Lunes
30 de enero de 2006
Hechos
7, 30-34
Daniel
7, 13-14
Le pedí al
Señor que me de una guía y fortaleza para comprender y aceptar su voluntad. Me
contestó: 30
Pasados cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí en
la llama de una zarza que ardía. 33 … El Señor le dijo: «Quítate las
sandalias, porque el lugar que estás pisando es tierra santa. 34 He
visto cómo maltratan a mi pueblo en Egipto, he oído su llanto y he bajado para
liberarlo. Y ahora ven, que te voy a enviar a Egipto.» 7,
13 … En las nubes del cielo venía uno como Hijo de Hombre. Se
dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. 14 A él se le
dio poder, honor y reino, y todos los pueblos y las naciones de todos los
idiomas le sirvieron. Su poder es poder eterno y que nunca pasará y su reino
jamás será destruido. Heme
aquí Señor, ¡envíame a mí!
Me hablaron de
la oficina para decirme que había llegado un proveedor a embargarnos, con
policías y todo. Recibimos un
e-mail de Vidal, el cual era desconcertante, pues pereciera como que la
solución del caso en vez de acercarse, se alarga. Pero por la tarde, recibimos la noticia que ¡Ariana está
embarazada! e iba a tener un bebé en octubre. Yo estaba tocando alabanzas con la guitarra y Sylvia Regina,
que venía de su grupo de oración, recibió la llamada. Roberto Adriano estaba con nosotros, todos
saltamos de alegría. Era una bendición de Dios para toda la familia, era su
confirmación que nuestras oraciones son escuchadas; era su confirmación que
cuando El lo crea conveniente y nos haya forjado totalmente, a lo que El
quiera, todo se va a arreglar.
Fuimos a cenar
con los consuegros y antes de eso fuimos a la casa de Ariana y nos postramos en
oración de agradecimiento ante la Virgen Santísima que está en su cuarto, ¡que
es la que intercedió para que el milagro se diera! ¡Gloria a Dios! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Sylvia Regina cantaba y bailaba de gozo y decía: “David, David, David, David cantaba, David bailaba…!
Martes 31 de
enero de 2006
Me levanté
contento, renovado y deseoso de servir al Señor, con gozo y esperanza que El
está con nosotros. Me dijo: 22 Ahora, pues, Yavé tú eres Dios y tú has prometido esta dicha
a tu siervo, 27 y ahora
te has dignado bendecir la casa de tu siervo para que permanezca siempre en tu
presencia. ¡Oh Yavé! Tú eres el que bendice y mi casa, pues, será bendita para
siempre.» ¡Bendito y alabado seas Señor!
En la oficina
no pasó nada, ya nos habíamos decidido a participar en la licitación para
cobrar cartera en el Fondo Social de la Vivienda, pero llegamos tarde a recoger
el cartel. Eso me puso bien triste, pues era una forma de comenzar a trabajar
de nuevo. El Señor no lo quiso así
y… “El sabe y El me ama”.
Miércoles
1 de febrero de 2006
Isaías
6, 6-12
6 Entonces voló hacia mí uno de
los serafines. Tenía un carbón encendido que había tomado del altar con unas
tenazas. 7 Tocó con él mi boca y dijo: «Mira, esto ha tocado tus
labios, tu falta ha sido perdonada y tu pecado, borrado.» 8 Y oí la
voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? y respondí:
«Aquí me tienes, mándame a mí.» 9 El me dijo: «Ve y dile a este
pueblo: Por más que ustedes escuchen, no entenderán; por más que ustedes miren,
nunca ven.» 10 ¡Puedes ir! Se pondrá más pesado el corazón de este
pueblo… 11 Yo dije: «¿Hasta cuándo Señor?» y El me respondió: 12
Hasta que las ciudades queden destruidas y sin habitantes, las casas
desocupadas y la tierra abandonada… Me enteré al llegar a
la oficina que Vidal no va a estar en la oficina durante toda la semana. ¿Hasta
cuándo Señor, hasta cuándo? Todo
se retrasa y sin ningún motivo, no comprendo porqué, pero comprendo, pero
comprendo que el retraso viene del Señor, pues por alguna razón todavía no
quiere que todo se componga.
Por el otro
lado, con Alex tuvimos una reunión bien negativa, como no la teníamos desde
hace mucho tiempo y como las de antes, donde no nos entendemos para nada o satanás
interviene para confundirnos.
