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Canonización de Monseñor Romero

jueves, 27 de septiembre de 2012

Cronología de un Milagro - Febrero 2006-II

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Lunes 13 de febrero de 2006

2 reyes 13, 15-21
Josué 8, 18

Me levanté pidiéndole al Señor su misericordia y que me diera Esperanza, pues el dolor y la desesperación que siento es grande.  Me contestó:  15 Eliseo le dijo: «Toma un arco y flechas, El tomó el arco y flechas. 16 Dijo Eliseo al rey: «Pon tu mano sobre el arco.» Y éste puso su mano. Entonces Eliseo colocó su mano sobre la mano del rey 17 y dijo: «Abre la ventana hacia oriente.» El la abrió. Dijo Eliseo: «Tira.» El tiró. Dijo Eliseo: «Flecha de la victoria de Yavé, flecha de la victoria contra Aram, derrotarás a Aram en Afec, hasta exterminarlo.» 20 Eliseo murió y lo sepultaron… 21 … Pero el hombre al tocar los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso de pié. 18 Entonces Yavé dijo a Josué: «Tiende hacia Hay la lanza que tienes en tu mano, porque yo te he entregado esta ciudad.»  Me regresó la Esperanza, pues el Señor me vuelve a confirmar que cuando El lo crea conveniente, nos va a dar la victoria.  Sin embargo, yo creí que iba a recibir una buena noticia durante el día, pero no pasó nada.  Lejos de eso, a Sylvia Regina le entraron dudas de si vamos a ganar el caso y eso me duele todavía más. Cada vez que ella pierde la Esperanza, yo me desconcierto más. ¡Virgen Santísima, sálvanos!

Martes 14 de febrero de 2006

1 Reyes 19, 4-7

Me levanté pidiéndole al Señor su misericordia, pues el tiempo pasa y pasa y parece increíble que ahora ya hasta me cuesta hablar con Vidal o sea que todo parece estar en contra nuestra.  Yo tengo fe en que todo es obra del Señor, para aumentar nuestra Fe y que toda esta espera es porque es lo que más nos conviene; pero todos en la familia están ya desechos y la familia desquebrajada y eso me cuesta más soportarlo; pues yo lo aguanto y lo entiendo, porque tengo Fe; pero nadie más lo puede comprender. Mi oración al Señor era la de “dame Esperanza”.  Me contestó:  4 Caminó por el desierto todo un día y se sentó bajo un árbol. Allí deseó la muerte y se dijo: «Ya basta, Yavé, toma mi vida, pues yo voy a morir como mis padres.» 5 Después se acostó y se quedó dormido debajo del árbol. Un ángel vino a tocar a Elías y lo despertó diciendo: «Levántate y come.» 6 Elías miró y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras calientes y un jarro de agua. Después que comió y bebió, se volvió a acostar. 7 Pero por segunda vez el ángel de Yavé lo despertó diciendo: «Levántate y come.» Si no, el camino será demasiado largo para ti.» 
En la oficina no pasó nada, continuó el mismo silencio y estancamiento, pues no he podido hablar con Vidal.  Pasé todo el día preparando el “Manual de Oración”, para dárselo a los de la Secretaría, para cuando hay Ministerio de Capilla en los Retiros.  
Sylvia Regina estaba contenta hoy, porque le avisó Claudia que le habían cambiado el nombre a la Secretaría, conforme a su sugerencia.

