Lunes 3 de diciembre de 2007
Mateo
8, 25-27
Me levanté sintiéndome desamparado, falto de Fe, de si
a lo mejor todo este optimismo es fruto de mi imaginación y no estoy siendo
realista. La verdad es que el
altercado con mi amigo director del Banco me tiene desconcertado, pues yo no
pedí mayor cosa y sin embargo su contestación fue bien despectiva. El Señor me contestó: 25 Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo:
«¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!» 26 Pero El les dijo: ¡Qué
miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tienen! Entonces se levantó, dio una orden
al viento y al mar y todo volvió a la más completa calma. 27 Grande
fue el asombro, aquellos hombres decían: ¿Quién es éste que hasta los vientos y
el mar le obedecen?
Martes 4 de diciembre de 2007
Miqueas
5, 1-4
Me levanté preocupado, el tiempo corre, el dinero se
nos acaba de nuevo; no hay nada en el horizonte que nos pueda sacar adelante, ¡sólo
Dios! Sólo la promesa de la
Virgen, que el Juez va a cambiar de opinión. ¿Señor, qué hago con los empleados, los despido? Me contestó: 1 Pero tú, Belén Efrata, aunque eres la más pequeña entre todos
los pueblos de Judá, tú me darás a aquel que debe gobernar a Israel: su origen
se pierde en el pasado, en épocas antiguas. 2 Por eso, si Yavé los
abandona es sólo por un tiempo, hasta que aquella que debe dar a luz tenga su
hijo. Entonces el resto de sus hermanos volverá a Israel. 3 El se
mantendrá a pie firme y guiará su rebaño con la autoridad de Yavé, para gloria
del Nombre de su Dios; vivirán seguros, pues su poder llegará hasta los confines
de la tierra. 4 El mismo será su Paz.
Me pasé todo el día reformateando el escrito al
Juez. Comencé como a las 10:30 a.m.
y terminé justo a tiempo para irlo a entregar antes de las 5:15 p.m. a TransExpress.
Me fui a dar gracias a Dios a
misa, pues el tiempo había sido el del Señor y todo había salido perfecto y
justo a tiempo.
Por la noche fuimos a la reunión del grupo de
Encuentros y la canción y la lectura fueron “Paz en la tormenta” del Padre
Martín Avalos y la lectura la de “Calmar las aguas de Jesús”, Mateo 8, 23-27.
Nosotros contamos el testimonio de la resolución negativa
del Juez, de hace unas semanas y
sentí una gran paz, después de contarlo. Por la noche, mi mente entraba en duda sobre si el Señor
todavía iba querer que el Juez no recapacitara y nos tendríamos que ir a una
apelación. Le pedía al Señor que me diera fortaleza para aceptar su voluntad. “Señor, sálvanos que estamos perdidos”,
como le dijeron los apóstoles en la tempestad y El les contestó: 26 ¡Qué miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tienen!
Miércoles 5 de diciembre de 2007
Apocalipsis
19, 11-12
Tuve una noche inquieta, con mucho frío. Me inquieta mi Fe, el no poder aceptar
que el Juez no vuelva a cambiar de decisión, tal y como nos lo ha dicho la
Virgen, por medio de Sylvia Ann… ¿Qué pasaría entonces con mi Fe? Eso me aterra. Caí postrado a orar, pidiéndole al
Señor su misericordia y que aumente mi Fe, pues Él es fiel a su Palabra. Luego me contestó: 11 Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. El que lo
monta se llama “Fiel” y “Veraz”. 13 Viste un manto empapado de
sangre y su nombre es: La Palabra de
Dios. 21, 5 Y el que
estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo:
«Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.» 6 Y añadió:
«Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga
sed yo le daré de beber gratuitamente del manantial del agua de vida. 7
Esa será la herencia del vencedor: yo
seré Dios para él y él será hijo para mí. ¡Amén!
Me reuní con Alex y la reunión fue positiva, pero salí
bien deprimido de oírlo, pues la verdad es que la única razón para estar
optimista es la Fe en Dios. No hay
ninguna otra razón y esta a veces falla.
Pasé un día bastante preocupado, triste. Me fui al Santísimo. Fui a misa, ensayamos con los demás
testigos y profetas de la obra. No
me dieron ganas de ir a la oficina.
¿Señor, adónde estás? ¡Ayúdame
a sentir tu amor! Estando frente
al Santísimo, el Señor me iluminó para comprender que mi misión es la de
continuar la misión del Padre Martin y fundar la Orden de “Embajadores de
Cristo”; que se dedique a promover la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento
y a construir capillas para la adoración del Santísimo.
