Lunes
27 de marzo de 2006
Apocalipsis
21, 6-7
Exodo
19, 4-6
Me levanté a
orar, enfrentándome de nuevo a la realidad. Ayer, estando en el Retiro, hubiera querido poder decirle al Señor: “Señor, quedémonos aquí. Hagamos dos chozas,
una para Sylvia Regina y otra para mí.” Pero había que regresar al "mundo" y sobre todo ahora, con
nuestra misión de evangelizar a todas esas parejas que el Señor nos va a
encomendar. Me dijo: 6 Y añadió: «Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el
Principio y el Fin. Al que tenga sed yo le daré de beber gratuitamente del
manantial del agua de la vida. 7 Esa será la herencia del vencedor: Yo seré Dios para él y él será hijo para mí. 4 Ustedes han visto cómo he
tratado a los egipcios y que a ustedes los he llevado sobre las alas del águila
para traerlos hacia mí. 5 Ahora, pues, si ustedes me escuchan
atentamente y respetan mi alianza, los tendré por mi propio pueblo ante todos
los pueblos. Pues el mundo es todo mío, 6 pero los tendré a ustedes
como un reino de sacerdotes y una nación que me es consagrada. Me sentí dichoso y contento,
pues estaba seguro que la llamada que tenía pendiente con Vidal, hoy, iba a ser
“pivotal” en el caso.
A mediodía, el
Espíritu Santo me hizo abrir unos misales que estaban en la biblioteca y me
encontré con una estampa de la Primera Comunión de Sylvia Regina, el 15 de
agosto de 1960, en un misal diario que le habían regalado sus papás para su
cumpleaños, el 11 de julio de 1964. La dedicación dice: “Hijita
querida, le pedimos a Dios, nuestro Señor, que este devocionario te acompañe por
una larga vida llena de felicidad y de piedad cristiana. Con el profundo amor
de tus padres.”
Mi mamá me
regaló un misal en 1961, como recuerdo de mis clases de religión y un misal
igual me regaló el Hermano Tomás del Liceo Salvadoreño, el 15 de febrero de
1966. El 8 de marzo de 1966, el
mismo hermano Tomás me regaló una Biblia con el “Nuevo Testamento”. En el mes de abril de ese mismo año,
estando en la hacienda con mi papá me mordió un perro, que nunca supimos de
donde salió, ni que se hizo después y por lo tanto nunca supimos si tenía rabia
o no. Ese mio año, en Mayo, hice
el “Mes Blanco” pidiéndole a La Virgen que no me diera rabia, pues mis papás
decidieron no vacunarme, por precaución a que la rabia no me viniera de la
mordida del perro, sino de la vacuna misma o sea que desde ahí, el Señor ya
estaba preparando el camino para que me acercara a María, por medio de Sylvia
Regina, más tarde y desde joven envió al perro a morderme, para que yo me
acercara a “La Virgen María.” Después,
con su inmensa sabiduría, El me iba a unir con Sylvia Regina y su devoción a la
Virgen, quien nos ha traído a Jesús y mi corazón ya estaba marcado desde
entonces con ese “Mes Blanco” que dediqué a la Virgen, para que no me diera
rabia. (Meses después, supimos que
el perro sí había muerto de rabia y a mí no me pasó nada.)
Me fui al
Santísimo a darle gracias por todas sus bendiciones y después fui a contarle
todo a Alex. Al terminar, me contó
que, igualmente, en el fin de semana había ido a un Retiro espiritual y que no
había sentido mayor cosa y que además, esa noche no había sentido nada, pues había
tenido un ataque como nunca de la próstata y estaba bien decepcionado, pues él
quiere encontrar a Jesús y no entendía por qué le pasaba todo esto; hasta que
le aclaré que éste era el típico ataque de satanás para desesperarlo y hacer
que desista y que lo que debe hacer es redoblar su oración y perseverancia y
confianza en el Señor; pues era evidente que satanás estaba dando coletazos
fuertes, pues comprende que Jesús está por ganar otra alma. Se le salieron las lágrimas de los ojos,
al escuchar mis palabras – ¡Gloria a Dios! Realmente no eran mis palabras, sino las del Espíritu Santo,
ocupándome de instrumento para hablarle a Alex y consolarlo.
