Lunes 22 de octubre de 2007
Lucas 19, 5
Me
levanté triste, pues ya teníamos que ir a dejar a Rober, que se iba de regreso
a San Salvador. Luego fuimos al
hospital y al ver la camita de Camila, ella acostada en ella, vi la tarjeta que
decía: weight 6.14 lbs., length 19.5 inches y entonces caí que lo que el Señor
nos quería decir con el largo es: Lucas 19.5: Cuando Jesús llegó al
lugar levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que
hospedarme en tu casa.» 9 Hoy ha entrado la salvación a esta casa,
porque también éste es hijo de Abraham.
Martes 23 de octubre de 2007
Nos levantamos temprano para ir a misa, aunque me
sentía cansado y estuve tentado a quedarme dormido. No hemos dormido tarde desde que he venido. Me sentía bien cansado. Llegamos a misa y todos estaban bien
contentos que ya hubiera nacido Camila, pues ya todos sabían a que habíamos
venido y estaban pendientes; como que fueran de nuestra familia.
Ana y Jean nos invitaron a desayunar y fuimos
con ellas. Después nos invitaron a
conocer su departamento en una casa de retiro de personas de tercera edad ¿Qué
quería el Señor con esto? No lo
comprendí.
Después nos fuimos al hospital a sacar a
Sofía. Fue la primera noche que
dormimos con Camila. Por la tarde
fuimos al súper y de nuevo vi el libro de Joel Osteen y ahora con el 40% de
descuento… entonces comprendí que era el Espíritu Santo diciéndome ¡Comprálo! y
lo compré; aunque creí que no me iba a gustar, pues ya lo había ojeado en el
aeropuerto de Houston y pensé que no tenía nada de especial, ni nuevo.
Miércoles 24 de octubre de 2007
Nos
levantamos y fuimos a misa. Pasamos
todo el día en el apartamento, yo quise ir a jugar golf pero después pensé que
era mejor quedarme con todos y vivir este momento familiar. Nos acostamos
temprano.
Por
la tarde comencé a leer el libro de Joel Osteen y ¡me encantó! No lo podía dejar de leer y sobre todo
me dio la pauta para platicar con doña Sylvia, con respecto a su depresión;
pues hablaba de cómo Dios nos ha dado todo lo necesario para cumplir con el
plan para el cual nos ha mandado a esta vida y que son los comentarios de otras
personas los que nos van acondicionando y limitando para no poder cumplirlo. Menciona que “la palabra” es ¡poderosa!
y que debemos aprender a no condicionarse por los comentarios de otros. Que
Dios siempre nos quiere dar más y perfeccionarnos más… ése es el camino hacia
El.
Jueves 25 de octubre de 2007
Nos
levantamos temprano para ir a dejar a doña Sylvia. No pudimos ir a misa. A las dos, fuimos al pediatra con Camila y todo salió bien,
gracias a Dios. Ahí nos
encontramos con el hijo de Abelino (primo de Poncho) y su familia; que también tiene un bebé
recién nacido.
Viernes 26 de octubre de 2007
No
pudimos ir a misa, pues Sofía tenía cita donde el ginecólogo a las 9:00 a.m.. Tampoco pudimos ir a misa y me sentí
triste, pues ya no íbamos a poder despedirnos de Ana, Jean y Nancy, al menos
yo, pues me voy mañana. Probablemente
ya no la iba a volver a ver en la vida… y parecía que ya eran como nuesta
propia familia. ¿Por qué? ¿Por qué,
Señor?
Sábado 27 domingo 28 de octubre de 2007
Salmo 33
2
timoteo 4, 6-18
No
pudimos ir a misa, pues no había. Al
mediodía me fue a dejar a Sylvia Regina, yo me sentía como que dejaba la mitad
de mí en Tucson. No podía
escribir, ¿por qué? ¿por qué? Tomé el avión y aterrizó en Houston y Jorge me
estaba esperando. Cenamos donde su
hermana y nos fuimos a dormir. Vi
la “Serie Mundial” y nos mandamos emails con Rober. Me sentía bien contento de saber de él y de Camila, que me contó
que andaba en una barbacoa… me dormí.
Me
levanté para ir a recoger a Jorge y fuimos a la oficina de su amigo Gary. Hablamos con Salvador y comprendí
porqué el Señor quería que me viniera ayer. Después me fui a dejar a Jorge y me di cuenta que eran las
3:00 y pico de la tarde y Bonnie me había dicho que había misa en St. Vincent a
las 4:00; escuché el llamado del Espíritu Santo y me fui al Santísimo y a misa
a las cuatro, eso era lo que el Espíritu Santo quería.
En
la misa, el Señor me dijo: Si el afligido invoca al Señor, El lo escucha. 6
Yo, por mi parte, estoy llegando al fin y se acerca el momento de mi partida. 16
La primera vez que presenté mi defensa, nadie estuvo a mi lado, todos me
abandonaron. ¡Que Dios no se lo tenga en cuenta! 17 Pero el Señor
estuvo conmigo llenándome de fuerza, para que el mensaje fuera proclamado por
medio de mí y llegara a oídos de todas las naciones; y quedé libre de la boca
del león. 18 El Señor me librará de todo mal y me salvará llevándome
a su reino celestial. A El la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
"Dios está en nuestros hermanos y en ellos quiere ser servido, amado y honrado; y más nos recompensará por esto, que si le servimos en su misma persona."
San Claudio de Colombiére
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