Me fui a misa,
a refugiarme en el Señor, a implorar su misericordia delante del Santísimo. Por
la noche fuimos al velorio de la mamá de Ma. Elena y me dio mucho gusto ver a
Billy, a quien tenía como 25 años de no ver. Me dio un gusto especial verlo. Oramos con todos ellos, que son de la iglesia Josué. Tenían un coro de alabanza muy bonito y
alegre, sentí muy cerca al Espíritu Santo.
Jueves
2 de febrero de 2006
Hechos
7, 55-56; 8, 6-8
Me levanté a
orar, pidiéndole al Espíritu Santo que me ilumine para comprender su voluntad y
hasta cuándo vamos a seguir con este dolor de ver a toda la familia partida y
sufriendo, pues ayer me partió el alma ver a mi papá sufriendo por la situación
de todos nosotros. Me dijo: 55 Pero él, lleno del
Espíritu Santo, fijó sus ojos en el cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús a
su derecha, 56 y exclamó: «Veo los cielos abiertos y al Hijo del
Hombre a la derecha de Dios.» 6 Al escuchar a Felipe y ver los prodigios
que realizaba, toda la población de interesó por su predicación. 7
Pues espíritus malos salían de los endemoniados dando gritos, y varios
paralíticos y cojos quedaron sanos. 8 Hubo, pues, gran alegría en
aquella ciudad. Nos
reunimos con Alex y tuvimos una reunión negativa, parece que por alguna razón,
ya no nos podemos reunir sin tener una reacción negativa. Señor, ayúdanos y
sálvanos; Virgen Santísima, intercede por nosotros. Fui a la Asamblea de
Encuentros y me sentí triste. Además, me quise confesar y no alcanzó el tiempo,
así es que no pude. Recibimos un e-mail de Vidal, bastante contradictorio y
frustrante. No sé qué pasa, me siento desconsolado, frustrado, devastado, sólo
me sostiene la mirada en Cristo. Si El quiere que todo esto esté pasando, por
algo bueno será, pero me duele Señor.
Viernes
3 de febrero de 2006
Romanos
8, 24-27
Lucas
19, 26
Salmo
145, 17-20
Me levanté
pidiéndole al Señor su misericordia. Me dijo: 24 Estamos salvados, pero todo es esperanza, ¿Quieres ver lo
que esperas? Ya no sería esperar, porque ¿Puedes esperar lo que ya ves? 25
Esperaremos pues sin ver y lo tendremos. Si nos mantenemos firmes. 26
Somos débiles, pero el Espíritu Santo viene en nuestra ayuda. No sabemos ni qué
pedir ni cómo pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como
con gemidos. 27 Y Aquel que penetra los secretos más íntimos
entiende esas aspiraciones del Espíritu, pues el Espíritu quiere conseguir para
los santos lo que es de Dios. 26
Yo les digo que a todo el que produce se le dará más, pero al que no tiene, se
le quitará aún lo que tiene. 27 En cuanto a esos enemigos míos que
no me quisieron por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia. No pasó nada con el caso y no pude
hablar con Vidal. Por la tarde me
reuní con el abogado, para prepararnos para el juicio que me ha iniciado mi
amigo de años, que es el lunes próximo y me fue entrando un temor como nunca lo
había sentido; pues pudiera irme a la cárcel. No venía de Dios y me pregunté a mí mismo por qué el Señor
estaba permitiendo que esto sucediera.
Tenía ya tiempo de no sentir que El me abandonara y me dejara a merced
de las fuerzas de satanás –Dios mío, Dios
mío– ¿Por qué me has abandonado? ¡Clamé!
Me reuní con
Alex y la reunión volvió a ser negativa y frustrante, como que hablamos dos
lenguas distintas, ¿Hasta cuándo Señor,
hasta cuándo?
Por la noche me
vine a orar, a estar con el Señor… Señor, no me dejes. Que lo pierda todo, menos a Ti. ¡En vos
confío! Me contestó: 17 Justo es el Señor en todos sus caminos y bondadoso en todas
sus obras. 18 Cerca está el Señor de los que le invocan, de todos
los que lo invocan de verdad. 19 Les da en el gusto a todos los que
lo temen, escucha su clamor y los salva. 20 El Señor guarda a todos
los que lo aman, y a todos los malvados extermina.
