Lunes 14 de enero de 2008
Salmo 145, 17-20
Me levanté esperanzado y pidiéndole al Señor
que me dé Fortaleza y que esta semana ocurra algo que nos demuestre su Amor. Me dijo:
17 Justo es el Señor en
todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. 18 Cerca está el
Señor de los que le invocan, de todos los que lo invocan de verdad. 19
Les da en el gusto a todos los que lo temen, escucha su clamor y los salva. 20
El Señor guarda a todos los que lo aman y a todos los malvados extermina.
Llegué a la oficina y tenía un email de la
señorita de Marriott, diciéndome que ya mi cheque lo habían enviado el viernes.
Esto me llenó de Esperanza, pues
tiene que llegar en un momento en que todo nos comience a salir por encima de
nuestras expectativas y yo pensaba que iba a ser ya esta semana; pero no fue
así, pues esa fue la única noticia esperanzadora.
Hablé con los Bancos y no ha caminado nada su
decisión. Lo único que ha sucedido
es que: “la ejecutiva le ha mandado un memo a la presidenta”.
Guadalupe, mi secretaria, no pudo llegar a
trabajar, el representante de los nuevos socios israelitas me contestó que
viene hasta la próxima semana; el Register Office de Cayman se rehusa a
mandarnos la información.
Me fui al Santísimo a rezar el Rosario de la
Misericordia, pidiéndole al Señor su misericordia. Ya no tengo otro lugar más que ir que a Su presencia, a
pedirle su misericordia, ya no aguanto más Señor.
Martes 15 de enero de 2008
Hechos
14, 22; 15, 16-18
Ezequiel
11, 4; 19
1 Reyes
20, 13
Me levanté apesadumbrado, pues creí que ayer
iba a ocurrir algo esperanzador, pero no fue así. Caí postrado en tierra y le pedí al Señor el milagro que el
Juez cambie su dictamen antes del viernes próximo. Hoy sí ya como exigiéndoselo, pues no veo porqué no lo puede
hacer y ya las condiciones están dadas como para que eso fuera un cierre
evidente de Su Poder y Su Gloria. ¡GLORIFÍCATE SEÑOR! Haznos justicia y que tu Nombre brille sobre todo nombre, el
saber que escuchaste a este humilde servidor y a todos los demás que estamos
orando porque esto ocurra. Resé La
Llama del Amor, rostro en tierra. Después
me dijo:
22 A su paso animaban a
los discípulos y los invitaban a perseverar en la fe; les decían: «Es necesario
que pasemos por muchas pruebas para entrar en el Reino de Dios.» 15, 16 Después de esto volveré
y construiré de nuevo la choza caída de David. Reconstruiré sus ruinas y la
volveré a levantar, 17 para que el resto de los hombres busque al
Señor: todas esas naciones sobre las cuales ha sido invocado mi Nombre. Así lo
dice el Señor, que hoy realiza 18 lo que tenía preparado desde
siempre.
Pasé un día bien duro, nada sucede y me
siento perdido de Dios. Me fui al
Santísimo a orar, a la hora de la Divina Misericordia, a pedirle a Dios que el
Juez cambie de opinión; pues por la mañana había recibido un mensaje de Jorge,
que ya no estaba seguro si iba a poder seguir el appeal o no y eso me preocupó
más. Ahora ya no sé si tenemos
abogado o no. El Señor me
contestó:
4 ¡Por eso,
profetiza contra ellos esta profecía, hijo de hombre!» 19 Les daré
un corazón nuevo y pondré en su interior un espíritu nuevo. Quitaré de su carne
su corazón de piedra y les daré un corazón de carne. 20 Así
caminarán según mis mandamientos, observarán mis leyes y las pondrán en
práctica; entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Luego me dijo:
13 Un
profeta se acercó a Ajab para decirle: «Esto te dice Yavé: ¿Has visto este gran
ejército? Pues bien, te lo entregaré hoy mismo para que sepas que yo soy Yavé.»
Por la noche me puse a orar y a pedirle al
Señor su misericordia, pues mi corazón ya no aguanta mas dolor. Me dijo:
1 Reyes 19 7 Pero por
segunda vez el Angel de Yavé lo despertó diciendo: «Levántate y come; si no, el
camino será demasiado largo para ti.»
