Lunes 6 de agosto de 2007
Isaías 52, 7; 13-15
Todavía
en la mañana me seguía el dolor de cabeza, pero se lo seguí ofreciendo al Señor,
como parte de su Pasión y eso me reconfortaba. Como que el Señor me había puesto esta prueba para aprender
a ofrecer el dolor, para la redención de alguien más. Me levanté a orar, pues ya el dolor había cedido, desayuné y
me puse a orar. Mi preocupación
siempre… y ¿Qué va a decidir el Juez? Pidiéndole al Señor que me dé fortaleza para resistir en caso
que no resuelva favorablemente y tengamos que ir, nuevamente a una apelación. Me dijo para consolarme y confirmarme
que si me ha traído hasta aquí es para que todo salga bien. En este mismo momento vino Sylvia
Regina, mi ángel guardián, para confirmarme lo que el Señor me acababa de
decir: 7 Que bienvenidos, por
los montes, los pasos del que trae buenas noticias, que anuncia la paz, que
trae la felicidad, que anuncia la salvación, y que dice a Sión: «¡Ya reina tu
Dios!» 13 Ahora llega para mi servidor la hora del éxito; será
exaltado, y puesto en lo más alto. 14 Así como muchos quedaron
espantados al verlo, pues estaba tan desfigurado, que ya no parecía un ser
humano, 15 así también todas las naciones se asombrarán, y los reyes
quedarán sin palabras al ver lo sucedido, pues verán lo que no se les había
contado y descubrirán cosas que nunca se habían oído.
Martes 7 de agosto de 2007
Salmo 42, 9-11; 43, 1-5
El
Señor me consoló, pues El sabe como estoy sufriendo. Me dijo: 9 Quiera Dios dar su
gracia de día y de noche a solas le cantaré, oraré al Dios de mi vida. 10
A Dios mi roca le hablo: ¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué debo andar triste,
bajo la opresión del enemigo? 12 Mis adversarios me insultan y se me
quiebran los huesos al oír que a cada rato me dicen: ¿Dónde está tu Dios? 1
Hazme justicia oh Dios y defiende mi causa del hombre sin piedad; de la gente
tramposa y depravada líbrame, tú, Señor. 2 Si tú eres Dios de mi
refugio: ¿Por qué me desamparas? ¿Por qué tengo que andar afligido bajo presión
del enemigo? 3 Envíame tu luz y tu verdad: que ellas sean mi guía y
a tu santa montaña me conduzcan, al lugar donde habitas. 4 Al altar
de Dios me acercaré, al Dios de mi alegría; jubiloso con arpa cantaré al Señor,
mi Dios. 5 ¿Qué tienes alma mía, qué te abate, por qué gimes en mí?
Confía en Dios, que aún le cantaré a mi Dios salvador.
Pasó
el día y no pasó nada. Fui a misa
de 5:00 p.m. y después me vine a seguir trabajando en la presentación del Power
Point. Me quedé triste que no pude
ir a ver a mi papá.
Miércoles 8 de agosto de 2007
Liturgia de las Horas, Tomo IV: De la carta de Bernabé, pág. 30.
Jeremías
1, 4-5; 10
Me
levanté siempre preocupado. El
Señor me dijo: Cualquier cosa que te suceda recíbela como un bien,
consciente que nada pasa sin que Dios lo haya dispuesto. No seas inconstante ni
hipócrita, porque la hipocresía es un lazo mortal. 4 Me llegó una
Palabra de Yavé: 5 «Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te
conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta
de las naciones.» 10 En este día te encargo los pueblos y las
naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y
plantarás.
Nos
reunimos con Alex y la reunión me dejó bien deprimido, pues a decir verdad,
toda mi paz proviene de creerle a Dios, que todo va a salir bien y vamos a
ganar el caso; pero sí no, estamos en un gran aprieto y por supuesto, Alex me
hizo ver ese componente, que yo ni siquiera lo considero, pues mi confianza en
Dios me hace rechazarlo. Sin
embargo, la plática me dejó una pizca de duda y falta de Fe. Quizás no pizca, sino grande.
Al
momento de estar orando, me llamó mi amigo de infancia del Banco, para decirme
que nos íbamos a reunir en el banco con el presidente y otro nuevo director del
Banco, también amigo, a las 10:30 a.m.. Regalo de Dios, pues un arreglo con el Banco nos pondría a
salvo. Llegué a la reunión, no era sino hasta las 11:00, así es que el Espíritu
Santo me hizo ir al Santísimo y me pude confesar. Antes de ir a la reunión leí la oración del Espíritu Santo,
para que me iluminara qué decir, la reunión fue positiva. Con Alex acordamos repartir a mis
hermanas parte del dinero de la venta de acciones de la empresa que
vendimos. Yo no estaba de acuerdo
en la cantidad, pues me parecía muy alta, pero me acordé de Abraham, cuando se
separa de Lot, su sobrino y él aceptó sin comentarios.
