Lunes 5 de noviembre de 2007
Siracides 23, 2
Me levanté a orar, confundido, cansado…
esperando. Tuve varios sueños que
tenían que ver con la contestación del Juez y cómo ésta tardaba y tardaba y
nunca llegaba. El Señor me
dijo: He
puesto en tu corazón una doctrina de sabiduría, dice el Señor; he escuchado tus
ruegos de que proteja esta ciudad y de que haya paz en tus días. ¡AMEN! Pasé mejor el día con esta promesa del Señor.
No ocurrió nada.
Me reuní con Alex y la reunión fue positiva. Me reuní con Jorge y coincidimos que había que esperar. Le expresé a Jorge que lo que el Señor
me ha estado diciendo todos estos días es que debemos esperar y colocar nuestra
confianza en El y que si hacemos esto, antes del 13 de noviembre (cumpleaños de
mi mamá) vamos a tener una orden del Juez de ir a mediación o una resolución
positiva para nosotros del Summary Judgement; expresé esto poniendo toda mi
confianza en el Señor.
Martes 6 de noviembre de 2007
CIC 313
Me levanté temprano, oyendo una llamada del
Señor. El Espíritu Santo me llevó
a leer el Catecismo de la Iglesia Católica y me dijo, para reforzarme, que lo
que está sucediendo es para bien o para algo mejor: Nada puede pasarme que Dios no
quiera. Y todo lo que El quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad
lo mejor.
Miércoles 7 de noviembre de 2007
Jeremías 30, 18-22
Salmo 63
Me levanté triste y por primera vez realmente
afligido, pues todos los indicios son que el Juez va a pronunciarse en contra
nuestra y ahí se acaba todo, pues creo que la apelación sería otro dolor
insoportable y sobre todo para la familia. Sentía un dolor incalculable, pero sobre todo el sentir a
nuestro Señor lejos de mí y que en estos momentos no nos respondiera, después
de sus promesas. No me preocupo
por mí, pues estoy seguro que el Señor algo proveería, en caso de un resultado
negativo, sino me preocupo por la Fe de los demás de la familia. ¿Cómo podría explicar un resultado negativo
a ellos? Que podría contestar cuando me digan ¿Adónde está tu Dios? ¿Adónde
está tu Dios? Señor, sálvame de
esta angustia, me contestó, muy bello:
18 Yo
cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, me compadeceré de sus moradas;
sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad, su palacio se asentará en su
puesto. 19 De allá saldrán alabanzas y gritos de alegría. Los
multiplicaré y no disminuirán, los honraré y no serán despreciados. 20
Sus hijos serán como antes y su asamblea permanecerá delante de mí y castigaré
a todos sus opresores. 21 Su soberano será uno de ellos, pues
saldrá de su mismo seno, le daré audiencia y se acercará a mí; pues ¿Quién es
el que se halla capaz de arriesgar su vida para acercarse a mí? dice Yavé. 22
Y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. Luego me dijo algo todavía más bello, para
confirmarme que El está con nosotros, pero que esto es necesario para que
nuestra sed de El aumente. Me
dijo: Oh
Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti; en pos de ti mi
carne languidece cual tierra seca, sedienta, sin agua. 3 Por eso
vine a verte en el santuario para admirar tu gloria y tu poder. 4
Pues tu amor es mejor que la vida.
Pasé todo el día sin saber a donde ir, como
perdido. Tengo días de no saber ni
qué hacer, sólo busco la voluntad de Dios; no la mía y eso me hace no saber qué
hacer, en un momento dado.
Jueves 8 de noviembre de 2007
Proverbios 16, 1-7
Abrí los ojos en la madrugada. El Espíritu Santo me despertó y pedí al
Señor: “Señor Jesús, ten misericordia de
mí”, pues no entiendo porqué el Juez se pudiera tardar tanto en
pronunciarse y más me parece que en la medida en que más pasa el tiempo, es
porque está argumentando para pronunciarse en contra de nosotros. Ante esto, mi única respuesta es ante el
Señor: “¡Señor Jesús, ten misericordia de
mí!” y pedirle fortaleza para aceptar la decisión negativa del Juez,
comprendiendo que esa sería su voluntad (la de Dios).
Por la mañana abrí La Biblia buscando la imagen de la
Virgen, para apuntar los frutos del Espíritu Santo y los 7 pecados capitales y
las virtudes que los contrarrestan y La Biblia quedó abierta a lo que el Señor
me quería decir: 2 El hombre propone,
pero Dios dispone. 2 Cada cual justifica sus decisiones, pero Yavé
sopesa los espíritus. 3 Encomienda tus obras a Yavé y tus proyectos
se realizarán. 4 Yavé hizo todo con un propósito y al mismo malvado,
para el día del castigo. 7 Si Yavé aprecia tu conducta, hará que tus
enemigos se reconcilien contigo. ¡Madre
mía, sálvanos! Intercede por nosotros.
Nos reunimos con Alex a almorzar y salió el tema de la
familia y lo mal que estamos y todo lo de Nejapa Power, que no se
resuelve. Yo me sentí tranquilo,
confiado en Dios que si esto está pasando es porque Dios así lo quiere. La reunión fue positiva y terminamos
comprendiendo que tenemos que confiar en Dios.
