Lunes 29 de octubre de 2007
Me
levanté temprano y me fui a misa a St. Anne. Me postré ante el Señor, pidiéndole su misericordia y que me
diera Fortaleza, pues no sabía si iba a poder soportar el hecho que viniéramos
de donde el Juez sin ninguna cosa positiva; sobre todo sin ninguna Esperanza. Le
pedía por tan siquiera “una Esperanza” y que lo pudiera sentir cerca de
nosotros. Como que presentía que
nos iba a dar otra prueba adicional y así fue.
Llegamos
a la corte e inmediatamente que llegamos, la secretaria me llamó y dijo que el
Juez quería hablar con nosotros.
Fuimos a la audiencia y el juez no resolvió nada, todo lo dejó pendiente
o sea habíamos hecho el viaje, para nada.
¿Señor,
adónde estás? Era todo lo que le
había pedido, “una Esperanza”, pero pensé que “la Esperanza” pudiera ser la
mediación que se nos había planteado de parte de Nejapa Power. Nos regresamos devastados, pero
confiados en el Señor que todo es para bien; pero devastados, sólo confiando en
el Señor.
Por
la noche el Espíritu Santo me iluminó para comprender las palabras del Señor en
la cruz y que en realidad lo que había querido decir era: ¿Dios mío, Dios
mío, por qué siento que me has abandonado? Pues ahora creo que Él nunca nos abandona.
Martes 30 de octubre de 2007
Hebreos 11, 23
Me
levanté a misa en St. Michael y el sacerdote me dijo: Debemos
pedirle a Dios perdón, porque a veces no creemos en sus promesas cuando nos
sentimos con muchos problemas. Entonces comprendí la prueba que el Señor
me había puesto el día de ayer y que debía aceptarla con amor.
Tomé
el vuelo de regreso y ya en la casa orando, el Señor me dijo: 23 Por la fe, los padres del recién nacido Moisés lo
escondieron durante tres meses, pues vieron que el niño era muy hermoso y no
temieron el decreto del rey. Gracias
Señor por haberme hablado y comprender que no debemos temer a la decisión del Juez,
pues va a ser favorable para nosotros. ¡ALELUYA!
Miércoles
31 de octubre de 2007
L. de h. IV – pág. 447
Me
levanté a orar y contento de estar ya de regreso en mi casa. La casa que el Señor nos ha dado, por
el momento y por poder orar con tranquilidad. El Señor me dijo: Dios
Todopoderoso y Eterno, aumenta en nosotros la Fe, Esperanza y la Caridad y para
que alcancemos lo que nos prometes, haz que amemos lo que nos mandas. Y
luego me dijo: Quiero recordarles algo que ya saben y es que el Señor después
de liberar a su pueblo del país de Egipto, intervino por segunda vez para
entregar a la muerte a los que no creyeron. Nos reunimos con Alex y la reunión fue positiva. Me sugirió que por qué no íbamos a
hablar con el presidente de la República Tony Saca, a pedirle que nos ayude,
pues estaba bastante desesperado y eso me hizo sentirme muy mal, pues mi Esperanza
sigue estando en lo que Dios nos ha prometido; pero comprendía que él tiene
razón en sentirse así, pues todos los indicios mundanos indican que ya perdimos
todo.
El
peso que sentí es enorme y mi decisión fue seguir confiando en Dios, en vez de
ir al presidente Saca a pedirle que nos ayude. Me fui al Santísimo a pedirle al Señor que nos ayude; pues El
es más poderoso que “el presidente Saca” y prefiero estar mejor en sus manos,
como dijo el Rey David en un momento de desesperación.
Me
fui como un hijo llega ante su padre, a pedirle que nos ayude en este momento
de dolor y desesperación para toda la familia.
Luego
me fui a ver a mi papá, también a pedirle a Dios por él, para que nos conceda a
toda la familia que el caso se resuelva a nuestro favor, antes que él se nos
vaya del todo. Lo encontré
arreglando su dentadura con un esmeril, como siempre lo ha pasado haciendo,
durante años, pues el es dentista. ¡Señor, ayúdanos!
Después
me fui a misa. Después cenamos con
Ariana, Luigi, Camila, Rober y Paolo.
Le hablamos a Sylvia Regina y le di gracias a Dios, por este momento. Me acosté temprano, para levantarme temprano
a platicar con Dios; pues ese es mi deseo más importante.
Jueves
1 de noviembre de 2007
Mateo
8, 1-4; 13, 25-26
Me
levanté realizando que ya es 1 de noviembre o sea que ya el año se acaba, pues
después de Thanksgiving no podemos esperar que se resuelva nada en la
corte. Le pedí al Señor que me dé
una Esperanza, pues me siento desesesperanzado y sin sentirlo cerca. Le pedí que me diera “una señal” que Él
está cerca de mí; pues eso me bastaría para sentirme mejor, aunque no tenga
nada, pero que cuando menos sienta que lo tengo a El.
Entonces,
lo que el Espíritu Santo me dio es una iluminación de lo que estaba ocurriendo
en el juicio y porqué el juez no resolvía nada. Todo lo ocurrido tomaba sentido con esta iluminación.