También,
ahora que estoy escribiendo, el Señor me hizo leer el proverbio árabe que está
escrito en esta página y me confirmó que El proveerá. El proverbio dice: “Si tienes mucho,
da tus bienes; si tienes poco, da tu corazón”.
Jueves 9 de agosto de 2007
Hechos 12, 5-10
Me
levanté a orar y prácticamente le exigí al Señor que me diera una esperanza,
pues mi ansiedad de saber lo que va a resolver el juez es grande y me siento
morir.
El
Señor me hizo leer el momento cuando Elías fue llevado al cielo en un carro de
fuego, recordándome que también Elías, en un momento dado, había deseado la
muerte. Luego me habló y me
dijo: 5 Y mientras Pedro era custodiado en
la cárcel, toda la iglesia oraba incesantemente por él a Dios. 6
Llegaba el día en que Herodes iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche
Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y otros
guardias custodiaban la puerta de la cárcel. 7 de repente la celda
se llenó de luz: ¡estaba el ángel del Señor! El ángel tocó a Pedro en el
costado y lo despertó diciéndole: ¡Levántate en seguida! Y se le cayeron las
cadenas de las manos. 10 Pasaron la primera y segunda guardia y llegaron
a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió sola. Salieron
y se metieron por un callejón y de repente lo dejó el ángel.
No
pasó nada, el juez no resuelve y mi ansiedad está creciendo. Ayúdame Señor.
Me
reuní con uno de los accionistas de la empresa que vendimos y la reunión fue
positiva. Fui a ver a mi papá y me
partió el alma verlo y no poder decirle que ya todo se solucionó y que él se
sienta contento y en paz. El dolor
que siento es enorme.
Viernes 10 de agosto de 2007
Eclesiastés 3, 1; 12, 13-14
Me
levanté triste y apesadumbrado. Tuve un sueño… ¡que podía volar! No sé que pudiera significar esto. No le pregunté nada al Señor, dejé que
él me contestara, pues ya yo no sé ni qué preguntar. Me dijo: 1 Hay bajo el sol un
momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa: tiempo para llorar y
tiempo para reír. 13 Conclusión del discurso: todo ha sido dicho.
Teme a Dios y observa sus mandamientos: allí está todo para el hombre. 14
Pues Dios juzgará todas las acciones, aun lo que está oculto, tanto el bien
como el mal.
Sábado 11 y domingo 12 de Agosto de 2007
Isaías 49, 25-26
Me
levanté a preparar el programa. Después
fuimos a almorzar con Ariana, Luigi y Paolo. Luego pasé toda la tarde
preparando la presentación para el juicio. Por la noche fuimos al cine a ver “The Queen”. Me gustó mucho y pude ver a Dios, en
todas esas escenas de bosques y sobre todo cuando ella se queda sola con el
venado y poder ver la gloria de Dios, expresada en ese animal muerto y despreciada, por la “arrogancia” del ser
humano. Todas las bellezas que el
Señor ha creado para nosotros y nosotros no las vemos, lejos de eso, las
matamos como ocurrió con el venado.
Luego
fuimos a cenar con Sylvia Regina, teníamos tiempo de no ir a cenar ¡solos!,
como lo hacíamos cuando teníamos dinero con que hacerlo. Dimos gracias a Dios por esos momentos,
nos sentíamos como en un nuevo amanecer. Sylvia Regina me dijo al regresar que se había sentido como
que ya hubiera pasado todo. Me
puse a orar y el Señor me dijo: 25 Sí, afirma Yavé: Le
arrebatarán su prisionero al vencedor y dejarán sin su parte al soldado. Al que
contienda contigo, con él yo pelearé, y yo mismo salvaré a tus hijos. 26
A tus opresores los haré comer su propia carne y se emborracharán con su sangre
como si fuese vino. Y todo mortal sabrá que yo, Yavé, soy tu salvador, y que tu
Redentor es el Campeón de Jacob.
El
domingo nos levantamos, estábamos contentos porque hoy venía Rober. Lo fuimos a recoger y le di gracias a
Dios porque lo habíamos podido mandar a Chile y había regresado sano y salvo. Almorzamos juntos… ¡pizza!
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