Miércoles 16 de enero de 2008
Salmo
18
Me levanté a orar, pidiéndole al Señor que me
oriente en qué es lo que debo hacer, para hacer su voluntad. Me contestó:
17 Desde lo
alto su mano me tomó y me rescató de las aguas profundas. 18 Me
libró de enemigos poderosos, de enemigos más fuertes que yo. 19 Me
asaltaron el día en que me iba mal, pero el Señor vino en mi ayuda. 20
Me sacó a un espacio abierto, me salvó porque me amaba.
No pasó nada. A mediodía vino Sylvia Regina bien contenta a contarme que
había venido algo de DHL y los dos pensamos que era el cheque de Marriott que
estamos esperando desde noviembre, y que si así hubiera sido, no estaríamos con
tanta necesidad económica. Al
verlo yo me alegré igual, pues así es que estoy esperando que el Señor nos
comience a resolver los problemas, dándonos sorpresas de que todo se resuelve
antes del tiempo que nosotros lo esperamos. Corrí a DHL y antes que me entregaran el paquete logré ver
que no era de Marriott, sino que era algo que nos enviaba nuestra hija Sofía o
sea que mi decepción fue bastante grande.
Ya había hecho números de ver qué íbamos a hacer con ese dinero y de
pronto, no lo tenemos. ¿Señor,
hasta cuándo?
Por la noche, nuestro abogado me salió
negativo y eso me puso bien preocupado, pues no veo la mano de Dios,
ayudándome.
Jueves 17 de enero de 2008
Proverbios
8, 34
Isaías
26, 16-17
Romanos
10, 11
Me levanté y me postré ante el Señor,
implorándole su ayuda. Le pedí al
Señor que no me deje solo, pues “yo solo no puedo”. Que incremente mi Fe, pues siento que me está fallando, ya
que ya no puedo entender cómo todo este sufrimiento puede tener algo de
positivo. Me hinqué ante El,
implorando y se me salieron las lágrimas de sentirlo lejos. El Señor me dijo:
34 Feliz el
que me escucha, que aguarda cada día junto a mi puerta y permanece a la espera,
en el umbral. 35 Porque el que me encuentra ha encontrado la vida,
sobre él vendrán los favores de Yavé.
Luego me dijo:
16 Yavé, en
la angustia te buscábamos; vivíamos en la opresión y tu castigo nos apretaba. 17
Como la mujer sufre al dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores, así
estuvimos ante ti, Yavé. 10, 10 … El que cree en mi, no quedará
defraudado.
Al terminar de orar, le hablé a nuestro
abogado para comentarle mi idea de poner a nuestro exabogado de nuestro lado,
en vez de que estemos peleando con él.
Gracias a Dios, la idea le pareció fabulosa y recobré mi Paz, o sea que
ese es el camino que quiere el Señor que sigamos. ¡GLORIA A DIOS!
Almorzamos con Alex y ante la situación de deterioro de
nuestro país, él sigue con la idea de motivarme para que corra para presidente
de la república. Lo analizamos a
la luz del Espíritu Santo y nos iluminó para comprender que debíamos recorrer
el camino y si viene de Dios se iba a
dar y si no, no.
Quedamos en que yo iba a preparar un
documento con todos los puntos del porqué quisiera ser Presidente, para luego
discutirlo y una vez ya pulido, se lo presentemos a un amigo de confianza de
ambos, para ver que opina.
Por la tarde llegué a la oficina o más bien a
la casa. Invoqué al Espíritu Santo
y me sorprendió lo fácil que me resulta hacer la lista. Después de hacerla, me
sentía en Paz y contento. Comprendí
que venía del Espíritu Santo, que me había iluminado para hacer la lista.
Viernes 18 de enero de 2008
Liturgia
de las Horas III, pág. 55
Salmo
89
En cuanto abrí los ojos, me acordé que hoy a
las nueve comenzaba el juicio del Summary Judgment en Nueva Orleans. Le dije al Señor: “Señor Jesús, ten misericordia de nosotros”, “ilumina a esa Juez
para que dé una resolución favorable, pero que no se haga mi voluntad, sino la
tuya”. Sólo dame fortaleza para
aceptar un resultado negativo, pues yo solo, ya no sé si lo puedo resistir. Sólo lo puedo resistir, si estoy seguro
que “esa es Tu voluntad. Para esto
resé el Rosario de la Llama del Amor, pidiéndole al Señor que proteja a la Juez
de cualquier acción negativa del maligno, lo mismo que a todos los abogados que
iban a estar presentes.