Me
sentí mejor y luego el Señor me dijo algo que es un apunte que tengo en mi
Biblia, en Mateo 8, 1-4, sobre una charla de
Salvador Gómez que se llama: “Cronología para un Milagro”. Lo que dice es que hay que hacer para que ocurra un
milagro y es: a)
Acercarnos a Jesús, lo cual lo había hecho ayer especialmente,
pero sobre todo todos estos años. b) Quitar los obstáculos, que es no hacer caso de las
opiniones de los demás. c) Postrarse delante de Jesús, lo cual lo hice de
manera especial hoy en la mañana, pidiéndole su misericordia; tenía tiempo de
no postrarme hincado, con tanta devoción. d) Pedir que se haga su voluntad, le
he pedido fortaleza para aceptar lo que está sucediendo, pues esa es su
voluntad. Nosotros ya hemos hecho
lo que podíamos hacer, luego, lo que está sucediendo con el Juez es su voluntad
y por tanto siempre es lo mejor. e) Saberlo pedir, lo cual ya no le he pedido cosas
específicas, sino que me dé fortaleza para aceptar y amar su voluntad.
Me
di cuenta que todo lo anterior lo he hecho y por tanto, el milagro se va a dar,
porque así me lo ha dicho Dios. ¡ALELUYA!
Luego me dijo: 13 Luego, Jesús dijo al capitán: “Vete a casa, hágase todo como
lo has creído, y en ese mismo momento, el muchacho quedó sano. Luego me
dijo: 25 Los discípulos se despertaron
diciendo: «¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!" 26 Pero él
les dijo: «¡Qué miedosos son
ustedes! ¡Qué poca fe tienen! Entonces se levantó, dio una orden al viento y al
mar, y todo volvió a la más completa calma.
Viernes
2 de noviembre de 2007
Hoy
no pude orar, pues me levanté temprano para ir a ver a mi mamá y después nos
fuimos a Costa Azul, a la casa de Lico y Ma. Isabel, para celebrar el
cumpleaños de Celina. Me sentía
solo y devastado, pues no puedo procesar el comportamiento del Juez, que se
tarda tanto y nos hace tanto daño. Mi único confort es mi esperanza en el Señor, que él sabrá
qué es lo que está haciendo. No
recibimos ninguna noticia y tampoco pude hablar con Jorge, que no sé adónde
anda. Fuimos a Costa Azul con
Camila y Rober y me sentí bien rico andar con los dos juntos y que pudiéramos
platicar como amigos. ¡Gracias,
Señor! El día me encantó y pude
ver la mano del Señor consolándome en mi gran pena.
Sábado
3 y domingo 4 de Noviembre de 2007
Oseas
4, 1; 6, 1-3
Me
levanté temprano a desayunar con el Padre Martin, lo cual es otra pena que
tengo, pues no sé qué hacer, más bien no sé qué es lo que Dios quiere que haga
con este ministerio, pues nada camina y si el caso se resolviera, yo sólo
podría resolver y poner varios misioneros a predicar, por qué entonces Dios no
nos resuelve y más bien nos atrasa. El Padre Martin o más bien el Señor me dio
la respuesta a través del padre Martin y 0me dijo que lo que quería el Señor
era que yo me sintiera “ignorado”, para que pueda comprender cómo él se siente
en el “Santísimo Sacramento”, pues es “ignorado” por todos. Que era importante
que yo tuviera ese sentimiento, para que le pueda ayudar mejor. Con eso, todo
tuvo una explicación y me sentí mejor y renovado, comprendiendo la voluntad del
Señor. Almorzamos y nos fuimos al Flor a pasar el fin de semana, igualmente,
Camila, Rober y yo y también me sentí contento de ir con los dos solos. Me pasé
todo el fin de semana leyendo el libro de Madre Teresa y el Señor también me
habló a través de él, para que comprendiera lo que está haciendo conmigo, con
esta espera que nunca termina y ese sentimiento de ignorancia, que nos hacen
sentir el Juez, el mediador y El Paso. Igualmente a Madre Teresa, el Señor la
tuvo esperando varios años, antes que le diera permiso para fundar su Orden, a
pesar que el Señor le hablaba y le decía y le ordenaba hacerlo o sea que era
como la misma contradicción que yo estoy sintiendo; que por un lado escucho el
llamado, su llamado, y por el otro lado lo que recibo son rechazos y ninguneos.
En la página 84, encontré la clave, pues dice: "Y ella tuvo que esperar. A travez de esta dolorosa espera, su sed por El solo se incrementaba". Y en la página 98 dice: "Tú sufrirás, sufrirás mucho, pero recuerda que Yo estoy contigo. Inclusive si todo el mundo te rechaza, recuerda que tú eres mía y Yo soy solo tuyo. No temas, si Yo Soy - solo obedece - obedece con alegría y prontitud y sin preguntar - solo obedece. Yo nunca te dejaré - si obedeces". Después de regresar de El Flor, el domingo en la noche
me puse a orar, el Señor me dijo: 4, 1
Escuchen lo que dice Yavé, hijos de Israel. Yavé tiene un pleito pendiente con
la gente de esta tierra, porque no encuentran en su país ni sinceridad, ni
amor, ni conocimiento de Dios. 6, 1 Vengan, volvamos a Yavé; pues si
él nos lesionó, él nos sanará; si él nos hirió, él vendará nuestras heridas. 2
Dentro de poco nos dará la vida, al tercer día nos levantará y viviremos en su
presencia. 3 Empeñémonos en conocer a Yavé. Su venida es tan cierta
como la de la aurora, y su intervención, tan repentina como la llegada del día.
Llegará como la lluvia, como el aguacero que riega la tierra.
"Cuanto más se mete uno en el mundo, más trabajo le cuesta acercarse a la Sagrada Mesa"
San Claudio de la Colombiére