Lunes 17 de diciembre de 2007
Isaías
30, 18-20
Me levanté falto de Fe y de Esperanza, cansado,
sintiéndome ninguneado y poca cosa. Me fui a orar, pidiéndole al Señor que me dé fortaleza e
incremente mi Fe, pues siento desfallecer. Sólo tenemos ya su promesa, pues todo lo demás, en términos
del mundo, la verdad es que no existe y no podemos esperar nada. El Señor me contestó mi plegaria y me
dijo: 18 Yavé espera para apiadarse;
aguarda para compadecerse; porque El es un Dios recto, dichosos los que esperan
en El. 19 Pueblo de Sión que habitas en Jerusalén, ya no llorarás
más, porque El se apiadará a la voz de tu gemido, apenas te oiga te responderá.
20 Después que el Señor les haya dado el pan del sufrimiento y el
agua de la aflicción, El, que es su educador, ya no se ocultará más y ustedes
verán al que les educa. ¡Amén!
Por la tarde fuimos a ver a mis papás, después de
misa, y tuve una reunión negativa con mi mamá, hablando de religión. El Señor quiso que así pasara y a mí,
después, me dolió mucho en el corazón; pues no entiendo porqué es que no puedo
controlar mi carácter y me enojé, en vez de argumentar. ¡Perdóname Señor!
Martes 18 de diciembre de 2007
2
crónicas 15, 1-15
Hoy no pude orar, pues me levanté temprano para
acompañar a Guayo a pagar la planilla de corte de la finca. En el camino me preguntó si ya habíamos
recibido alguna respuesta del escrito que presentamos al Juez. Sentí que era una forma de darme su
apoyo y le agradecí al Señor por eso.
Todo el día pasé sintiéndome un poco menos de lo que
se debió haber sentido Elías en el monte Horeb, cuando sentía que ya no podía
más. Dormí una siesta que fue
entre descanso y depresión, pues ya no tengo más que hacer que dormir; no había
nadie en la casa.
Por la noche me puse a orar, pidiéndole al Señor su
misericordia. Antes de eso, a las
4:00 fuimos a ensayar para tocar en la misa de Navidad, después a misa y
después al Santísimo. Me sentía bien deprimido. Le pedía al Señor que me dé fuerzas para aceptar su
voluntad, me dijo: 1 Vino entonces el
Espíritu de Dios sobre Azarías, hijo de Obed, 2 el cual salió al
encuentro de Asá y le dijo: «¡Escúchenme ustedes, Asá y toda la gente de Judá y
Benjamín! Yavé estará con ustedes mientras ustedes estén con él, si ustedes lo
buscan, él se dejará hallar, pero si ustedes lo abandonan, él los abandonará a
ustedes. 7 Entre tanto, ustedes tengan ánimo y no desmayen, esfuércense
y que no se debiliten los brazos; puesto que recibirán la recompensa de sus
obras.»
Me acosté temprano, rendido y deprimido. Como a las 11:30 p.m. me desperté y resé
un Rosario, pidiéndole al Señor que me dé fortaleza para seguir adelante.
Miércoles 19 de diciembre de 2007
1
juan 3, 7-10
Sabiduría
5, 1-5
Me postré ante el Señor, pues siento que ya no puedo
más y realísticamente, a veces me pongo a pensar que es difícil que el Juez
cambie de opinión. A veces mi Fe
me falla y caigo en esta depresión de sentirme lejos del Señor y de su poder;
pues, se me olvida que “El lo puede todo”. El Señor me dijo: 3, 7 Que
nadie os engañe: Quien obra la justicia es justo, quien comete el pecado es del
diablo, 8 pues el diablo peca desde el principio. 10 En esto se reconocen
los hijos de Dios y los del diablo. 5, 1 El justo estará en pie sin
temor, en presencia de los que lo afligieron y despreciaron sus trabajos. 2
Ellos al verlo se estremecerán de pavor, atónitos ante la salvación imprevista;
3 dirán entre sí, arrepentidos entre sollozos de angustia: 4
«Este es aquél de quien un día nos reíamos con coplas injuriosas, nosotros
insensatos; su vida nos parecía una locura, su muerte una deshonra. 5
¿Cómo ahora lo cuentan entre los
hijos de Dios y comparte la herencia de los santos?