El Espíritu Santo me iluminó y me dijo que me
fuera a orar frente al Santísimo y así lo hice. Faltando 5 minutos para las
9:00 a.m. estaba frente al Santísimo, pidiéndole al Señor su misericordia. Leyendo la Liturgia de Las Horas, el
Espíritu Santo me iluminó y presenté la siguiente oración, que repetí varias
veces, por largo rato:
Muéstrate propicio, Señor, a los
deseos y plegarias de tu pueblo, danos luz para conocer tu voluntad y la fuerza
necesaria para cumplirla. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Era lo mismo que le había pedido al solo
abrir los ojos y en relación al juicio de hoy en Nueva Orleans. Seguí orando y luego el Señor me dijo (ya
tenía como hora y media de estar frente al Santísimo y el tiempo ni lo había sentido):
2 Cantaré
eternamente la misericordia del Señor, publicaré tu lealtad por todas las
edades. 3 Porque tú has dicho: «Mi piedad es eterna, mi lealtad está
cimentada en el mismo cielo.» 4 He hecho un pacto con mi elegido y
he jurado a mi siervo David: 5 Afirmaré tu dinastía para siempre,
asentaré tu trono por los siglos de los siglos.» 21 He encontrado a
mi siervo David y lo he consagrado con el óleo santo, 22 mi mano
estará siempre con él y mi brazo lo hará poderoso. 23 No le podrá
sorprender el enemigo y el rebelde no podrá derribarlo, 24 delante
de él aplastaré a sus opresores, destrozaré a todos los que lo aborrecen. 25
Mi amor y mi lealtad siempre estarán con él, en mi nombre aumentaré su fuerza. 26
Extenderé su mano hasta el Mediterráneo y su derecha hasta el Eufrates. 27
El me llamará «Padre mío, Dios mío, mi Roca Salvadora» 28 y yo haré
de él mi primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. 29
Yo le seré leal eternamente, firme será con él mi pacto; 30 afirmaré
su dinastía para siempre y su trono durará como los cielos. 31 Si
sus hijos abandonan mi ley y no practican mi derecho, 32 si
quebraran mis mandamientos y no guardan mis preceptos, 33 castigaré
sus transgresiones con la vara y con el látigo sus iniquidades. 34
Pero yo no dejaré de amarlo, ni faltaré nunca a mi lealtad. 35 No
violaré jamás mi pacto, ni faltaré a la palabra dada. 36 Una vez por
todas juré por mi santidad: nunca jamás engañaré a David; 37 su
dinastía durará por siempre y su trono durará tanto como el sol. 38
Como la luna que subsiste eternamente, fiel testigo en el cielo.»
Regresé a la casa, ya no fui a la
oficina. Eran las 11:30, quería
ver si había alguna noticia de los abogados, del resultado de la audiencia con
nuestro exabogado, confirmándome algo positivo del caso en Texas y ver si había
algo nuevo del caso de Nueva Orleans.
Le pedía al Señor que, sobre todo, no hubiera otra noticia negativa,
pues ya no sé si la iba a soportar físicamente. Mi cuerpo temblaba, casa vez que buscaba algo en el internet,
esperando no encontrar nada negativo.
Le pedía al Señor fortaleza. No había nada, ningún resultado o respuesta.
Le escribí a nuestro abogado. Almorzamos con Camila. Yo estaba bien triste y
desamparado. Pensaba ¿y esta
tardanza es porque la noticia es negativa o positiva? Como a las dos de la tarde, el teléfono sonó
y estábamos con Sylvia Regina en la sala familiar con Paolo; era la secretaria
de nuestro abogado en Nueva Orleans. Me lo paso por teleconferencia y estaba
eufórico de alegre! Me
dijo: “¡Roberto, ganamos, ganamos! Yo inmediatamente confirmé la bendición del Señor, esto es lo que El
quería, por eso es que no había querido que saliera positivo nada en
Texas. Levanté las manos de
alegría y grité: ¡GLORIA A DIOS! Sylvia
Regina igualmente levantó las manos al cielo, en alabanza a Dios.
