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Canonización de Monseñor Romero

martes, 6 de agosto de 2013

Cronología de un Milagro - Enero 2008-V


Miércoles 30 de enero de 2008

Me levanté preocupado, indeciso.  Pensando si en realidad había dado el paso en el camino correcto que quería el Señor, al retirar las bases para inscribirme como candidato a la presidencia por ARENA.  ¿Cómo va a cambiar nuestra vida familiar?  Lo que más me procupa es que, talvez, ya no voy a tener tiempo para orar, pues no he podido orar estos días anteriores y la cosa todavía no ha ni comenzado.  Esto me duele bastante.  ¿Qué voy a hacer?  Más bien, ¿Quién voy a ser?  
Rober, nuestro hijo, vino y me dijo: “¿Papi y cuando sea Presidente quiere decir que ya no vamos a poder ir a El Flor?” y eso me partió el alma, pues todas nuestras vidas iban a cambiar y lo que más me duele es que ya no voy a tener mucho tiempo para “platicar” con Dios.  
Por la tarde fuimos, con Sylvia Regina, a grabar la entrevista con Alfredo Mena, en “Pensando en Voz Alta”.  Pude sentir como el Espíritu Santo fluía por mí y me iluminaba, para saber qué decir.  Eso me hizo sentir mejor, pues comprendí que si el Espíritu Santo me estaba iluminando, era porque ése es el camino que el Señor quiere que siga.  ¡Gracias Señor, por estar con nosotros!  Sylvia Regina me acompañó a la entrevista y me sentí bien contento que ella estuviera conmigo.
Por la mañana fuimos a contarle de nuestra decisión,  a una parejita que queremos mucho y son altos dirigentes del movimiento de Encuentros Conyugales.  Ellos nos dieron su bendición, advirtiéndonos que nos preparáramos, pues el mal (llamado envidia) nos iba a atacar; pero que debíamos seguir adelante, confirmándonos que esto era lo que el Señor quería de nosotros.
Tuvimos una agenda súper apretada, pues fui a hablar con un importante empresario para contarle y después a la Radio 102.9, para una entrevista.  

Jueves 31 de enero de 2008

Al mediodía almorzamos con Alex, Guayo y lo que pudiera ser nuestro equipo asesor, incluyendo un influyente abogado y un reconocido economista.  Fue la primera reunión de trabajo, de cara a la campaña dentro de ARENA.  
Por la tarde fui a hablar con otro alto dirigente de ARENA y estuvo de acuerdo con el proyecto y me dijo que era algo necesario.  Sin embargo, fue notorio que ya estaba apoyando otro candidato y no iba a cambiar su opinión, pues ya está bastante comprometido.  Pero me confirmó que, en su opinión, yo debería estar dentro de los primeros seis que se van a escoger y para nosotros eso es más que suficiente, pues nuestro objetivo principal es tener la oportunidad de influenciar los temas que deben considerarse para el próximo período presidencial. 
Por la noche logramos ir a la Asamblea de Encuentros.  Decidimos no quedarnos en Viveros, donde nos tocaba e irnos a la Asamblea General, pues yo quería estar frente al Santísimo y comulgar, ya que tenía bastante tiempo de no poder hacerlo; desde que fui a retirar las bases para la inscripción o sea más de tres días.

Viernes 1 de febrero de 2008

Colosenses 4, 1-4

Hoy viernes no pude orar, todo se está moviendo demasiado rápido y no me queda tiempo de nada, ni de orar.
Fui a ASI y ANEP por la mañana, pues de ambos he sido presidente.  Después, por la tarde fui a entrevistarme con otros tres altos dirigentes de ARENA.  Todos están de acuerdo con nuestro análisis coyuntural y lo apoyan.  Además, todos están conscientes de la amenaza inminente que el FMLN gane las elecciones.  
El tiempo corre rápido.  Al mediodía pude ir, aunque sea solo por media hora, al Santísimo. Me sentí bien tranquilo y feliz.  Al regresar, el Señor me dio la idea de mandar un email a todos los Encuentristas, para que nos acompañen mañana a la entrevista con el COENA; al “Ejército de Dios”.  Sin embargo ya no lo hice, pues no quise mezclar la política, con un movimiento religioso.  En el Santísimo, el Señor me dijo: 

1 En cuanto a ustedes, patrones, den a sus servidores lo que es justo y razonable, sabiendo que también ustedes tienen un Señor en el cielo. 2 Sean constantes en la oración, quédense velando para dar gracias, 3 oren también por nosotros, para que Dios nos dé palabras y pueda yo anunciar el misterio de Cristo. Por ese misterio estoy atado con cadenas; 4 pidan que pueda darlo a conocer cuando presente mi defensa.

Sábado 2 y domingo 3 de febrero de 2008

Mateo 21, 5

Hoy ya tenía días de no orar y me hacía una gran falta.  Me toca ir a la entrevista con el COENA y me entraron dudas, sobre si estaba capacitado para esta “nueva aventura”.  Me acordé de lo que dijo Jeremías: “yo no puedo, estoy muy chico”.  El Señor me contestó: 

5 Digan a la hija de Sión: «Mira que tu rey viene a ti con toda sencillez, montado en una burra, un animal de carga.»  

Comprendí que lo único que tengo que hacer es dejar que el Señor me guíe.  Por la tarde vinieron todos mis hermanos, mi mamá, cuñados y cuñadas, mi mamá y varios del grupo y fuimos a la entrevista con el COENA.  Yo había pasado todo el día en preparaciones con nuestro grupo asesor y me había sentido bien inseguro, dudando de si esta aventura era buena idea.  Al comentárselo a Sylvia Regina me contestó: “hágalo por servicio al Señor” y eso me calmó bastante.
Llegamos a la entrevista y ésta salió excelente.  A todos, pude captar, les pareció el proyecto y salí muy optimista, confiado que todo venía de Dios.  Mis declaraciones a la prensa fueron optimistas y confiando en que el proyecto es de Dios, pues si no, los miembros del COENA no hubieran estado tan abiertos y receptivos, a las ideas que les presentamos, como estuvieron.
Por la noche hablamos con Sylvia Ann y nos dijo que todo iba a salir bien.  Que la familia de Santa Ana, que habíamos ido a visitar cuando Sylvia Ann estuvo aquí, iba a ser una gran colaboradora para nosotros en la campaña.  Que en el país había una gran lucha entre el bien y el mal y que El Salvador se iba a llenar de amor e iba a ser ejemplo para el mundo.  Que ella podía sentir al Espíritu Santo derramándose sobre nosotros dos, en estos precisos instantes.
El domingo fuimos a desayunar con todos nuestros hijos y el desayuno fue bien positivo y alegre.  ¡GLORIA A DIOS!

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