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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 21 de junio de 2013

Cronología de un Milagro - Octubre 2007-IV


Lunes 22 de octubre de 2007

Lucas 19, 5

Me levanté triste, pues ya teníamos que ir a dejar a Rober, que se iba de regreso a San Salvador.  Luego fuimos al hospital y al ver la camita de Camila, ella acostada en ella, vi la tarjeta que decía: weight 6.14 lbs., length 19.5 inches y entonces caí que lo que el Señor nos quería decir con el largo es:  Lucas 19.5: Cuando Jesús llegó al lugar levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa.» 9 Hoy ha entrado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham.

Martes 23 de octubre de 2007

Nos levantamos temprano para ir a misa, aunque me sentía cansado y estuve tentado a quedarme dormido.  No hemos dormido tarde desde que he venido.  Me sentía bien cansado.  Llegamos a misa y todos estaban bien contentos que ya hubiera nacido Camila, pues ya todos sabían a que habíamos venido y estaban pendientes; como que fueran de nuestra familia. 
Ana y Jean nos invitaron a desayunar y fuimos con ellas.  Después nos invitaron a conocer su departamento en una casa de retiro de personas de tercera edad ¿Qué quería el Señor con esto?  No lo comprendí.
Después nos fuimos al hospital a sacar a Sofía.  Fue la primera noche que dormimos con Camila.  Por la tarde fuimos al súper y de nuevo vi el libro de Joel Osteen y ahora con el 40% de descuento… entonces comprendí que era el Espíritu Santo diciéndome ¡Comprálo! y lo compré; aunque creí que no me iba a gustar, pues ya lo había ojeado en el aeropuerto de Houston y pensé que no tenía nada de especial, ni nuevo.

Miércoles 24 de octubre de 2007

Nos levantamos y fuimos a misa.  Pasamos todo el día en el apartamento, yo quise ir a jugar golf pero después pensé que era mejor quedarme con todos y vivir este momento familiar. Nos acostamos temprano.  
Por la tarde comencé a leer el libro de Joel Osteen y ¡me encantó!  No lo podía dejar de leer y sobre todo me dio la pauta para platicar con doña Sylvia, con respecto a su depresión; pues hablaba de cómo Dios nos ha dado todo lo necesario para cumplir con el plan para el cual nos ha mandado a esta vida y que son los comentarios de otras personas los que nos van acondicionando y limitando para no poder cumplirlo.  Menciona que “la palabra” es ¡poderosa! y que debemos aprender a no condicionarse por los comentarios de otros. Que Dios siempre nos quiere dar más y perfeccionarnos más… ése es el camino hacia El.

Jueves 25 de octubre de 2007

Nos levantamos temprano para ir a dejar a doña Sylvia.  No pudimos ir a misa.  A las dos, fuimos al pediatra con Camila y todo salió bien, gracias a Dios.  Ahí nos encontramos con el hijo de Abelino (primo de Poncho) y su familia; que también tiene un bebé recién nacido.

Viernes 26 de octubre de 2007

No pudimos ir a misa, pues Sofía tenía cita donde el ginecólogo a las 9:00 a.m..  Tampoco pudimos ir a misa y me sentí triste, pues ya no íbamos a poder despedirnos de Ana, Jean y Nancy, al menos yo, pues me voy mañana.  Probablemente ya no la iba a volver a ver en la vida… y parecía que ya eran como nuesta propia familia.  ¿Por qué? ¿Por qué, Señor?

Sábado 27 domingo 28 de octubre de 2007

Salmo 33
2 timoteo 4, 6-18

No pudimos ir a misa, pues no había.  Al mediodía me fue a dejar a Sylvia Regina, yo me sentía como que dejaba la mitad de mí en Tucson.  No podía escribir, ¿por qué? ¿por qué? Tomé el avión y aterrizó en Houston y Jorge me estaba esperando.  Cenamos donde su hermana y nos fuimos a dormir.  Vi la “Serie Mundial” y nos mandamos emails con Rober.  Me sentía bien contento de saber de él y de Camila, que me contó que andaba en una barbacoa… me dormí.
Me levanté para ir a recoger a Jorge y fuimos a la oficina de su amigo Gary.  Hablamos con Salvador y comprendí porqué el Señor quería que me viniera ayer.  Después me fui a dejar a Jorge y me di cuenta que eran las 3:00 y pico de la tarde y Bonnie me había dicho que había misa en St. Vincent a las 4:00; escuché el llamado del Espíritu Santo y me fui al Santísimo y a misa a las cuatro, eso era lo que el Espíritu Santo quería.
En la misa, el Señor me dijo:  Si el afligido invoca al Señor, El lo escucha. 6 Yo, por mi parte, estoy llegando al fin y se acerca el momento de mi partida. 16 La primera vez que presenté mi defensa, nadie estuvo a mi lado, todos me abandonaron. ¡Que Dios no se lo tenga en cuenta! 17 Pero el Señor estuvo conmigo llenándome de fuerza, para que el mensaje fuera proclamado por medio de mí y llegara a oídos de todas las naciones; y quedé libre de la boca del león. 18 El Señor me librará de todo mal y me salvará llevándome a su reino celestial. A El la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


"Dios está en nuestros hermanos y en ellos quiere ser servido, amado y honrado; y más nos recompensará por esto, que si le servimos en su misma persona."

San Claudio de Colombiére

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