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Canonización de Monseñor Romero

sábado, 12 de julio de 2014

Vísteme despacio, que voy de prisa


El pasado domingo, el partido ARENA cerró su proceso de inscripción a candidatos para poder ser postulados por ese partido a diputados, alcaldes, concejales y candidatos al PARLACEN, en las próximas elecciones del 2015.

El proceso de inscripción fue una fiesta cívica, como debe ser en cada partido político, con “batucadas”, música y mucha hermandad en todas las cedes departamentales.  Lo novedoso de este evento es que es primera vez que algún partido político, de nuestro querido país, establece algún tipo de proceso de selección democrática para los, más de quinientos, funcionarios públicos que se someterán a la voluntad del pueblo salvadoreño el próximo año y no se hace, como se ha acostumbrado, por una decisión “secreta” de la máxima dirigencia del partido.

Mientras tanto, también la semana pasada el pueblo salvadoreño fue testigo de un atropello institucional a nuestra democracia, por parte del principal Órgano del Estado.  Se refiere al desafuero a la diputada Ana Vilma de Escobar y el cual se dio en un ambiente muy poco democrático, aunque más de la mitad de los diputados votaron a favor.  No se puede decir que fue ilegal, pero lo que no está bien es que un proceso antidemocrático terminó siendo legal, por la “astucia” de unos pocos diputados; a los cuales el mismo pueblo salvadoreño ha elegido democráticamente, para que velen por la institucionalidad democrática. 

Ante los dos eventos anteriores, los salvadoreños debemos abrir bien los ojos en las próximas elecciones y no permitir que a la próxima Asamblea Legislativa lleguen personas deshonestas a los votantes que los eligieron.  A simple vista, el desafuero de un diputado pareciera que fortalece el proceso democrático, pues la verdad es que ningún funcionario de gobierno debe estar fuera del alcance de la ley.  Sin embargo, tristemente lo antidemocrático se encuentra en la actitud de los diputados que votaron a favor del desafuero, los cuales no hicieron caso de los procedimientos internos de la Asamblea legislativa, principalmente el de desconocer la recomendación de una comisión especialmente conformada por ellos mismos y que dictaminó que no había mérito para el desafuero.  Es de esta forma, que el caso se evidencia como uno en el que lo que se persigue no es “la verdad”, sino lo que más conviene a los intereses personales de personas influyentes y que es lo que tiene inmerso a nuestro país, en un franco deterioro.

Analizando el caso con ánimos de promover el desarrollo económico y social, el incidente se podría haber aprovechado para impulsar una nueva intención del partido FMLN y sobretodo del presidente Sánchez Cerén, de terminar con las divisiones y ataques partidarios y continuar con el diálogo constructivo de temas trascendentales que beneficien a todos los salvadoreños.

Es por esto que la elección de diputados del próximo año resulta crucial en cuanto al futuro democrático de nuestro país y es por esto que el proceso iniciado por el partido ARENA cobra especial relevancia; pues aunque pareciera que el proceso lento de selección de candidatos pudiera ser una desventaja, la verdad es que como lo dio a entender Napoleón Bonaparte: al momento de tomar importantes decisiones, es mejor hacerlas bien desde un  inicio, sin “prisa”, aunque eso pudiera retrazar la ofensiva; pues al final, el “vísteme despacio” permite que se haga una buena selección de las personas idóneas y honestas y es lo que va a permitir que Órganos tan importantes como la Asamblea Legislativa no terminen haciendo solo lo que es legal, aunque desprestigie la institucionalidad democrática; sino lo que es legal, pero además que sea lo más adecuado para que todos los salvadoreños tengan un mejor bienestar económico y social, en un ambiente de paz y armonía ciudadana.

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