Lunes
3 de Septiembre de 2007
Volamos
a Houston, para ir visitar al juez y obtener alguna impresión de porqué no
había resuelto nada sobre el Summary Judgement.
Martes
4 de septiembre de 2007
Nos
levantamos temprano para ir a misa a St. Ann y después a recoger a Jorge, para
irnos a Angleton. Llegamos y lo
primero que nos dijo el juez es que teníamos que cambiar la fecha del juicio,
pues tenía un juicio que comenzaba el 15 de octubre e iba a durar más o menos
un mes. Además, que todavía no
sabía qué iba a hacer con el Summary Judgement. Yo sentí que una “huacalada de agua” me caía encima, pues ya
no teníamos fondos como para poder seguir esperando. Mi primera reacción fue preguntarle a Dios: ¿Señor y por qué
este retraso, si ya no tenemos con qué continuar? ¿Adónde estás que no te veo?
ya no aguantamos más retraso y me duele recibir en vez de esperanzas,
retrasos. Pero al mismo tiempo
comprendía que si eso era su voluntad, pues era para mejor… eso me consoló.
Miércoles 5 de septiembre de 2007
Sirácides 45, 1
Me
levanté a orar. Ya tenía tiempo de
no poder hacerlo y me hacía falta.
Le pedí al Señor que me diera una luz, que me ayudara, pues el peso que
llevo es ya enorme; que me diera una Esperanza, para que las cosas se comiencen
a solucionar. Los Bancos, por
ejemplo, ya tienen más de tres semanas sin respondernos nada y el Juez sigue
sin pronunciarse en el Summary Judgement.
“Señor Jesús, en ti confío”. Me contestó: 45, 1 Dios hizo que apareciera un Moisés, un descendiente
de Jacob, un hombre muy amado por Dios y por los hombres y cuya memoria será
bendita para siempre. 2 Lo hizo tan glorioso como los ángeles, lo
volvió poderoso, terrible para sus enemigos; 3 por su sola palabra
se multiplicaban los prodigios. 12 Le puso una corona por encima del
turbante, con una inscripción en relieve: ¡Consagrado al Señor! Era un adorno
precioso, una obra espléndida, que atraía las miradas de todos.
Viernes 7 de septiembre de 2007
Génesis 26, 12-24
12 Isaac sembró en aquella tierra y cosechó aquel año el ciento por
uno. Yavé lo bendijo 13 de manera que se fue enriqueciendo día a día hasta que el hombre
llegó a ser muy rico. 14 Tenía rebaños de ovejas, rebaños de vacas y numerosos criados, por
lo que los filisteos empezaron a mirarlo con envidia. 23 De allí subió a Besrsebá. 24 Yavé se le apareció aquella
misma noche y le dijo: “Yo Soy el Dios de tu padre Abrahán. No temas, porque Yo
estoy contigo. Te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor a Abrahán,
mi servidor. ¡Amén!
"Que haría Cristo, si estuviera en mi lugar?"
San Alberto Hurtado
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