Jueves 6 de diciembre de 2007
Isaías
61, 1-2
Génesis
32, 28-29
Me levanté bien preocupado. Ya es prácticamente el final del año, ya no tenemos dinero y
siendo realistas, no tenemos ninguna opción real de obtener dinero. Lo de vender el “timeshare” de Marriot
que tenemos, casi ni ha empezado el proceso. Los Bancos están lejos de tomar una decisión y aunque ya
estuviéramos de acuerdo, no sé cómo, ni quién es o a quién hay que presentarle
la carta. El Juez no tiene ninguna
razón lógica de porqué va a cambiar la decisión… no tenemos nada, excepto la
promesa del Señor que vamos a ganar el caso y de la Virgen, que el Juez “va a
cambiar de opinión”. Además, que
la Virgen nos dijo también que “hoy es el tiempo” o sea resumiendo, en lo humano
no hay ninguna esperanza, mi Esperanza es sólo el Señor. Sentía un dolor intenso, no quería
levantarme, me levanté a orar y a orar con fuerza, pidiéndole al Señor que me
dé ¡fortaleza!. Me dijo: ¡El Espíritu del Señor Yavé
está sobre mí! Sepan que Yavé me ha ungido. Me ha enviado con un buen mensaje
para los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los
desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz. 2 Para
publicar un año feliz lleno de los favores de Yavé, y el día del desquite de
nuestro Dios. Me envió para consolar a los que lloran 3 y darles (a
todos los afligidos de Sión) una corona en vez de ceniza. Luego me dijo:
32, 28 El otro, pues, le preguntó: ¿cómo te
llamas? El respondió: «Jacob.» 29 y el otro le dijo: «En adelante ya
no te llamarás Jacob, sino Israel, o sea Fuerza
de Dios, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido
vencedor. Ya no te llamarás
Roberto, te llamarás “Embajador de Cristo”.
Me reuní con Alex y la reunión fue positiva. Ambos estamos esperanzados en el Señor.
Por la noche me habló Jorge que ya
los papeles estaban en Houston y estaba todo listo para entregarlos el día de
mañana. Yo estaba en la Británica
en el ensayo de la obra “Ha nacido la Luz”. Nos acostamos a las 12:30 p.m, pues hasta esa hora duró el
ensayo.
Viernes 7 de diciembre de 2007
No pude orar, pues estaba bien cansado del ensayo de
ayer. Además, estaba ansioso,
porque el documento se presentara al Juez, y esto es importantísimo, pues el
plazo se vence el otro viernes y cualquier cosa que salga mal nos colocaría en
una carrera contra el tiempo, que difícilmente la podríamos ganar. No fui a la oficina. Pasé queriendo hablar con Marriott para
ver si nos pagan la venta del apartamento antes de Navidad, pues si no, ya no
tendríamos dinero para pasar las Navidades. Mi angustia es grande.
Fui al Santísimo a orar, pues entró un email que me decía
que los de Marrtiott ya no podían hacer nada, sino hasta en enero. Se me partió el alma y le pedí al Señor
que nos ayudara. Llamé por teléfono, mandé un email… al rato me mandaron un
email que no me preocupara que el lunes me iban a mandar los papeles para
cerrar “inmediatamente”. ¡GLORIA A DIOS! Sentí que el Amor del Señor se derramó sobre mí.
El ensayo de la obra comenzó a las 6:00 p.m. y terminó
a las 12:00 de nuevo. Me sentía bien cansado, pero en gozo con el Señor, por
estar sirviéndolo en esta obra de evangelización.
Sábado 8 y domingo 9 de diciembre de 2007
Nos levantamos temprano y nos fuimos al ensayo de la
obra. Yo estaba feliz de poder
servir al Señor. Mi gozo se
incrementaba día a día. Ensayamos
toda la mañana y todavía yo estaba bastante inseguro y nervioso y la obra no
estaba lista. Tatiana, la
Directora de la obra, nos dijo que necesitábamos ensayar más, pero ya no había
tiempo; eran la 1:00 p.m. y ya casi no había tiempo ni de almorzar.
Venimos a almorzar con los Munés y nos regresamos,
para prepararnos a la primera función que era la de las 5:00 p.m. Todo salió muy bueno y bonito. Pude sentir la presencia del Espíritu
Santo en mí, identificándome con el papel de “Isaías”.
El domingo igual, fuimos a misa y después tuvimos las
dos funciones de la tarde. Al terminar, me sentí triste que todo este servicio,
que me ayudaba a estar cerca del Señor llegó a su fin con la última función. Era como si una parte de mí moría y otro
Roberto Vilanova había nacido.
"Si en los letrados no habita el Espíritu de Dios, toda su sabiduría hará más daño que provecho."
San Francisco Javier
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