El abogado me contó que el hearing lo íbamos
perdiendo, pero que uno de nuestros abogados tomó la palabra y le dio vuelta a
la decisión del Juez. Su
mamá es de Guatemala. Mi corazón estaba que explotaba de alegría en el Señor, “pues ha hecho grandes maravillas de su
esclavo”, como dijo La Virgen a Santa Isabel y me confirmaba la alianza que
había hecho conmigo, estando frente al Santísimo. ¡GLORIA A DIOS! ¡GLORIA A DIOS! ¡GLORIA A DIOS!
Nos fuimos con Sylvia Regina a dar gracias a
Dios al Santísimo, a la hora de rezar el Rosario de la Divina Misericordia. Le hablé a todos mis hermanos y hermanas
y mi mamá, para contarles la buena noticia; mis hermanas no estaban, pues
andaban de viaje.
A las cinco de la tarde fuimos a misa de
agradecimiento en Cristo Redentor, con Ariana, Paolo, Rober y Sylvia Regina, a
dar la misa en señal de agradecimiento. Mi corazón estaba ¡lleno de alegría!
Por la tarde al escuchar la noticia,
cantábamos con Sylvia Regina y bailábamos: “David,
David, David, David cantaba, David bailaba …!!!
Sábado 19 y domingo 20 de enero de 2008
Me levanté súper contento, lleno de Paz y Esperanza,
a preparar el programa. Al final
del programa, después de darle mi testimonio a Arturo, le dije: “Este es el
comienzo de la resurrección”.
Después nos fuimos al Flor con Ariana y
Luigi, Camila, Rober y Sylvia Regina, pues era el cumpleaños de Carlos, mi
cuñado y se lo iban a celebrar en el Flor. Pasamos súper felices. Ahí estaba Armando y en cuanto me vió
le dijo a los demás: “Yo la candidatura a presidente que estoy esperando, para
apoyarla, es la de Roberto”. Sylvia
Regina le puso mucha atención y comprendí que era una señal del Señor, a travez
de Sylvia Regina.
A las diez de la noche, Diego nuestro sobrino,
se golpeó el ojo seriamente, con una hondilla y nos vinimos a San Salvador al
día siguiente a las 12:00 p.m., pues lo iban a operar a las 7:30 a.m.
Al venir a San Salvador, fuimos al Santísimo
con Sylvia Regina, para orar porque no fuera a perder el ojo, pues el golpe era
serio. Nos postramos ante El,
pidiendo su misericordia y yo alcancé a escuchar las lágrimas de Sylvia Regina.
Por la mañana nos fuimos al
hospital, alcanzamos a ver a Hugo, el doctor que lo iba a operar y miembro de
nuestro grupo de Encuentros, antes de la operación y Sylvia Regina le dijo que
ella estaba orando para que sus manos fueran “las manos de Jesucristo”, quienes
hicieran la operación.
Después de esperar largo rato, al salir, Hugo
me comunicó que estaba sorprendido de lo maravilloso que había ocurrido durante
la operación, pues todo se había ido facilitando. Yo le dije que era porque habíamos estado orando y él me
dijo: “Pues créame que el Señor los escuchó”, pues los pronósticos no eran nada
buenos y todo se facilitó durante la operación. ¡Goria a Dios!
Por la tarde fuimos a dar el servicio a la
misa del Encuentro y todo salió súper bien. Llegaron todos, todos estaban
contentos. Llegaron los Hall y
además el Señor me regaló el poder dar la Comunión. ¡GLORIA A DIOS!, pues además se la di a Sylvia Regina.
Al regresar les conté a mis hermanas lo que
había pasado el viernes, en el juicio de Nueva Orleans, pues como andaban de
viaje no se los había podido contar. ¡Gracias Señor, por este fin de semana!!, pues hemos sentido
tú Amor.
"No seas meticuloso, ni dejes hacer el bien por tímido"
San Ignacio de Loyola