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Canonización de Monseñor Romero

lunes, 6 de mayo de 2013

Desconecte total

A pesar que, es primera vez en la historia que la Sala de lo Constitucional funciona independientemente de los otros Órganos del Estado, como debe ser en un estado de democracia avanzada, los actuales diputados se empeñan en buscar la forma de destituir a los magistrados que lo han hecho posible y además, por haberlo hecho, sus compañeros del Órgano Judicial los desprecian. 
En otro campo, los diputados aprueban más endeudamiento para el pueblo salvadoreño, lo cual solo sirve para pagar el gasto corriente del gobierno y no para mejorar la calidad de vida de las mayorías.  Conviene notar que, la aprobación de este endeudamiento se logra con el apoyo de ciertos diputados cuestionados por la ciudadanía y además, en obvia contradicción a lo que opinan la mayoría de  personas que votaron por ellos o ellas.  Para colmo, en la votación de un tema tan trascendental como este, dos diputados se abstienen de votar, lo cual no es el trabajo para lo que sus electores los han elegido; pues lo que se espera es siempre un voto definido, en algún sentido.  En adición, el gobierno se niega a disminuir sus gastos y a pesar que el presidente Mauricio Funes viene de trabajar en los medios televisivos, últimamente se ha caracterizado por comunicarse con la población esencialmente por la radio; lo que no permite el contacto visual, ni el cuestionamiento directo. 
En el ámbito electoral del momento, un expresidente de la república piensa que no existe otra persona más capacitada que él, para dirigir el país y decide lanzarse, nuevamente, buscando su reelección.
Se pudiera seguir enumerando distintos incidentes, de nuestro diario vivir, que afectan ya sea a nosotros o a las futuras generaciones, pero basta con la mención de solo los anteriores para comprender que, la mayoría de dirigentes políticos se ha acostumbrado a hacer caso omiso de la obligación de representar, en sus cargos, a sus electores; lo cual está generando un “desconecte total” entre gobernantes y gobernados.
Pudiera concluirse, entonces, que la democracia no funciona o peor aún, caer en el error que lo que está sucediendo es normal y atribuible a la “codicia” humana.  Sin embargo, tarde o temprano la ciudadanía ya no va a soportar las consecuencias de las decisiones que se están tomando y se va hacer oír; ya sea en las urnas o en las protestas de calle, por lo que, los que con urgencia deben comprender este error, que eventualmente pudiera tener trágicas consecuencias, son las cúpulas partidarias; que son las que hasta este momento tienen el verdadero poder de elegir a los futuros gobernantes. 
En varias se sus últimas homilías, el Papa Francesco ha dicho a los jóvenes y sacerdotes, respectivamente, que: “deben tener el coraje de ir contra la corriente” y que “los pastores deben tener olor de oveja”.  Se lo dice a los jóvenes y sacerdotes, pero por sobretodo, el mensaje se lo dirige a los dirigentes políticos de todo el mundo.
Comprendiendo el mensaje del Papa, lo que está ocurriendo con los dirigentes políticos de nuestro país es que se han dado cuenta que, aunque son los votantes los que eligen a los dirigentes, los que verdaderamente eligen a las personas por quien se tiene opción de votar son las cúpulas partidarias y por tanto, la lealtad no es importante darla a los votantes, sino a las cúpulas partidarias que los eligen como candidatos; lo cual está deteriorando la democracia lentamente.
Lo que se necesita, entonces, es un cambio de actitud de las cúpulas partidarias, de tal forma que, comprendiendo que la condición de la mayoría de salvadoreños no está mejorando, sino más bien empeorando; se de espacio a nuevos dirigentes, los cuales verdaderamente promuevan la democracia y no solo su propio bienestar.

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