Han comenzado las celebraciones de un nuevo mes cívico. Los actos protocolarios no se han hecho
esperar y parece que todas las instituciones se han unido en un solo objetivo,
que es el de conmemorar con gran fervor cívico y sendas ceremonias, aquel
glorioso 15 de Septiembre de 1821.
Mientras tanto, de Septiembre a Septiembre, lo que la mayoría de
salvadoreños experimentan es que su situación económica familiar mejora en muy
poco o nada y así continúan, de generación en generación, viviendo en un país
donde son muy pocos los que logran romper el círculo vicioso de poder mejorar y
superar la realidad económica y social en que nació.
Más triste aún, lo que se experimenta es mas bien que, solo aquellos
que logran ir a trabajar a otro país, abandonando a sus seres queridos y
exponiendo sus vidas o más recientemente, aquellos que consiguen un empleo
importante en el gobierno, son los que logran mejorar su situación económica,
en una misma generación; siendo así los únicos que pueden tener la satisfacción
de heredar a sus hijos, una mejor oportunidad de vida.
Indudablemente que debemos conmemorar el mes de Septiembre. Sin embargo, después de casi 200 años,
la realidad en que estamos es que la deuda actual del gobierno, incluyendo las
pensiones de todas las personas que han ahorrado durante toda su vida para
tener una vejez digna, ha pasado a ser más del 55% de la producción que todo el
país genera y que solo en los últimos tres años, la deuda del gobierno, en
estas pensiones, ha subido de un 5% a casi un 10% de los bienes que se producen
o sea un crecimiento de casi el doble; lo que significa que estas obligaciones no
van a poder sostenerse en un futuro cercano y hará que miles de personas, que
ya han dado lo mejor de su vida para el engrandecimiento de sus hijos y de su
patria; pronto pueden pasar a una situación económica precaria, donde ya no
tendrán los ingresos necesarios para vivir dignamente.
En otras palabras y sobretodo antes de las próximas elecciones, lo
que el actual gobierno y algunos candidatos a presidente están tratando de
hacernos pensar es que todavía tenemos “comida en el refrigerador” y que no hay
porqué alarmarse; pues a base de préstamos de nuestros vecinos, siempre habrá
comida y leche suficiente. Pero lo
que tenemos que realizar es que, por más víveres que haya en el refrigerador,
de nada sirve si este no “funciona” o si nuestros vecinos deciden ya no
seguirnos prestando comida; realizando que nuestro “refrigerador” no está
funcionando.
En el caso reciente de la selección nacional de fútbol, que es un
síntoma que “algo” no está funcionando en nuestro querido país, el Papa
Francisco acaba de decir a las selecciones de Argentina e Italia, en su visita
debido al juego amistoso entre ambas, que: “El fútbol debe ser un verdadero
deporte. Trabajen para que no
pierda su carácter deportivo. Den
ejemplo de lealtad, respeto y altruismo”.
Lo mismo se puede recomendar a nuestros dirigentes políticos, ya sea
de izquierda o derecha y recordarles que lo que se necesita es que nuestro país
“funcione” y para que funcione, lo que se necesita no son más préstamos o más
instituciones o más planes; lo que se necesita es que: “La política sea un
verdadero servicio, que trabajen
para que no se pierda su carácter de ayuda a los más necesitados y que den
ejemplo de honestidad, lealtad, respeto y altruismo”.
Lo que todos debemos de preguntarnos es si estamos heredando a nuestros
hijos y nietos un país que funcione, para que en el futuro ellos también puedan
seguir cantando: “Saludemos la patria orgullosos, de hijos suyos podernos
llamar”.
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