mandar el email, creyendo que es la “Carta de Edith”. El Señor me dijo:
8
«No teman el número de enemigos ni se acobarden frente a sus ataques. 9
Recuerden cómo nuestros antepasados fueron salvados en el Mar Rojo cuando los
perseguía el ejército del Faraón. 10 Clamemos a Dios. Si él quiere,
se acordará de su alianza y derrotará hoy mismo ese ejército delante de
nosotros 11 y todas las naciones reconocerán que Alguien libera y
salva a Israel. 14 Judas hizo tocar la trompeta y sus hombres
atacaron. Los paganos fueron derrotados y huyeron hacia la llanura. 16
Cuando Judas y sus combatientes dejaron de perseguirlos, 17 él les
dijo: «No piensen ahora en el botín, pues otra batalla nos espera.» 24
Al regreso cantaban y alababan al Cielo: «Porque es bueno, porque es eterna su
misericordia.»
Se pasó el día y no
vinieron los fondos ni del seguro, ni de Nueva York. ¿Señor, por qué todo tan lento? En cambio sí nos hablaron para decirnos que un cheque había
rebotado y no lo pudieron reservar. Yo me sentí bien mal y cansado…
todo el día.
Jueves 18 de junio de
2009
Isaías 22, 11-13
Me levanté a orar. No entendiendo por qué el Señor retrasa
todo, hasta el último momento. En la oración de la Llama del Amor, le pedí al
Señor que acelerara los fondos, pues “ya
no tenemos vino”. Sylvia
Regina me corrigió y dijo: “Ya no tenemos nada”. Luego, al terminar me dijo que lo que le estaba inspirando
el Espíritu Santo es que debíamos ir a misa con todos los hijos a pedir, para
que se resuelva todo. Yo pensé que
ya eso era el colmo, que encima de todas estas oraciones, el Señor todavía nos
estuviera pidiendo eso. Pero
después comprendí que así era, pues el Señor me dijo:
11…
No repararon en el que manda estos acontecimientos, ni vieron a aquel que los
ha decidido desde hace tiempo. 12 El Señor Yavé de los Ejércitos los
invitaba aquel día a llorar y lamentar sus pecados, a cortarse el pelo y a
vestirse con un saco. 13 Pero prefirieron reír y divertirse. Mataron
bueyes y degollaron ovejas, comieron carne y bebieron vino: «Comamos y bebamos,
que mañana moriremos.»
Nos reunimos con Alex y
la reunión fue positiva, pero ya los dos estamos como cansados, sin esperanza. Me contó que está poniendo una
distribución de Sky y me pareció raro; pero no sé porqué.
Viernes 19 de junio de
2009
No pude orar, pues nos
levantamos temprano para ir a misa con Sylvia Regina, Camila y Rober, para
pedirle al Señor, juntos en familia, como le había pedido el día de ayer el
Espíritu Santo a Sylvia Regina. Ahí
nos encontramos a Toni y Sylvia y Sylvia Regina me dijo que los invitara al
Encuentro, así es que así lo hicimos y aceptaron contentos. Después me puse a pensar que era otro
compromiso más, pues ya vamos de administradores del Encuentro y sólo eso es ya
un compromiso grande; pero ni modo, el Señor así lo quiere y hay que hacerlo.
Llegó el señor de las
cintas en invenatrio que tenemos casi obsoletas, que Rober ha estado contando
desde el pasado martes y para mi sorpresa, se mostró interesado. Me sentí bien contento, pues Rober ha
trabajado bien duro en la bodega y sentí que éste era un regalo que el Señor
nos mandaba, como para premiar el trabajo de Rober.
El día pasó, sin recibir
ninguna noticia, ni avance de nada. El tiempo sólo pasa y ya no tenemos dinero para nada, sólo me
queda mi Fe.
Sábado 20 y domingo 21
de junio de 2009
Colosenses 4, 17
Marcos 4, 40
Salmo 88, 22
1 Samuel 17, 38-51
Desayunamos en la casa
con los del grupo de Encuentros, pues ya teníamos varias semanas de no
reunirnos y Sylvia Regina decidió invitarlos. Se hizo de toda la mañana y ya no pudimos reflexionar La
Palabra, pero antes de eso, el Señor me dijo:
4
¿Por qué son tan miedosos? ¿Todavía no tienen fe?
Esto porque tanto a Sylvia
Regina como a mí, la Fe nos está fallando y los dos comenzamos a sentirnos
cansados y deprimidos. La verdad
es que la cruz ya nos pesa. A mí,
sobre todo me parte el alma ver a Sylvia Regina deprimida y yo sin poder hacer
nada, ni decir nada; pues es lógico que no tengo nada de credibilidad, pues
todo lo que digo no se cumple. Todas
mis estimaciones han sido rebasadas.
En el programa, el
Espíritu Santo se derramó. Arturo
hasta hizo el comentario que -qué bien había estado-. Comprendí que era una
señal o signo del Señor que El está con nosotros y no debemos tener miedo. ¡NO
TENGÁIS MIEDO!
Por la noche, Sylvia
Regina se puso bien triste. Por la
mañana me levanté a orar, estuve también bien triste, no entendiendo porqué el
Señor nos está haciendo pasar por esto o ¿será que si entiendo? Ya no comprendo ni en un sentido ni en
otro, ya no soy yo quien piensa, sino es alguien distinto a mí. El Señor me contestó:
89, 22
Encontré a David mi servidor y lo he ungido con óleo sagrado. Así venció David
al filisteo, con la honda y una piedra, lo mató de un golpe, sin empuñar
espada. Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. 4, 17
No descuides el servicio que te fue encargado en el Señor y trata de cumplirlo
bien.
"Mientras el amor propio habite en nuestro corazón y en nuestro espíritu, que es donde se esconde, jamás sabremos gobernarnos para una buena labor en nuestras almas"
Santa Genoveva Torres Morales
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