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Canonización de Monseñor Romero

viernes, 21 de septiembre de 2012

Cronología de un Milagro - Enero 2006-V


Lunes 30 de enero de 2006

Hechos 7, 30-34
Daniel 7, 13-14

Le pedí al Señor que me de una guía y fortaleza para comprender y aceptar su voluntad. Me contestó: 30 Pasados cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí en la llama de una zarza que ardía. 33 … El Señor le dijo: «Quítate las sandalias, porque el lugar que estás pisando es tierra santa. 34 He visto cómo maltratan a mi pueblo en Egipto, he oído su llanto y he bajado para liberarlo. Y ahora ven, que te voy a enviar a Egipto.»  7, 13 … En las nubes del cielo venía uno como Hijo de Hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. 14 A él se le dio poder, honor y reino, y todos los pueblos y las naciones de todos los idiomas le sirvieron. Su poder es poder eterno y que nunca pasará y su reino jamás será destruido.  Heme aquí Señor, ¡envíame a mí!  
Me hablaron de la oficina para decirme que había llegado un proveedor a embargarnos, con policías y todo.  Recibimos un e-mail de Vidal, el cual era desconcertante, pues pereciera como que la solución del caso en vez de acercarse, se alarga.  Pero por la tarde, recibimos la noticia que ¡Ariana está embarazada! e iba a tener un bebé en octubre.  Yo estaba tocando alabanzas con la guitarra y Sylvia Regina, que venía de su grupo de oración, recibió la llamada.  Roberto Adriano estaba con nosotros, todos saltamos de alegría. Era una bendición de Dios para toda la familia, era su confirmación que nuestras oraciones son escuchadas; era su confirmación que cuando El lo crea conveniente y nos haya forjado totalmente, a lo que El quiera, todo se va a arreglar.
Fuimos a cenar con los consuegros y antes de eso fuimos a la casa de Ariana y nos postramos en oración de agradecimiento ante la Virgen Santísima que está en su cuarto, ¡que es la que intercedió para que el milagro se diera! ¡Gloria a Dios! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Sylvia Regina cantaba y bailaba de gozo y decía: “David, David, David, David cantaba, David bailaba…!

Martes 31 de enero de 2006

Me levanté contento, renovado y deseoso de servir al Señor, con gozo y esperanza que El está con nosotros.  Me dijo:  22 Ahora, pues, Yavé tú eres Dios y tú has prometido esta dicha a tu siervo, 27 y  ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo para que permanezca siempre en tu presencia. ¡Oh Yavé! Tú eres el que bendice y mi casa, pues, será bendita para siempre.» ¡Bendito y alabado seas Señor!
En la oficina no pasó nada, ya nos habíamos decidido a participar en la licitación para cobrar cartera en el Fondo Social de la Vivienda, pero llegamos tarde a recoger el cartel. Eso me puso bien triste, pues era una forma de comenzar a trabajar de nuevo.  El Señor no lo quiso así y… “El sabe y El me ama”.

Miércoles 1 de febrero de 2006

Isaías 6, 6-12

6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines. Tenía un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas. 7 Tocó con él mi boca y dijo: «Mira, esto ha tocado tus labios, tu falta ha sido perdonada y tu pecado, borrado.» 8 Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? y respondí: «Aquí me tienes, mándame a mí.» 9 El me dijo: «Ve y dile a este pueblo: Por más que ustedes escuchen, no entenderán; por más que ustedes miren, nunca ven.» 10 ¡Puedes ir! Se pondrá más pesado el corazón de este pueblo… 11 Yo dije: «¿Hasta cuándo Señor?» y El me respondió: 12 Hasta que las ciudades queden destruidas y sin habitantes, las casas desocupadas y la tierra abandonada… Me enteré al llegar a la oficina que Vidal no va a estar en la oficina durante toda la semana. ¿Hasta cuándo Señor, hasta cuándo?  Todo se retrasa y sin ningún motivo, no comprendo porqué, pero comprendo, pero comprendo que el retraso viene del Señor, pues por alguna razón todavía no quiere que todo se componga.
Por el otro lado, con Alex tuvimos una reunión bien negativa, como no la teníamos desde hace mucho tiempo y como las de antes, donde no nos entendemos para nada o satanás interviene para confundirnos.
Me fui a misa, a refugiarme en el Señor, a implorar su misericordia delante del Santísimo. Por la noche fuimos al velorio de la mamá de Ma. Elena y me dio mucho gusto ver a Billy, a quien tenía como 25 años de no ver.  Me dio un gusto especial verlo.  Oramos con todos ellos, que son de la iglesia Josué.  Tenían un coro de alabanza muy bonito y alegre, sentí muy cerca al Espíritu Santo.