Se me olvidó
mencionar que la razón de haber ido donde Alex fue para contarle de la llamada
de Vidal, la cual efectivamente había sido “pivotal” e iba a cambiar el curso
del caso, pues Ron Franklin había encontrado una cláusula en la ley de Nueva
York que Mark, ni nadie, había encontrado y por la cual podíamos pedir la
“disolución de la sociedad” o sea que nos daba una tremenda herramienta de
negociación. Esto me recordaba lo
que Edith nos había dicho, que “algo” se iba a encontrar en el caso, que los
abogados no habían tomado en cuenta y que eso iba a hacer que el caso diera un
giro de 180 grados y se iba a poner todo a nuestro favor – ¡Gloria a Dios!
Martes
28 de marzo de 2006
Mateo
7, 7-12
Me levanté a
orar, pidiéndole al Señor Palabra para Alex y don de Consejo, para saber qué
decirle. Me dijo: 7 Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les
abrirá la puerta. 8 Porque el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. 9 ¿Acaso alguno de
ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? 10 ¿O le
daría una culebra cuando le pide un pescado? 12 Todo lo que ustedes
desearían de los demás, háganlo con ellos, ahí está toda la Ley y los
Profetas.
Hoy fue la primera
vez que el tiempo se me fue volando, orando y no me di cuenta cómo había pasado
– ¡Gloria a Dios! Desde hace
bastante tiempo (años) le había estado pidiendo al Señor que cuando orara, que
el tiempo pasara sin sentirlo.
Por la noche
fuimos a una reunión para “animadores” y me surgió la inquietud que la primera
reunión con el grupo debiera ser una de acuerdo a contestar las interrogantes
de: ¿Por qué reunirnos en grupo? ¿Cuál es el objeto de esta dinámica? Que son preguntas que en un inicio se
tiene.
La idea me la
dio Francisco Mendivil, que es un animador de gran experiencia y que en cuanto
me vio, me lo vino a decir o sea que venía del Espíritu Santo. Después fuimos a cenar donde Lorena, con
todos mis hermanos y la reunión fue positiva.
Miércoles
29 de marzo de 2006
Isaías
58
Me levanté a
orar, desorientado y confundido sobre cómo manejar la primera reunión del
grupo. El Señor me dijo: 1 Grita con fuerza y sin miedo. Levanta tu voz como trompeta y
denuncia a mi pueblo sus maldades, y sus pecados a la familia de Jacob. 2
Según dicen, me andan buscando día a día y se esfuerzan por conocer mis
caminos, como una nación que practica la justicia y no descuida las órdenes de
su Dios. Vienen a preguntarme cuáles son sus obligaciones y desean la amistad
de Dios. 3 Y se quejan: «¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos
humillamos y tú no lo tomas en cuenta?» Porque en los días de ayuno ustedes se
dedican a sus negocios y obligan a trabajar a sus obreros. 4 Ustedes
ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con esta clase de
ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba. A las tres de la tarde me fui al
Santísimo a rezar el rosario de la divina misericordia y pude meditar bastante
antes, pues llegué temprano. El
Señor me iluminó cómo manejar la reunión y me dijo: a) Debíamos bendecir una
imagen de El Divino Niño Jesús y una foto de la Virgen para que esté en la
reunión y se las lleve quien le toca la siguiente reunión, para que oren
enfrente de ellas durante la semana. b) Se deben entronizar por el dueño de la casa, mientras se
canta la alabanza. c) Debe
bendecir cada pareja a su cónyuge, con agua bendita, mientras se canta la
alabanza.
Toda la tarde,
en la oficina pasé leyendo el libro de “Una Vida con Propósito”, para
determinar cuál debía ser La Palabra de la primera reunión.
Por la noche
fuimos a ver a mis papás con Roberto Adriano y por primera vez en muchos años
me sentí contento, en gozo y confiado de estar con ellos. Fue el mismo sentimiento que sentía
cuando de niño. Llegábamos todos los
hermanos alrededor de la cama de mis papás, sólo a estar con ellos, a platicar;
un sentimiento que ahora lamento que no se los inculcamos a nuestros hijos,
pues el tiempo voló… o más bien “la maldición” hizo que satanás influyera para
que el tiempo pasara rápido; pero ahora el Señor lo “detenía”, para nuestra
bendición – ¡Gloria a Dios! Además, hoy canté en la oficina a la hora de la oración, como
el lunes, con lo que me había contado Vidal. Se cumplía la profecía de Edith, para dar testimonio del amor
del Señor hacia toda nuestra familia y cómo eso nos debería dar seguridad que
está escuchando nuestras oraciones. Además, hoy me habló el secretario de Tony Saca (presidente
de La República), para confirmarme la reunión para el 5 de abril próximo.
