El pasado domingo, el partido ARENA cerró su proceso
de inscripción a candidatos para poder ser postulados por ese partido a
diputados, alcaldes, concejales y candidatos al PARLACEN, en las próximas
elecciones del 2015.
El proceso de inscripción fue una fiesta cívica, como
debe ser en cada partido político, con “batucadas”, música y mucha hermandad en
todas las cedes departamentales. Lo
novedoso de este evento es que es primera vez que algún partido político, de
nuestro querido país, establece algún tipo de proceso de selección democrática
para los, más de quinientos, funcionarios públicos que se someterán a la
voluntad del pueblo salvadoreño el próximo año y no se hace, como se ha
acostumbrado, por una decisión “secreta” de la máxima dirigencia del partido.
Mientras tanto, también la semana pasada el pueblo
salvadoreño fue testigo de un atropello institucional a nuestra democracia, por
parte del principal Órgano del Estado.
Se refiere al desafuero a la diputada Ana Vilma de Escobar y el cual se
dio en un ambiente muy poco democrático, aunque más de la mitad de los
diputados votaron a favor. No se
puede decir que fue ilegal, pero lo que no está bien es que un proceso
antidemocrático terminó siendo legal, por la “astucia” de unos pocos diputados;
a los cuales el mismo pueblo salvadoreño ha elegido democráticamente, para que
velen por la institucionalidad democrática.
Ante los dos eventos anteriores, los salvadoreños
debemos abrir bien los ojos en las próximas elecciones y no permitir que a la
próxima Asamblea Legislativa lleguen personas deshonestas a los votantes que
los eligieron. A simple vista, el
desafuero de un diputado pareciera que fortalece el proceso democrático, pues
la verdad es que ningún funcionario de gobierno debe estar fuera del alcance de
la ley. Sin embargo, tristemente
lo antidemocrático se encuentra en la actitud de los diputados que votaron a
favor del desafuero, los cuales no hicieron caso de los procedimientos internos
de la Asamblea legislativa, principalmente el de desconocer la recomendación de
una comisión especialmente conformada por ellos mismos y que dictaminó que no
había mérito para el desafuero. Es
de esta forma, que el caso se evidencia como uno en el que lo que se persigue no
es “la verdad”, sino lo que más conviene a los intereses personales de personas
influyentes y que es lo que tiene inmerso a nuestro país, en un franco
deterioro.
Analizando el caso con ánimos de promover el
desarrollo económico y social, el incidente se podría haber aprovechado para
impulsar una nueva intención del partido FMLN y sobretodo del presidente
Sánchez Cerén, de terminar con las divisiones y ataques partidarios y continuar
con el diálogo constructivo de temas trascendentales que beneficien a todos los
salvadoreños.
Es por esto que la elección de diputados del
próximo año resulta crucial en cuanto al futuro democrático de nuestro país y
es por esto que el proceso iniciado por el partido ARENA cobra especial
relevancia; pues aunque pareciera que el proceso lento de selección de candidatos
pudiera ser una desventaja, la verdad es que como lo dio a entender Napoleón
Bonaparte: al momento de tomar importantes decisiones, es mejor hacerlas bien
desde un inicio, sin “prisa”, aunque
eso pudiera retrazar la ofensiva; pues al final, el “vísteme despacio” permite
que se haga una buena selección de las personas idóneas y honestas y es lo que
va a permitir que Órganos tan importantes como la Asamblea Legislativa no
terminen haciendo solo lo que es legal, aunque desprestigie la
institucionalidad democrática; sino lo que es legal, pero además que sea lo más
adecuado para que todos los salvadoreños tengan un mejor bienestar económico y
social, en un ambiente de paz y armonía ciudadana.
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