Sábado
4 y domingo 5 de febrero de 2006
1
Macabeos 9, 29-31
Lucas
18, 1-8
Siracides
35, 12-21
Juan
19, 34-35
29 Desde la muerte de tu hermano
Judas ya no hay nadie que pueda, como él, enfrentarse a nuestros enemigos, a
Báquides y a todos los adversarios de nuestra nación. 30 Por eso,
hoy te elegimos en su lugar para que seas nuestro jefe y dirijas nuestra
guerra. El
Señor me iluminó para decirme que lo que debía hacer era lo que yo creyera
conveniente, en este problema con mi amigo, que El me iba a iluminar, para arreglar
las cosas.
Nos reunimos
con Alex y el abogado local por la mañana y concluimos que la audiencia del
lunes era peligrosa para mí, por lo que le pedimos al abogado penalista que me
está llevando el caso que se reuniera con nosotros por la noche, pues él andaba
fuera de la ciudad. Me entró un
temor como no lo había sentido nunca, inminente; tanto que casi no voy al
programa, pues nos agarró la tarde en la reunión y me sentía bien alterado.
Pero decidí ir, confiando en El Señor.
Aún así y gracias a Dios que me iluminó, pues ya en el programa el temor
desapareció y la paz del Señor volvió a reinar en mí.
A la salida, el
Espíritu Santo me iluminó que debía hablarle a mi amigo y ver si se apiadaba de
mí, pues no tengo con que pagarle ahorita; pero cuando de nos resuelva el
juicio con Nejapa Power si lo puedo hacer. Le hablé, pero no me contestó.
Al llegar a la
casa, Sylvia Regina también se preocupó y me sugirió que si le hablaba a la
esposa y le habló, para explicarle el problema. Ella nos dijo que lo que podía hacer era llamar a su hijo,
para que él hablara con su papá. Como
a las 5:30 le volví a hablar a mi amigo y me recibió la llamada. Supongo que es porque ya el hijo le
había hablado. Me salió “duro” como siempre, pero me hizo el favor de
contactarme con su abogado, para una reunión mañana domingo, a las 10:00 a.m.
En la reunión
de la noche, con nuestros abogados, decidimos que la audiencia había que
“abortarla”, pues había demasiado riesgo en que yo asistiera, pues podría ya no
salir e ir a la cárcel. Antes de
dormirnos oramos con Sylvia Regina, para que todo saliera bien.
Por la mañana
del domingo igual, me puse a orar, confiado en el Señor que todo iba a salir
bien, conforme a su voluntad y me dijo: 1 Jesús les mostró con un ejemplo que debían orar siempre, sin
desanimarse jamás. 6 Jesús, dijo: «¿Se han fijado en las palabras de
este juez malo? 7 ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos si
claman a El día y noche, mientras El deja que esperen? 8 Yo les
aseguro que les hará justicia y lo hará pronto. Pero cuando venga el Hijo del
Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?
12 Porque el Señor es el juez y no hace
favoritismo. 13 El nunca recibirá mal al pobre, escuchará la oración
del oprimido. 14 No despreciará la súplica del huérfano ni los
gemidos de la viuda. 16 El que adora a Dios con todo su corazón
encontrará buena acogida, su clamor llegará hasta el cielo. 17 La
oración del humilde atravesará las nubes, no se consolará hasta que no sea
escuchado. 18 No se desistirá, será necesario que el Altísimo se
ocupe de él, que el Señor intervenga a favor de los justos. 19 Pero
el Señor no tardará; no hará demorar la espera. 20 Les pegará en los
riñones a los que no tienen piedad y se vengará de las naciones. 21
Exterminará a la multitud de los violentos y destruirá el poder de los
injustos.
Por la mañana
me fui a platicar con el abogado de mi amigo y ocurrió el milagro, podía sentir
la acción del Espíritu Santo obrando en su corazón y nos pudimos poner de
acuerdo en una forma de pago en la cual no creo tener problema en poder cumplir.
¡Gloria a Dios! ¡Bendito seas!
Fuimos a misa a
mediodía, con Ariana y Luigi, para darle gracias al Señor por su embarazo.
Después fuimos a almorzar en casa de los consuegros. Oramos dando gracias a Dios por el embarazo y la Palabra que
leyó Luigi nos dijo: 34 … uno de los soldados le abrió el costado con la lanza y al
instante salió sangre y agua. 35 El que lo vio da testimonio. Su
testimonio es verdadero, y Aquél sabe que dice la verdad. Y da este testimonio
para que también ustedes crean. El
Espíritu Santo me iluminó que el niño iba a ser una gran bendición.
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