Jueves
30 de marzo de 2006
Santiago
4, 7-8
2
Corintios 11, 16-30; 12, 1-10
Me levanté a
orar, como en una nueva realidad. Un
amanecer con algo distinto, como en un día en que he resucitado a una “nueva
vida en el Señor”. No me sentía
preocupado por nada, pues tengo la completa seguridad que el juicio se va a
resolver favorablemente y a corto plazo y más bien mi preocupación, casi
ansiedad, era: “Señor, aquí estoy,
mándame a mí”. No pedí por nada en específico en la
oración, sino que le pedí que El escogiera el tema sobre el cual me quería
hablar. Me dijo, para Alex: 7
Sométanse, pues, a Dios; resistan al diablo y huirá de ustedes; 8
acérquense a Dios y El se acercará a ustedes.
Luego me dijo
para mí propia reflexión, para que lo tome en cuenta en mi nuevo despertar y la
misión que está por encomendarme. 16
Una vez más les digo que no me tomen por loco; pero si me toman por tal,
acepten que lo sea y que cante un poco mis propias alabanzas. 17 No
hablaré el lenguaje del Señor, pues sería locura creer en mis propios méritos. 18
Por eso, si tanta gente hace valer sus méritos en forma tan humana, yo también
lo haré. 24 Cinco veces fui condenado por los judíos a los treinta y
nueve azotes, 25 tres veces fui apaleado, una vez fui apedreado,
tres veces naufragué y una vez pasé un día y una noche perdido en alta mar. 26
Viajes frecuentes, peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros por parte
de mis compatriotas, peligros por parte de los paganos, peligros en la ciudad,
peligros en lugares despoblados, peligros en el mar, peligros entre falsos
hermanos. 27 Trabajos y agotamiento, con noches sin dormir, con
hambre y sed, con muchos días sin comer, con frío y sin abrigo. 30
Si hay que alabarse, me gloriaré de las ocasiones en las que me sentí débil. 1
De nada sirve alabarse; pero si hay que hacerlo, iré a las visiones y
revelaciones del Señor. 5 Podría sentir orgullo pensando en ése,
pero en cuanto a mí, sólo me gloriaré de mis debilidades. 7 Y
precisamente para que no me pusiera orgulloso después de tan extraordinarias
revelaciones, me fue clavado en la carne un aguijón, verdadero delegado de
Satanás, cuyas bofetadas me guardan de todo orgullo. 10 Por eso
acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo: enfermedades, humillaciones,
necesidades, persecuciones y angustias. Pues si me siento débil, entonces es
cuando soy fuerte.
Hoy almorzamos
con Alex y le leí toda mi agenda de la semana. Me contó que él había dado su testimonio hoy en la mañana en
la comunidad de “hombres de Negocios del Evangelio Completo”. Los dos comprendimos que eso era lo que
quería el Señor. Fue como un
reencuentro con Dios. Le recordé a
Alex todo lo que me había dicho Edith, que descendemos de los propios sacerdotes
Levitas y que por eso es que la batalla de satanás ha sido tan fuerte; pero que
al final, el Señor nos ha protegido y liberado y que su testimonio de hoy era
como todo el propósito final de Dios para con nosotros o sea, dar testimonio de
la batalla espiritual por las almas, entre satanás y Dios y que Dios es siempre
fiel a su promesa de mantener su favor “por
mil generaciones a los que lo aman y guardan sus mandamientos” y que el
problema es que, a veces, no es que el mal triunfe sobre el bien, sino que nosotros
nos desesperamos y cedemos y entonces, con nuestra propia decisión le damos el
triunfo al enemigo.
Viernes 31 de
marzo de 2006
Hoy me
dijo: 14 … Ahora estas sano, pero no
vuelvas a pecar, no sea que te suceda algo peor.»
Pasé en ayuno
todo el día y me costó bastante hacerlo.
Por la mañana
recibí la noticia que ya los abogados habían mandado el “Petition” al juez
Hardin, pidiendo la venta de Nejapa o la disolución de la sociedad, lo cual
creo que va a cambiar el caso totalmente a nuestro favor. Además, se mandó un citatorio a El Paso
y Bob Hart, lo cual pudiera hacer que Bob Hart ya no quiera comprar la empresa
y esto nos favorece.
Me sentía bien
contento y bendecido por el Señor, pues esto confirmaba la profecía de Edith y
sobre todo, que El está ahí, escuchándonos y protegiéndonos – ¡Gracias Señor!
"No hay medio para que Dios te descubra y te enseñe qué cosa es tener amor con Dios y con el prójimo, sin negar tu saber y arrimarte al saber de Dios"
San Juan de Avila
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