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Canonización de Monseñor Romero

sábado, 7 de septiembre de 2013

Necesitamos un país que funcione


Han comenzado las celebraciones de un nuevo mes cívico.  Los actos protocolarios no se han hecho esperar y parece que todas las instituciones se han unido en un solo objetivo, que es el de conmemorar con gran fervor cívico y sendas ceremonias, aquel glorioso 15 de Septiembre de 1821.
Mientras tanto, de Septiembre a Septiembre, lo que la mayoría de salvadoreños experimentan es que su situación económica familiar mejora en muy poco o nada y así continúan, de generación en generación, viviendo en un país donde son muy pocos los que logran romper el círculo vicioso de poder mejorar y superar la realidad económica y social en que nació. 
Más triste aún, lo que se experimenta es mas bien que, solo aquellos que logran ir a trabajar a otro país, abandonando a sus seres queridos y exponiendo sus vidas o más recientemente, aquellos que consiguen un empleo importante en el gobierno, son los que logran mejorar su situación económica, en una misma generación; siendo así los únicos que pueden tener la satisfacción de heredar a sus hijos, una mejor oportunidad de vida.
Indudablemente que debemos conmemorar el mes de Septiembre.  Sin embargo, después de casi 200 años, la realidad en que estamos es que la deuda actual del gobierno, incluyendo las pensiones de todas las personas que han ahorrado durante toda su vida para tener una vejez digna, ha pasado a ser más del 55% de la producción que todo el país genera y que solo en los últimos tres años, la deuda del gobierno, en estas pensiones, ha subido de un 5% a casi un 10% de los bienes que se producen o sea un crecimiento de casi el doble; lo que significa que estas obligaciones no van a poder sostenerse en un futuro cercano y hará que miles de personas, que ya han dado lo mejor de su vida para el engrandecimiento de sus hijos y de su patria; pronto pueden pasar a una situación económica precaria, donde ya no tendrán los ingresos necesarios para vivir dignamente.
En otras palabras y sobretodo antes de las próximas elecciones, lo que el actual gobierno y algunos candidatos a presidente están tratando de hacernos pensar es que todavía tenemos “comida en el refrigerador” y que no hay porqué alarmarse; pues a base de préstamos de nuestros vecinos, siempre habrá comida y leche suficiente.  Pero lo que tenemos que realizar es que, por más víveres que haya en el refrigerador, de nada sirve si este no “funciona” o si nuestros vecinos deciden ya no seguirnos prestando comida; realizando que nuestro “refrigerador” no está funcionando.
En el caso reciente de la selección nacional de fútbol, que es un síntoma que “algo” no está funcionando en nuestro querido país, el Papa Francisco acaba de decir a las selecciones de Argentina e Italia, en su visita debido al juego amistoso entre ambas, que: “El fútbol debe ser un verdadero deporte.  Trabajen para que no pierda su carácter deportivo.  Den ejemplo de lealtad, respeto y altruismo”.
Lo mismo se puede recomendar a nuestros dirigentes políticos, ya sea de izquierda o derecha y recordarles que lo que se necesita es que nuestro país “funcione” y para que funcione, lo que se necesita no son más préstamos o más instituciones o más planes; lo que se necesita es que: “La política sea un verdadero servicio,  que trabajen para que no se pierda su carácter de ayuda a los más necesitados y que den ejemplo de honestidad, lealtad, respeto y altruismo”.
Lo que todos debemos de preguntarnos es si estamos heredando a nuestros hijos y nietos un país que funcione, para que en el futuro ellos también puedan seguir cantando: “Saludemos la patria orgullosos, de hijos suyos podernos llamar”.

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