El pasado sábado, más de 8,000 jóvenes provenientes
de los catorce departamentos de nuestro país, se reunieron en las instalaciones
de la “Feria Internacional”, para atestiguar su compromiso con el país y dar a
conocer el “Manifiesto de la Juventud Republicana Nacionalista”.
El uso que le han dado los jóvenes a la palabra
“Manifiesto”, se puede atribuir a una contraposición al “Manifiesto Comunista”
de Karl Marx, publicado en 1848 y el cual indudablemente “polarizó” al mundo entre
“burguesía y proletariado”, “comunistas
y capitalistas”; “izquierdas y derechas”.
Esto ocurrió hace más de ciento sesenta años, pero desgraciadamente,
todavía tiene “anclado” a nuestro país debido a que la gran mayoría de nuestros
actuales dirigentes políticos siguen ocupando como “lente de análisis”, esta
única forma de evaluar la realidad política de El Salvador. “Se es de izquierda o de derecha” se
argumenta simplistamente, lo cual ya no permite ninguna continuidad de diálogo.
El “Manifiesto” publicado por los jóvenes, el
pasado sábado, nos invita a “unirse en una cruzada cívica juvenil, donde
pongamos punto final a la ilegalidad, la corrupción, el clientelismo político,
el doble discurso, la prostitución política, el populismo, las promesas no
cumplidas y la búsqueda inescrupulosa de reengancharse en el poder” y que sea
esta “cruzada cívica” quien “abandere y devuelva al servicio político lo justo,
lo legal y lo decente”.
Como muchas veces en la historia, son los jóvenes
los que nos vienen a decir a los mayores, no sólo cuales son los grandes
problemas que nos aquejan, sino cómo hay que solucionarlos y lo cual es que,
cuando menos, los encargados de hacer política deben tener como valores
personales el respeto a la justicia o sea el bienestar de todos, a lo legal y a
la decencia.
Que gran lección nos han dado los jóvenes el pasado
sábado. De pronto, nuestro país
tiene una “esperanza” y la cual son nuestros propios jóvenes, quienes nos están
demostrando que no sólo están claros del problema, sino de cual es la solución. Por sobretodo, lo que enfatizan es que
no se trata de un problema de “izquierdas o derechas”, sino de que se reconozca
y se premie los valores fundamentales que tiene que tener un político;
independientemente del partido a que pertenezca.
Mientras los jóvenes hacen este llamado histórico,
los mayores nos podemos “hacer los locos” o calificarlo de “ingenuo”. Sin embargo, debemos recordar que
nuestro país es “de jóvenes” y como tal, más del sesenta por ciento de la
población es menor de 35 años; por lo que independientemente de si tienen o no
la razón, esta es su forma de pensar, por tanto es “la realidad” y los mayores
debemos reaccionar en este sentido y exigir a nuestros dirigentes políticos que
respeten su pedido.
El “Manifiesto” de los jóvenes termina haciendo un
llamado a las juventudes de todos los partidos políticos, para que “exijan a
sus dirigencias esta nueva forma de hacer política”.
Quiera Dios que todos escuchemos el llamado y
anteponiendo nuestros propios intereses personales o de partido, que es algo de
lo que por naturaleza los jóvenes padecen menos y es por eso que les es más
fácil expresar los problemas y sus soluciones, también nos sumemos a esta
“cruzada de esperanza”, iniciada ahora solo por la juventud del partido ARENA,
pero la cual sin duda gozará del apoyo de todos los jóvenes salvadoreños;
independientemente a que partido pertenezcan.
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