Jueves 2 de febrero de 2006

Hechos 7, 55-56; 8, 6-8

Me levanté a orar, pidiéndole al Espíritu Santo que me ilumine para comprender su voluntad y hasta cuándo vamos a seguir con este dolor de ver a toda la familia partida y sufriendo, pues ayer me partió el alma ver a mi papá sufriendo por la situación de todos nosotros. Me dijo:  55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, fijó sus ojos en el cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús a su derecha, 56 y exclamó: «Veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre a la derecha de Dios.» 6 Al escuchar a Felipe y ver los prodigios que realizaba, toda la población de interesó por su predicación. 7 Pues espíritus malos salían de los endemoniados dando gritos, y varios paralíticos y cojos quedaron sanos. 8 Hubo, pues, gran alegría en aquella ciudad.  Nos reunimos con Alex y tuvimos una reunión negativa, parece que por alguna razón, ya no nos podemos reunir sin tener una reacción negativa. Señor, ayúdanos y sálvanos; Virgen Santísima, intercede por nosotros. Fui a la Asamblea de Encuentros y me sentí triste. Además, me quise confesar y no alcanzó el tiempo, así es que no pude. Recibimos un e-mail de Vidal, bastante contradictorio y frustrante. No sé qué pasa, me siento desconsolado, frustrado, devastado, sólo me sostiene la mirada en Cristo. Si El quiere que todo esto esté pasando, por algo bueno será, pero me duele Señor.

Viernes 3 de febrero de 2006

Romanos 8, 24-27
Lucas 19, 26
Salmo 145, 17-20

Me levanté pidiéndole al Señor su misericordia. Me dijo:  24 Estamos salvados, pero todo es esperanza, ¿Quieres ver lo que esperas? Ya no sería esperar, porque ¿Puedes esperar lo que ya ves? 25 Esperaremos pues sin ver y lo tendremos. Si nos mantenemos firmes. 26 Somos débiles, pero el Espíritu Santo viene en nuestra ayuda. No sabemos ni qué pedir ni cómo pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como con gemidos. 27 Y Aquel que penetra los secretos más íntimos entiende esas aspiraciones del Espíritu, pues el Espíritu quiere conseguir para los santos lo que es de Dios.  26 Yo les digo que a todo el que produce se le dará más, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene. 27 En cuanto a esos enemigos míos que no me quisieron por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia.  No pasó nada con el caso y no pude hablar con Vidal.  Por la tarde me reuní con el abogado, para prepararnos para el juicio que me ha iniciado mi amigo de años, que es el lunes próximo y me fue entrando un temor como nunca lo había sentido; pues pudiera irme a la cárcel.  No venía de Dios y me pregunté a mí mismo por qué el Señor estaba permitiendo que esto sucediera.  Tenía ya tiempo de no sentir que El me abandonara y me dejara a merced de las fuerzas de satanás –Dios mío, Dios mío– ¿Por qué me has abandonado? ¡Clamé!
Me reuní con Alex y la reunión volvió a ser negativa y frustrante, como que hablamos dos lenguas distintas, ¿Hasta cuándo Señor, hasta cuándo?
Por la noche me vine a orar, a estar con el Señor… Señor, no me dejes.  Que lo pierda todo, menos a Ti. ¡En vos confío! Me contestó: 17 Justo es el Señor en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. 18 Cerca está el Señor de los que le invocan, de todos los que lo invocan de verdad. 19 Les da en el gusto a todos los que lo temen, escucha su clamor y los salva. 20 El Señor guarda a todos los que lo aman, y a todos los malvados extermina.