Mi mamá me había hablado que a las 11:00 a.m. iba a
llegar un sacerdote a su casa mañana, que es un sacerdote de sanación. Por la tarde me reuní con el Padre Martin
y nuestra comunión o sea, nuestra relación o unión con Dios, la voy notando
cada día más fuerte. Pareciera que lo que el Señor está haciendo es uniéndonos
más, para prepararnos a ambos para que desarrollemos esa misión tan importante
juntos. Por la noche fuimos a
rezar el Rosario en casa de Karla y Hugo . Llegaron casi todos los del grupo y yo le di gracias a Dios
que todos se han encaminado a El.
Viernes 9 de noviembre de 2007
Salmo 55
Lucas 10, 5-6
Pasó otra semana y no hemos sabido nada del Juez y mi
impaciencia se acrecienta. Sólo me
reconforta la promesa del Señor, reafirmada en estos días. Me dijo: 2 Oh Dios, pon atención a mi plegaria, no desatiendas mis
súplicas. 3 Atiéndeme y respóndeme: me agito lamentándome y
gimiendo, 4 al oír la voz del enemigo y las amenazas del impío. 6
Mi corazón se estremece en mi pecho, una angustia mortal me sobrecoge; me
invaden el miedo y el terror y el pavor me atenaza. Y yo dije: 7 Si
tuviera alas de paloma volaría a donde pudiera posarme. 8 Huiría muy
lejos, y pasaría la noche en el desierto. 9 Buscaría un asilo a toda
prisa contra la tempestad y contra el viento. 17 Pero yo clamo a Dios y el Señor me salvará. 18
De tarde, de mañana, al mediodía, me lamento y me aflijo y escuchará mi voz. 19
Me dará la paz, me sacará del combate, aunque muchos estén en contra mía. 20
Dios atenderá y los humillará, el que reina desde siempre. ¿Podrán convertirse
si no temen a Dios? Luego me dijo:
5 Al
entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: La Paz sea en esta casa. 6
Si en ella vive un hombre de paz, recibirá la paz que ustedes le traen; de lo
contrario, la bendición volverá a ustedes.
A las 12:00 llegó el Padre Thomas de la India adonde
mi mamá, a su casa. Él tiene el
don de sanación. Llegó con el
Padre Oscar, que es el párroco de la iglesia de La Virgen de Cualpa y por
supuesto, también llegó la Virgen de Cualpa, de la cual ya me había hablado
Eugenia Escobar y ya me había dado una estampita el 18 de agosto pasado. Mi mamá tuvo descanso en el espíritu, lo
cual le agradecí mucho al Señor, para que le incremente su Fe, igual mi tía
Bety. Le pedí al Señor que sanara
a toda la familia y nos diera Su Paz.
Por la tarde me fui al Santísimo y el Señor me iluminó
que el documento que había dicho Edith que iba a aparecer, va a ser el dictamen
del Juez. Esto era algo que me tenía deprimido, pues es una promesa del Señor
que no se ha cumplido. Ahora el
Señor me lo ponía claro y es que el documento del Juez era lo que iba a hacer
que el caso cambie a favor nuestro. ¡ALELUYA!
Sábado 10 y domingo 11 de noviembre de 2007
Me levanté temprano para preparar el programa.
Almorzamos con Rober solos los dos, viendo el partido
de fútbol del Barça, el cual perdió dos a cero y nos sentimos contentos. Por la noche fuimos a recoger a Sylvia
Regina, que regresaba de Navojoa y me sentí tan contento, que entré en
depresión. Fue un “contrasentido”
que no me pude explicar. Es como
que el Señor nos dio una felicidad de estar juntos de nuevo, pero a la vez, yo
me siento inmerecido de tanta felicidad y preocupado del castigo que me puede
dar el Señor; pues a la vez, mi tristeza es grande, ya que siento un vacío del
Señor que no me responde y nos resuelve el caso. “Tócame Señor…. Sáname Señor… Libérame Señor”, como nos
decía ayer el Padre Thomas.
El domingo amanecí pidiéndole al Señor su
misericordia, pues la realidad económica y de la familia se me hacen presente. Pero estaba feliz que ya Sylvia Regina
estaba con nosotros y pudimos estar con Sofía en el nacimiento de Camila y
ahora la vida continúa, con Sofía lejos de nosotros y una nieta que la vamos a
ver muy poco. Me daba tristeza
todo esto en medio de la alegría que ya Sylvia Regina estaba de nuevo aquí.
Almorzamos con Ariana y Luigi y Paolo. Por la tarde fuimos a misa y el Señor me
regaló el consuelo que Alfredo me llamara a dar la comunión. Fue un “oasis” dentro de la depresión
que siento, por no sentir que el Señor me responde y nos resuelve el caso, pero
comprendí que esto era un llamado del Señor para decirnos: “Animo, no
tengas miedo”. Además, le
pude dar la Comunión a Sylvia Regina, Rober y a doña Sylvia, que el Señor quiso
que fuera con nosotros. Todos
estábamos super contentos. ¡Gloria
a Dios!
"Así como el cuerpo no se satisface con el aire, así tampoco el corazón se sacia con el oro."
San Bernardo de Claraval
No hay comentarios:
Publicar un comentario