Me reuní con Jorge por la mañana y le leí esta
Palabra, además le dije que yo tenía Fe que íbamos a ganar el caso, que no
sabía si el Juez iba a cambiar de opinión o era que en el appeal se iba a
cambiar de opinión; pero que el caso lo íbamos a ganar.
Llegué a la oficina como a las 3:30 p.m., abrí la
página de internet del caso y… me encontré con la noticia: el Juez, ayer había
denegado nuestra petición de un nuevo juicio. No lo podía creer, no existe
ninguna razón lógica para que esto ocurra, pues nuestra posición es contundente
y hacía ver que íbamos a ganar el juicio. ¿Por qué Señor? ¿Por qué Señor? ¿Para qué Señor? ¿Para qué
Señor? El Señor, sentí
inmediatamente que me dio fortaleza para aceptar su decisión. Sentí como que un soplo entró en mí y
mi enorme tristeza desapareció.
Le hablé a Alex y también para él fue como una bomba,
no lo podíamos creer. Le hablé a
Sylvia Regina y le pedí que le hablara a Sylvia Ann, quería escuchar que nos decía la Virgen. Fuimos a misa y después al
Santísimo. Frente al Santísimo, el
Espíritu Santo me iluminó que había que entablar, además del appeal, otro
juicio.
Cuando regresamos hablamos con Sylvia Ann y ella
estaba incrédula, venía del Santísimo y estando con su asesor espiritual y la
botella de agua bendita se había puesto azul, azul y el mismo asesor espiritual
le había dicho que eso era un milagro y había que ir a ver al Obispo. ¡GLORIA A DIOS! Además nos dijo que la
Virgen le había dicho: Please
tell Kuky and Sylvia Regina: do not despair, they need to go and see another
judge, que era lo mismo
que a mí me había iluminado, estando frente al Santísimo.
Jueves 20 de diciembre de 2007
Almorzamos juntos con Alex y la reunión fue positiva,
a pesar del momento tan crítico que en que estamos. Por la noche tuvimos la reunión del grupo de crecimiento de
Encuentros. Yo estaba bien cansado y deprimido. Además preocupado, no pudiendo procesar el comportamiento
del Juez, con todas las promesas del Señor. Pareciera que se contradicen, pero a la vez estoy convencido
y tengo Fe que no y que si el Señor ha permitido esto, “tiene que ser para mejor”.
Viernes 21 de diciembre de 2007
No pude orar, pues fuimos a desayunar todos los
hermanos al Campestre, como despedida de saltera de Valeria, nuestra
sobrina. La reunión fue
positiva. En todos reinaba el
Espíritu Santo. Alex dio unas palabras y se quebró. Se le salieron lágrimas de los ojos. Podía sentir el sufrimiento que siente,
que todo se nos ha venido abajo y no hay ninguna esperanza humana… más que en
el Señor.
Ya no quise ir a la oficina, pues hoy era último día
de trabajo del año y sentía un gran dolor de afrontar a todos los
empleados. A mediodía me habló
Guadalupe, que uno de los empleados estaba protestando y se sentía a disgusto
pues ya no puede seguir subsisitiendo sin tener ingresos. Eso me puso más preocupado y a pensar
si debía tomar una decisión y despedirlos hoy mismo, después de la oración.
Me sentía bien mal, con un dolor intenso, pues además
nosotros ya no tenemos dinero como para seguir subsistiendo. Estaba pensando esto y el Espíritu
Santo me dijo que chequeara mi email y ahí estaba, me habían llegado los
papeles de Marriott de la venta de la “semana compartida”, lo cual nos daba un
respiro para seguir subsistiendo.