Sábado 4 y domingo 5 de febrero de 2006

1 Macabeos 9, 29-31
Lucas 18, 1-8
Siracides 35, 12-21
Juan 19, 34-35

29 Desde la muerte de tu hermano Judas ya no hay nadie que pueda, como él, enfrentarse a nuestros enemigos, a Báquides y a todos los adversarios de nuestra nación. 30 Por eso, hoy te elegimos en su lugar para que seas nuestro jefe y dirijas nuestra guerra.  El Señor me iluminó para decirme que lo que debía hacer era lo que yo creyera conveniente, en este problema con mi amigo, que El me iba a iluminar, para arreglar las cosas.  
Nos reunimos con Alex y el abogado local por la mañana y concluimos que la audiencia del lunes era peligrosa para mí, por lo que le pedimos al abogado penalista que me está llevando el caso que se reuniera con nosotros por la noche, pues él andaba fuera de la ciudad.  Me entró un temor como no lo había sentido nunca, inminente; tanto que casi no voy al programa, pues nos agarró la tarde en la reunión y me sentía bien alterado. Pero decidí ir, confiando en El Señor.  Aún así y gracias a Dios que me iluminó, pues ya en el programa el temor desapareció y la paz del Señor volvió a reinar en mí. 
A la salida, el Espíritu Santo me iluminó que debía hablarle a mi amigo y ver si se apiadaba de mí, pues no tengo con que pagarle ahorita; pero cuando de nos resuelva el juicio con Nejapa Power si lo puedo hacer.  Le hablé, pero no me contestó.
Al llegar a la casa, Sylvia Regina también se preocupó y me sugirió que si le hablaba a la esposa y le habló, para explicarle el problema.  Ella nos dijo que lo que podía hacer era llamar a su hijo, para que él hablara con su papá.  Como a las 5:30 le volví a hablar a mi amigo y me recibió la llamada.  Supongo que es porque ya el hijo le había hablado. Me salió “duro” como siempre, pero me hizo el favor de contactarme con su abogado, para una reunión mañana domingo, a las 10:00 a.m.
En la reunión de la noche, con nuestros abogados, decidimos que la audiencia había que “abortarla”, pues había demasiado riesgo en que yo asistiera, pues podría ya no salir e ir a la cárcel.  Antes de dormirnos oramos con Sylvia Regina, para que todo saliera bien.
Por la mañana del domingo igual, me puse a orar, confiado en el Señor que todo iba a salir bien, conforme a su voluntad y me dijo: 1 Jesús les mostró con un ejemplo que debían orar siempre, sin desanimarse jamás. 6 Jesús, dijo: «¿Se han fijado en las palabras de este juez malo? 7 ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos si claman a El día y noche, mientras El deja que esperen? 8 Yo les aseguro que les hará justicia y lo hará pronto. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?   12 Porque el Señor es el juez y no hace favoritismo. 13 El nunca recibirá mal al pobre, escuchará la oración del oprimido. 14 No despreciará la súplica del huérfano ni los gemidos de la viuda. 16 El que adora a Dios con todo su corazón encontrará buena acogida, su clamor llegará hasta el cielo. 17 La oración del humilde atravesará las nubes, no se consolará hasta que no sea escuchado. 18 No se desistirá, será necesario que el Altísimo se ocupe de él, que el Señor intervenga a favor de los justos. 19 Pero el Señor no tardará; no hará demorar la espera. 20 Les pegará en los riñones a los que no tienen piedad y se vengará de las naciones. 21 Exterminará a la multitud de los violentos y destruirá el poder de los injustos.
Por la mañana me fui a platicar con el abogado de mi amigo y ocurrió el milagro, podía sentir la acción del Espíritu Santo obrando en su corazón y nos pudimos poner de acuerdo en una forma de pago en la cual no creo tener problema en poder cumplir.  ¡Gloria a Dios! ¡Bendito seas!
Fuimos a misa a mediodía, con Ariana y Luigi, para darle gracias al Señor por su embarazo. Después fuimos a almorzar en casa de los consuegros.  Oramos dando gracias a Dios por el embarazo y la Palabra que leyó Luigi nos dijo: 34 … uno de los soldados le abrió el costado con la lanza y al instante salió sangre y agua. 35 El que lo vio da testimonio. Su testimonio es verdadero, y Aquél sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que también ustedes crean.  El Espíritu Santo me iluminó que el niño iba a ser una gran bendición.

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