Miércoles 15 de febrero de 2006

Jeremías 44, 2-9; 45, 1-5; 46, 8

Me levanté, pero no tenía ganas de hacerlo, pues hacerlo significa enfrentar otro día de que no pase nada; de sentir al Señor lejos y Su ausencia o más bien, sentir que no está cerca de mí, me aflige.  Me postré al Señor, suplicante.  Me contestó:    2 Así dice Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel. Ustedes han presenciado todas las desgracias que sufrieron Jerusalén y todas las ciudades de Judá, que hoy no son más que un montón de ruinas abandonadas. 3 Esto les pasó por culpa de los crímenes que cometieron para molestarme, yendo a incensar y adorar a dioses extranjeros, que no conocían ni ellos, ni ustedes ni sus padres. 4 Yo les he estado mandando a ustedes sin parar, a todos mis sirvientes los profetas, con este mensaje: «No hagan esas cosas horribles que yo detesto.» 5 Pero no han querido escuchar ni hacer caso para abandonar su maldad o dejar de incensar a dioses extranjeros. 6 Entonces mi furor y mi cólera estallaron y quemaron las ciudades de Judá y los barrios de Jerusalén reduciéndolos a un montón de ruinas abandonadas, como lo están hoy en día. 7 Y ahora, Yavé, Dios de los Ejércitos, Dios de Israel, les pregunta: «¿Por qué se hacen tanto mal ustedes mismos? 8 al provocarme con las cosas que hacen sus manos o quemando incienso a dioses extranjeros en este suelo de Egipto o donde se han venido a instalar. Así cooperan ustedes mismos a su propia ruina y hacen que todo el mundo los maldiga y se ría de ustedes. 9 ¿Acaso se han olvidado ustedes de los crímenes cometidos por sus padres, por los reyes de Judá y sus mujeres, por ustedes y sus mujeres, en Judá y en las calles de Jerusalén?  1 Estas fueron las palabras que el profeta Jeremías le dirigió a Baruc, hijo de Nerías, cuando éste copiaba en un libro todo lo que le iba dictando Jeremías… 2 Este recado te manda, a ti Baruc, Yavé, el Dios de Israel. 3 Ya que tú has dicho: “Pobre de mí, porque Yavé añade más penas a mis sufrimientos, estoy cansado de tanto llorar sin encontrar consuelo.” 4 Así dice Yavé: Lo que había construido lo destruyo; lo que había plantado, lo arranco, y esto, en todo el país. 5 ¿Y tú reclamas para ti cosas extraordinarias? No reclames tanto, pues voy a descargar calamidades sobre todos los mortales, dice Yavé, pero a ti te concederé la vida. La guardarás como un premio por dondequiera que vayas.   8 No temas servidor mío, Jacob, dice Yavé, pues yo estoy a tu lado. Destruiré a todas las naciones adonde te arrojé, pero a ti no te exterminaré; te castigaré como lo mereces, pero no será una venganza.

Jueves 16 de febrero de 2006

Hechos 5, 38-39
Mateo 11, 28-30
Hechos 5, 41

Vidal me habló ayer y me dijo que prácticamente no habían adelantado nada con la salida de Mark y que, en todo caso, sólo nos iban a dar un descuento del 10% y había que darles un “Release”, lo cual me desconcertó y me puso tan triste, pues era un retroceso enorme. Son ya casi dos meses que tienen de estarlo queriendo sacar del caso y mientras tanto el caso no ha caminado nada.
Recibí también una carta de Alex, diciendo que renunciaba a la administración de El Flor y otra de Olguita, contestándole.  Tenía como 25 años de no darme un dolor de cabeza y ayer me dio, después de estas noticias tan desalentadoras.
Hablé con Sylvia Regina y me recomendó que le pidiera al Señor, en la oración con el Padre Martín Avalos, que íbamos a ir, que me dijera qué debo hacer con el caso y que me lo dijera claramente.  Nos fuimos a la reunión del Padre, yo me fui temprano para agarrar puesto e ir a misa.  Al nomás comenzar el acto, con el Santísimo expuesto, el Espíritu Santo me dijo que no debíamos darle el release a Mark.  El Señor estuvo de cerca todo el acto y pedimos especialmente por la sanación de Marcial, a quien después del acto, el Padre le impuso las manos.  Sylvia Regina sintió que alguien la empujaba, mientras le imponían las manos.
Me levanté a las 3:00 de la mañana con dolor de cabeza de nuevo.  Por la mañana, me levanté a orar, pidiéndole al Señor que me diera Palabra para Alex. Me contestó:  38 Por eso les aconsejo ahora que se olviden de esos hombres y los dejen en paz. Si su proyecto o su actividad es cosa de hombres, se vendrán abajo. 39 Pero si viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y ojalá no estén luchando contra Dios. 28 Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. 29 Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. 41 Los apóstoles salieron del Consejo muy contentos por haber sido considerados dignos de sufrir por el Nombre de Jesús. 
Me reuní con Alex a mediodía y la reunión fue tensa, pero positiva, centrada en La Palabra de ayer y hoy.

