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Canonización de Monseñor Romero

sábado, 27 de julio de 2013

¿Porqué Norman?


Hasta el momento, para las elecciones presidenciales hemos estado acostumbrados a dar nuestro voto por un partido político.  Nuestra “confianza” partidaria ha sido de tal forma, que hemos dejado la responsabilidad de elegir cual es la persona más adecuada para ser presidente a las personas que dirigen los partidos políticos; creyendo que ellos tienen mayor conocimiento y capacidad para elegir al candidato más adecuado. 

Sin embargo, la realidad democrática se ha ido imponiendo y lo anterior ha ido quedando en evidencia que no es la mejor alternativa, de tal forma que actualmente, hasta se habla de cambiar las papeletas para que estas incluyan, ya no la bandera de los partidos políticos, sino la foto de los candidatos.  Inclusive, la “democracia”, por sí sola, ha reclamado bastante más, pues ahora todos los candidatos sienten la necesidad de presentar sus “planes de trabajo” o “de gobierno” o sea, qué es lo que harán en caso de llegar a ser presidentes; lo cual da un mejor conocimiento de lo que podemos esperar para nosotros mismos, en caso que cualquiera de los candidatos llegue a ganar.

Consecuente con lo anterior, se anuncia que muy pronto, todos los candidatos presidenciales darán a conocer sus “planes de gobierno”.  Es seguro que con él,  todos tratarán de convencernos de tener el mejor “plan” para: eliminar la violencia, mejorar la educación y la salud, generar más y mejores empleos e inclusive volver a El Salvador un “ejemplo de país”.   

De seguro, todos estarán encaminados a hacernos pensar que “algo” de “su plan” nos va a personalmente beneficiar, con el propósito que le demos nuestro voto al candidato que lo está proponiendo.

Con respecto a evaluar los candidatos por medio de su propuesto “plan de gobierno”, lo que nos demuestra la experiencia de los últimos períodos presidenciales es que tampoco estos son ninguna garantía de lo que se puede esperar de un candidato, en caso que llegue a ser presidente; pues lo que se ha experimentado, desde que se comenzó con esta práctica, es que ninguno de los presidentes ha cumplido con el plan que inicialmente propuso como candidato; independientemente de las razones que luego haya tratado de explicar para no cumplirlo, por lo que no debemos esperar que en el próximo período ocurra nada distinto. 

Luego el “plan de gobierno” de un candidato, tampoco es ninguna garantía de su futuro desempeño como presidente. 

Lo único que nos queda, entonces, para evaluar con un buen grado de certeza, cual es el candidato que podría ser el mejor presidente, es el evaluar al candidato en sí, independientemente a que partido político pertenezca o que “plan de gobierno” pudiera presentar; puesto que ya hemos visto que ninguno de estos son garantía como tal. 

Es entonces que el Dr. Norman Quijano toma ventaja, con el resto de sus competidores, pues la mejor forma de evaluar el comportamiento futuro de una persona es evaluar su comportamiento pasado y al revisar su comportamiento pasado, él es el único candidato, entre los tres principales contendientes, que ha mantenido una experiencia de vida de respeto a la ley y los principios democráticos; sin tratar de aprovechar los cargos públicos para beneficio propio o de su partido y siempre procurando el mejor bienestar para la mayoría de los salvadoreños.

El día de las elecciones todavía está a más de seis meses.  Podría pensarse que algo pudiera faltar para tomar una mejor decisión de voto, pero la verdad es que las actuaciones personales en el pasado, de los actuales contendientes, no pueden ser borradas, ni cambiadas y como se ha explicado anteriormente; la única garantía que tenemos del comportamiento futuro de un candidato, es su comportamiento pasado.


"La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida, mirando hacia adelante."

Soren Kierkegaard

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