Me fui a sacar el Volvo que estaba en el taller, pues
no se podía meter el retroceso. Cuando
ya me venía, me di cuenta que no abría el baúl y tampoco servía el abridor de
las puertas. Inmediatamente comprendí que eso venía satanás para alterar mi paz
y no me enojé: do not despair, me había dicho la
Virgen, a travéz de Sylvia Ann. Decidí
irme, aun con todo eso malo, pues sabía que se iba a componer. El Espíritu Santo me hizo pasar por el
Santísimo, para preguntarle al Señor si debía despedir a los empleados. Cabal al momento de ir entrando, el
Señor me dijo: Confía en mí, yo ya te he dicho que todo se va a arreglar
pronto. Ya estando ahí, me
dijo que leyera el Salmo del día, me dijo: Los proyectos de Dios duran para
siempre; los planes de su amor todos los siglos. Feliz la nación, cuyo Dios es
el Señor, dichoso el pueblo que lo escogió por suyo. En el Señor está nuestra
esperanza, pues El es nuestra ayuda y nuestro amparo, en el Señor se alegra el
corazón y en El hemos confiado.
Al momento de la oración con los empleados, pues todos
los empleados oran juntos todos los días a las cinco de la tarde, les di mi
testimonio de lo que me había pasado frente al Santísimo y les dije que yo
confiaba en el Señor, que El nos iba a sacar adelante, que ahorita estábamos en
una negociación con los Bancos y que si todos se lo pedíamos, el día de
Navidad, El iba a hacer que la negociación triunfara a favor nuestro. En ese momento la voz se me quebró y se me
salieron lágrimas de los ojos, todos se dieron cuenta. También estaba presente Juan Ernesto,
nuestro exgerente financiero, que había llegado a desearnos feliz año
nuevo. El Señor había querido que
él estuviera presente en ese momento y esto sirvió para que fuera testigo de
este momento, ya que el Señor quiere que regrese a trabajar con nosotros. ¡ALELUYA!
Yo les mencioné que de acuerdo al Salmo de la Palabra
de hoy, que no deberíamos desesperarnos, pues el Señor nos está preparando para
que fuéramos una gran empresa; no sólo en lo económico, sino que además
centrada en Dios, para que fuéramos ejemplo a otras empresas.
Sábado 22 y domingo 23 de diciembre de 2007
2
pedro 3, 8-9
Nos levantamos temprano y no pude orar, pues teníamos
ensayo con el grupo para cantar en la misa de Navidad. Luego me fui a gravar al programa y
sentí que el Espíritu Santo me iluminó bastante.
Almorzamos en la casa todos juntos, por primera vez en
más de un año: Ariana, Luigi, Paolo; Sofía, Poncho y Camila; Camila y Rober;
Sylvia Regina y yo. Le di gracias
a Dios por ese momento tan especial. Estuvimos felices y contentos. Por la noche fuimos a la boda civil de Valeria y también la
reunión fue positiva. El domingo
me levanté a orar y el Señor me dijo:
8 No
olviden hermanos que ante el Señor, un día es como mil años y mil años como un
día. 9 El Señor no se demora en cumplir su promesa, como algunos
dicen, sino que es generoso con ustedes y no quiere que se pierda nadie, sino
que todos lleguen a la conversión.
Por la mañana vimos con Rober el “clásico” Real
Madrid–Barça y el Señor nos concedió que ganara el Madrid y tener ese “oasis”
de felicidad, dentro de todos los problemas. Después nos fuimos al bautizo de
Camila y también la reunión fue positiva para toda la familia. Monseñor Fernando estuvo muy amable con
nosotros. El Niño Dios de Belén vino
también hoy a la casa y se va a quedar con nosotros hasta el día 25.
Al final de la recepción del bautizo de Camila,
hicimos una oración del 4º domingo de Adviento, en su nombre y dimos gracias a
Dios, porque había venido a nuestro hogar en estos días tan especiales y donde
lo necesitamos tanto.
"Lo poco que puedas ofrecer a Dios, ofrécelo a travez de María, si no quieres ser rechazado"
San Bernardo
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