Viernes 17 de febrero de 2006

1 Corintios 6, 5-11
Números 25, 6-13

Me levanté pidiéndole al Señor que nos ayude a eliminar todas nuestras divisiones entre hermanos.  Me contestó:  5 ¡Qué vergüenza! ¿Así que entre ustedes no hay ni un solo entendido que pueda hacer de árbitro entre hermanos? 6 Pero, no; un hermano demanda a otro hermano y lleva la causa ante paganos. 7 De todos modos ya es una desgracia que haya entre ustedes pleitos, pero, ¿Por qué no mejor soportar la injusticia? ¿Por qué no mejor aceptar perder algo? 8 ¡Al contrario! ¡Son ustedes que cometen injusticias y perjudican a otros, que además son hermanos! 9 ¿No saben acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? 11 Tal fue el caso de algunos de ustedes, pero han sido lavados; han sido santificados y rehabilitados por el Nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el Espíritu de nuestro Dios. 6 Justo en ese momento, un israelita introducía en su tienda a una moabita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad que lloraba a la entrada de la Tienda de las Citas. 7 Al ver eso, Finjas, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, tomó una lanza, 8 siguió al israelita al interior de su tienda y los traspasó a los dos, al hombre y a la mujer, en pleno vientre. Inmediatamente cesó la plaga que se cernía sobre Israel: 9 porque ya habían muerto por esa plaga veinticuatro mil de ellos. 10 Yavé dijo a Moisés: 11 «Finjas, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, alejó mi cólera de los israelitas cuando se mostró lleno de celo por mí en medio de ellos. 12 Por eso, le dirás que me comprometo a recompensarlo. 13 Me comprometo a darle el sacerdocio por siempre a él y a su descendencia, porque se mostró lleno de celo por su Dios y lo reparó en nombre de los israelitas.» 
Me reuní con Guayo toda la tarde y le leí mi agenda de los días desde el miércoles anterior a ahora.  La reunión fue positiva y quedamos de reunirnos con Alex.  Vidal me mandó un e-mail, que me iba a mandar la carta explicativa más tarde, hoy en la noche y que ya casi la tenía terminada.  Esto me preocupó, pero Sylvia Regina me recomendó que ya no le contestara y que ya era hora de plantarnos y no ceder más.

Sábado 18 y domingo 19 de febrero de 2006

2 Macabeos 9, 1-8

Me levanté a preparar el programa y a esperar el e-mail de Vidal, que no vino ayer en la noche y creí que iba a venir hoy en la mañana; pues me había confirmado Vidal que podíamos discutirlo durante el fin de semana, pues Debbie no iba a estar ahí; pero no me lo mandó en todo el día.
Por la tarde fuimos a una reunión para preparación de Animadores en el Movimiento de Encuentros.  Por la noche, le pregunté al Señor que me confirmara que El nos está protegiendo en todo este problema con los abogados de Houston, pues lo único que me sostiene es la Fe, que El no va a permitir que nos pase algo malo y que va a cumplir su palabra y su promesa.  Me contestó:  1 Por aquel tiempo, Antioco tuvo que retirarse apresuradamente de las regiones persas. 3 Había entrado a una ciudad llamada Persépolis, pero, cuando pretendió saquear el templo y apoderase de la ciudad, los habitantes se amotinaron y tomaron las armas contra él. Los del lugar echaron a Antioco y a los suyos, que huyeron muy avergonzados. 4 Enfurecido, se propuso hacer pagar a los judíos la ofensa que acababa de recibir en Persépolis cuando lo obligaron a huir… Ya el juicio de Dios venía sobre él, pues, orgulloso, decía: «En cuanto llegue a Jerusalén la convertiré en un cementerio de judíos.» 5 Pero el Señor, que todo lo ve, el Dios de Israel, lo castigó con una enfermedad incurable de carácter interno. Acababa de hablar cuando sintió en su estómago un dolor insoportable y comenzó a ser torturado en todo su cuerpo. 8 Poco antes pensaba dominar con su orgullosa superioridad desde las montañas hasta el mar. Ahora tenía que ser llevado en una camilla, dando a todos testimonio evidente del poder de Dios. 
El domingo pasamos todo el día en la casa y fuimos a almorzar con Ariana y Luigi y después a la misa de los Encuentristas.  Por primera vez fuimos con los chalecos.  Durante la misa, Roberto Adriano me preguntó que por qué no me hacía Ministro de la Comunión y yo le contesté que para eso, eran los sacerdotes quienes tenían que llamarlo a uno y entonces él me dijo que: “le iba a pedir al Señor, para que me llamaran.”

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