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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 3 de mayo de 2013

Cronología de un Milagro - Julio 2007-IV


Lunes 23 de julio de 2007

Hebreos 11, 8

Me levanté triste y preocupado, aceptando la voluntad del Señor, aunque me duela. El Señor me contestó:  8 Por la fe obedeció Abrahán a la llamada de salir hacia el país que habría de recibir en herencia y salió sin saber adonde iba. 10 Porque esperaba la ciudad construida sobre cimientos cuyo arquitecto y constructor es Dios

Miércoles 25 de julio de 2007

No puede orar, pues siguiendo la voluntad del Señor, decidí ir con Guayo a visitar una finca en Ataco. Sabía que no tenía tiempo, con todo lo que tengo que hacer.  Pero comprendí que el Señor me pedía que respaldara a Guayo en su esperanza de encontrar un empleo estable, comprando una finca de café; cuando tengamos dinero.  Nos fuimos temprano y llegamos a la finca, con un paisaje precioso.  Me sentía contento de haber hecho la decisión correcta, pues Guayo estaba contento.  Salimos a caminar, pero como yo no tenía zapatos adecuados, mejor me quedé atrás, pues ellos entraron en el cafetal.  
Me cayó una llamada de Alex, con el problema de las ventas de las acciones.  Me habló Guadalupe, le hablé al gerente al abogado del caso penal, para ver si al fin había apelado el proveedor, me sentí contento pues me dijo que no; pero al rato me habló y me dijo que sí ya le acababan de notificar y sí habían apelado y no sabían si el juzgado ya había mandado a avisar a migración, para que se elimine mi restricción de salida del país.  Me sentí triste, pues no entendía la voluntad del Señor con esta apelación.   
Hablé con el otro abogado local, para ver si caminaba lo de la demanda local contra Nejapa Power y nada, sigue estudiando el caso.  Me puse a orar, ante esos montes, tal y como lo hacía Jesús.  Viendo esas montañas y sintiendo la sabia subir por todos los árboles, dándoles la vida.
Regresamos y se nos hizo tarde.  Me cayó una llamada del comprador de las acciones diciendo que ya no nos compraban, por la oferta que había mandado Alex.  Me sentí morir de desesperación, pero sobre todo por no comprender la voluntad de Dios a este respecto. Oré en el carro mientras veníamos, pidiéndole que me iluminara.  El Señor me dijo que sí debía esforzarme por lograr la venta y me puse a hablar con Alex y el otro socio, por todo el camino, buscando un acercamiento en la negociación.  Lo hice más que todo por los empleados, que si no lo hacíamos iban a ser los más perjudicados.
El Señor me iluminó y a las 6:00 de la tarde, después de varias llamadas, cerramos la venta, pero no me sentía contento, pues no estaba seguro si esa era la voluntad de Dios o fui yo quien provocó demasiado la venta.
No pude ir a misa, pues nos fuimos a hablar con una pareja del grupo.  El Señor preparó todo para que pudiéramos hablar y conocer mejor a sus papás.  Aunque había reunión de grupo, estuvimos ahí hasta las 10:00 p.m. y gracias a Dios, en algo pudimos contribuir a que el diálogo se restableciera.  Regresamos a la reunión y todos estaban bien contentos.

Jueves 26 de julio de 2007

Sirácides 31, 8-9

Me levanté triste y apesadumbrado, pidiéndole al Señor que me ayude a comprender todo lo que está pasando.  ¿por qué es que me siento triste de cerrar este negocio, por qué es que no sé qué hacer con los empleados? ¿Por qué es que siento dudas de su promesa en el resultado del lunes? ¿por qué? ¿por qué?  Me contestó:  8 Feliz el rico que fue hallado sin falta que no corrió tras el oro! 9 ¿Conocen a uno? De él diremos: ¡Feliz es ese hombre, pues dio al pueblo un ejemplo admirable!»

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